Epílogo

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Lauren trataba de no quedarse dormida, había pasado una noche... pesada. Sonrió al recordar todo lo que hizo con _______ por su aniversario, incluso la castaña se había quedado en casa con una bolsa de hielo en la mano después de tanto.

-Buenos días, señora Jauregui -saludó la recepcionista con una sonrisa.

-Buen día -contestó.

Llegó hasta el ascensor, viéndose a sí misma en el metal. Todo estaba en orden, vestido blanco con rayas negras a los lados, tacones negros y el cabello recogido.

Hoy firmaría un nuevo contrato con una nueva escritora. Parecía que el tiempo había pasado volando.

Salió del ascensor, caminando a su oficina. Todo estaba limpio y resplandeciente. Dejó su bolso en el sofá del lugar, mirando a toda Nueva York por el enorme ventanal.

Había pasado todo un año desde aquella noche. Y 3 meses después Lauren había asumido la presidencia. Estaba haciendo un excelente trabajo, pues BookVerly no bajaba del puesto número 1, haciendo que fuera conocida aún en los países más lejanos, pues muchos escritores extranjeros querían firmar con la editorial.

-Hola, nalga -saludó Dinah entrando a su oficina, quien ahora era su nueva asistente. -Traje café.

La Polinesia depositó el vaso en la mesa.

-Gracias DJ -contestó viéndola sonriente. -¿A qué hora llega Sasha?

-En media hora, ya ha confirmado el trayecto.

-Bien -asintió, pero luego vio a la rubia pícara -¿Qué tal tu noche con Normani?

Dinah volteó a verla sorprendida, mientras la ojiverde alzaba y bajaba las cejas.

-Ni siquiera pasamos a segunda base -suspiró.

Ambas chicas había empezado a "salir" hace tan solo 2 meses, después de todo un año tirándose indirectas y perversiones. Pero ahora parecían querer atrasar las cosas.

-Mis habilidades de seducción se han ido a la mierda -suspiró dejándose caer en el sofá.

-Tú nunca has tenido habilidades de seducción.

Ambas voltearon a ver a la puerta principal, donde ________ caminaba hasta su novia con un starbucks en manos.

-Tú cállate -resopló la rubia.

La castaña rió. Vestía un pantalón gris de Nilo con una camisa blanca. Se acercó a Lauren, depositando un beso en su frente.

-¿Qué tengo que hacer para que Normani confíe en mi? -preguntó ya desesperada revolviéndose el cabello.

-Solo tienes que ser directa con ella -respondió la ojiverde.

-Exacto -aportó la mayor tomando un trago de su bebida. -Solo dile "Mani, quiero follar contigo", y pum, rendida a tus pies.

Tanto Dinah como Lauren miraron a la castaña de mala gana, mientras esta última solo reía. Vamos, era un buen consejo, que mejor que las palabras directas, ¿no?

*****

Después de casi dos horas de pláticas y negocios, la chica de ojos cetrinos había firmado el contrato con Sasha Ferrari, quien escribía novelas de misterio con romance. La mejor combinación.

Llegó al apartamento casi muerta. Se despojó de los tacones aventándolos por algún lado. Luego los recogería... si no lo olvidaba.

_______ había comprado 3 editoriales más para tener a cargo, claro que ahora prefería trabajar desde casa y enfocarse en escribir. Nunca había dejado ni dejaría de ser la mujer más rica del país.

Todo el mundo pensaba que Lauren estaba con la castaña por el dinero -pues luego de un año de relación era más que obvio que la prensa haría pública la relación-, cosa que era obvio que no era así.

Caminó hasta la cocina, donde la castaña movía su cabeza al compás de sex, drugs, etc de Beach Weather, con su típico delantal de súper man y una toalla colgada en su hombro.

-¿Qué haces? -preguntó la ojiverde haciendo que la mayor brincara en su sitio.

-Casi me matas de un infarto -contestó volteando a ver a su novia, con una mano en su pecho.

-Eres una exagerada, Pavelka -rió sentándose en la mesa. -Ni siquiera Persefone es así.

Lauren llevaba unos cuantos meses escribiendo si primer libro oficial, donde Persefone era una chica de 20 años obsesionada con Johan, su profesor de biología. No era de esos libros cliché, pues al final de la historia todo tendría un twist plot que desenmascararía al profesor Johan.

-Persefone es una malcriada -contestó la castaña riendo, volteando de nuevo a la estufa.

La ojiverde sonrió. Caminó hasta la mayor, abrazándola por la espalda, pegando su mejilla izquierda a la espalda de la castaña. Eran sus partes favoritas del día, cuando por fin llegaba a casa y encontraba a su ex jefa preparándole la cena.

-Hablando de la malcriada de Persefone -dijo la castaña, dando media vuelta para encontrarse con los ojos verdes de Lauren. La rodeó por la cintura, haciendo que la otra se colgara de su nuca. -Tengo una buena noticia.

-¿Me vas a regresar mi auto? -preguntó irónica.

-Eso jamás, yo te seguiré llevando a todos lados -contestó seria.

Lauren no había desistido en comprar un nuevo auto, pero ______ era tan necia que siempre le decía que ella la llevaría a donde la ojiverde quisiese, la obsesión de la castaña a veces iba más allá, pero no pasaba los límites de lo que ya era toxicidad. Nunca.

-¿Entonces?

La mujer sonrió abiertamente, mostrando su blanca dentadura y esa pequeña arruga en su nariz.

-Times Square quiere publicar tu libro.

La chica de ojos cetrinos palideció... más de lo normal. Había querido publicar su libro en BookVerly, pero su contrato no se lo permitía hasta tener dos años como mínimo siendo la cabeza de la empresa.

Parpadeó varias veces, parecía que el sitio se oscurecía, dejando a ______ como su única luz. La besó sin más.

-Feliz aniversario, Lauren.

Obsession (Lauren Jauregui y tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora