Narradora:
Cierto hombre de rasgos cansados y pelo grisáceo, acababa de abrir los ojos por primera vez en más o menos tres horas. Él se encontraba anonadado, confundido, y sobretodo: cansado.
Su cabeza estaba sobrecargada, y cuando la tocó con su mano para ver por qué le dolía tanto, notó una gran gasa de tela sobre la parte superior de ésta.
Cuando consiguió por fin abrir del todo sus ojos, logró divisarse a él mismo en una sala completamente blanca, con varios aparatos de los cuales desconocía su función, y que estaba adornada con diversos cuadros, televisores muy avanzados, y bastantes plantas.
-¿Qué coño...? -gruñó, e intentó incorporarse en la cama en la que se encontraba.
-¡Conway! -gritó un hombre, el cual tenía una gran barba marrón y unas gafas de sol algo grandes, y que acababa de entrar por la puerta. -Joder, por fin despierta.
-¿Y tú quién coño eres? -preguntó él, sin saber quién era ese hombre de barba, y mirando a todo su alrededor para intentar saber dónde estaba.
-No me joda Conway, no me joda... -dijo aquel hombre, con la boca abierta. Actualmente se temía que estuviera pasando lo que él creía que estaba pasando, y sin embargo, el otro hombre solo conseguía ponerse cada vez más agresivo.
-¿¡Dónde coño estoy!? -le vociferó, haciendo que el hombre de la barba, el cual se acababa de sentar en una de las sillas de la habitación, se levantara y se alejara un poco de él. -¿Quién cojones eres? ¿Qué hago aquí? ¡CONTESTA!
El contrario solo suspiró cansado, rezando porque aquel ataque de amnesia durara poco, puesto que Volkov no se encontraba allí, y era la única persona que por lo que él sabía, que lograba devolver a aquel hombre a la realidad.
-Joder, Volkov... -Por la mente del hombre pasó una idea algo retorcida, aunque sin duda podría funcionar.
-¿Volkov? ¿Quién coño es Volkov? -preguntó brusco, y el otro solo se mantuvo un rato en silencio, decidiendo qué debería hacer en esa situación.
-Vale, a ver... -se llevó una de sus manos a la cintura, colocándola en ésta. Con la otra se rascó levemente la frente pensando en lo que diría a continuación. -Estese tranquilo, voy a llamar a algún compañero para que le ayude.
-¡Claro! ¡Eres un puto comunista de mierda! ¿No, cabrón? -el hombre abrió los ojos anonadado, ¿en serio le acababa de llamar comunista?
-Señor, ¿en qué año estamos? -preguntó acercándose a él, algo más preocupado.
El de la cama, solo se sentó bruscamente en ella, dejando ver su pecho desnudo. Luego señaló al otro hombre con gesto amenazante.
-¡No te acerques, rojo hijo de puta! -le gritó, y el nombrado solo finalizó con su marcha y levantó las manos en son de paz. -Me importa una mierda qué año sea, yo solo quiero volver a mi base. ¡Así que andando! ¡Llévame allí!
El comisario solo pudo mirarle a través de sus gafas con expresión neutra. Si bien había pensado que la persona más cercana a Volkov podría ayudarle a volver a la normalidad, no sabía dónde se encontraba.
-¡Vaya, Conway! Ya era hora de que despertara. -cierto hombre con tatuajes faciales entró en la sala.
-¿¡Un comunista y un travelo!? ¿¡Esto qué coño es!? -gritó ahora más asustado el recién levantado. El doctor allí presente solo rió con delicadeza y se acercó a él.
-No soy un transexual, señor. Soy su médico personal actualmente, así que por favor, si me deja revisar sus heridas se lo agradecería. -le dijo con tranquilidad, alzando las manos con una libreta y un boli en éstas, en acto tranquilizador.
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Curiosidad. (Jack Conway)
FanfictionRusa, fría, y tremendamente profesional. Americano, frío, y tremendamente jodido. Los dos tenían algo en común, y era el sufrimiento que habían pasado gracias a su vida. Esto les llevaría a un mismo lugar pero, ¿Quién sabe cuál sería?