Capítulo 25

414 29 1
                                    

La cabeza le iba a estallar.

Había despertado un poco más tarde de lo usual. 8:30am, y sentía su cuerpo pesado, no quería ni podía moverse. Movió las puntas de sus dedos entre las sábanas, para luego ir estirando las piernas. Sintió como cada músculo empezaba a despertarse, como sus sentidos empezaban a agudizarse.

Que bien olía.

Abrió los ojos, la habitación estaba impecable. Frunció el ceño, Lauren nunca ordenaba su habitación. Recordaba tener la ropa tirada, ahora el suelo estaba despejado.

Quitó las sábanas de su cuerpo, viendo que solo estaba en ropa interior. Se levantó de inmediato, el suelo enfrió sus pies, haciendo que despertara aún más.

Se vio al espejo, y estaba tal como lo esperaba: como si un camión le hubiera pasado por encima incontables veces. Tomó su cabeza en manos, dolía. Caminó por la habitación, tratando de peinar su cabello rebelde y tallándose los ojos. Justo en la mesa de noche había un vaso con un líquido naranja, con una nota diciendo "bébeme".

Solo hizo caso.

Bajó hasta la cocina, pues había estado escuchando las pisadas de un lado a otro. En cuánto piso el lugar, su estómago rugió.

-Hasta que despiertas -escuchó.

Volteó a ver hacia el refrigerador, donde ________ sacaba un pedazo de queso. Vestía el mismo traje blanco de ayer, y tenía una toalla en su hombro.

-Buenos días.

-¿Tienes hambre?

La ojiverde asintió, sentándose en el pequeño desayunador. La castaña rió por su apariencia, hasta que vio que no se había puesto nada para bajar, más que su ropa interior. Desvió su mirada a los huevos y tocino que estaba cocinando.

-¿En dónde te quedaste anoche? -preguntó la menor.

-Pues aquí.

-Payasa, habló de dónde dormiste.

La mujer volteó sobre su hombro. -Contigo, Lauren.

Sirvió los desayunos, lo que hizo que la apariencia de su asistente se viera mejor y que su rostro recobrara vida. No pudo dejarla sola en la noche, la menor necesitaba de ella.

-Me han caído bien tus padres, se nota que son bastante unidos -sonrió, volteando a su derecha donde la chica de ojos cetrinos comía como loca.

-También les has caído bien -dijo con la boca llena, luego recordó. -No sabía que tenías libros publicados.

_______ soltó una carcajada. -Eso es más que obvio, no me digas que no tienes historias guardadas por ahí.

Lauren rodó los ojos riendo. Pero al volver a ver a su jefa, su expresión había cambiado. Estaba completamente seria.

-Quiero que sepas algo -empezó. -Ayer en la reunión con Candace ella... se me insinuó, pero yo no la dejé, prometo que me aparte lo más rápido que pude.

La más baja asintió, sabía que algo tuvo que haber pasado, su instinto nunca fallaba, pero confiaba en la castaña, confiaba en que había alejado a la mujer esa.

-Creo que ya no hará más daño -continuó. -Le dije que si seguía con sus idioteces iba a demandarla personalmente.

-¿Lo harás? -preguntó.

-Si llega a atentar contra la empresa de nuevo, sí.

La mujer miró el reloj en su muñeca, alarmándose. Se levantó rápidamente del desayunador, tomando su chaqueta. La ojiverde la miró confundida.

Obsession (Lauren Jauregui y tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora