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Su mirada se dirigió a mi cuerpo, el cual apenas estaba tapado por aquellas finas sábanas, dejando mi torso y una de mis piernas al descubierto. La imaginación no hacía falta en aquel casi para saber que se trataba del único objeto que me tapaba.

-...-guardé silencio, estaba en un completo estado de shock. Mientras el móvil de Kat seguía vibrando en mi mano repetidamente, con lo que probablemente serían cientos de mensajes de Horacio.

-No... -Susurró completamente pálido.

-A ver, no es lo que parece. -Intenté reaccionar, aunque era incapaz de conseguirlo en aquellos momentos, o al menos conseguirlo con algo de lucidez.

-¿Qué tiene que parecer que encuentre a mi jefe desnudo en la cama de mi hermana? -cuestionó aparentemente sin ningún tipo de emoción reflejada en su voz. Sin embargo, era consciente de que el enfado cada vez era mayor en su interior, le conocía demasiado bien.

-Vale, probablemente sí que sea lo que parece, pero... -intenté dar una excusa lógica y válida, sin embargo, no dejó que terminara.

-¡KATERINE VOLKOV! -En ese preciso momento Katerine había salido del cuarto de baño, encontrándose con esta escena ante sus narices. Nos miró a ambos respectivamente, y yo solo pude lanzarle una mueca algo disgustada: no me gustaba en lo absoluto que Volkov se metiera tanto en su vida.

-No me grites, primero. -dijo ella tras suspirar. -Segundo, al entrar se toca. -señaló a la puerta, haciendo que ambos miráramos. -Y tercero, ¿qué necesitas, hermanito?

-¿Te has acostado con él? -su tono bajo de intensidad y de volumen, en cambio, su frialdad y cabreo incrementaron con gravedad.

-No es de tu incumbencia. -respondió firme, acercándose al vestidor. Víctor solo la seguía, mientras que yo me dedicaba a mirar la escena desde la cama, puesto que si me levantaba nada me cubriría, haciendo de esta escena una aún más incómoda.

-Oh... No me vengas con eso, Kat... -ella le ignoró, y al haber entrado al vestuario, aproveché para buscar mis bóxers y ponérmelos antes de que salieran.

-¿Te pregunto yo a caso si mantienes relaciones sexuales con Horacio? No, ¿verdad? Porque me da igual, y eso te debería pasar a ti también. -Argumentó con calma.

-¡Horacio no es tu puto jefe! -añadió casi exaltado, a lo que Katerine paró en seco y dio media vuelta para encararle.

-Sea mi jefe o no es una persona con la que tú has decidido mantener dicho tipo de relaciones, con lo cual yo lo respeto y demás... Así que como el amor y el sexo no se ven involucrados en temas de rangos ni jerarquías tu forma de pensar es francamente ridícula.-para ese entonces ya me había levantado, y de paso, me había acercado a los hermanos para intentar brindar algo de paz, cosa que no se me daba especialmente bien. -Más resumidamente y para que me entiendas: me importa una real mierda si te parece mal que me acostara con Jack, y la verdad no me apetece en lo absoluto que me comuniques dicha inconformidad.

-Esto... Esto es increíble... ¡Eres....! -comenzó a decir, pero decidí que ese era el momento en el que debía incluirme en la conversación.

-Ni se te ocurra insultarla ni faltarle al respeto, Volkov. -dije fulminante, entrando en el vestidor.

-Tú ni me hables, Conway... -me dijo mordaz, sin siquiera dirigirme la mirada.

Curiosidad. (Jack Conway)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora