Curiosidad. (Jack Conway)

8 (maratón 2/3)

Aquel hombre, el cual aparentaba más edad de la que tenía realmente, se encontraba sentado en aquel silencioso pasillo del hospital. Se sentía desolado, vacío y completamente ausente.

La chica estaba en la sala de enfrente, en medio de una intervención bastante complicada para salvar su vida.

Él, no paraba de fantasear con escenarios en los que la chica salía intacta de aquel tiroteo y se iban a un bar a almorzar con algún que otro comp añero, o incluso solos... Imaginó uno en el que él recibía la bala que iba hacia la chica, y le pareció menos desagradable que el que estaba viviendo en aquellos momentos.

También recordó algunos de los pocos momentos que había vivido con ella, por ejemplo, cuando la había conocido y ella le había dejado sin palabras debido a su potencial y personalidad. También cuando le había llamado para que fuera a buscarla, y cómo se habían dormido juntos aquella misma noche... Recordó su risa al estar sobre él en el suelo, porque estaba borracha y se había caído de las escaleras...Pero lo que más presente estuvo en su memoria fue el momento en el que ella le había contado sobre su pasado, y él la había abrazado...

"-Nadie va a volver a hacerte daño aquí, gatita. Antes me lo tendrán que hacer a mí. "

Aquellas palabras que había pronunciado a penas hacía unos días, le sonaban tan lejanas... Tan vacías... Le había fallado, no había cumplido su promesa, y se daba asco por ello.

Soltó una risa amarga, y continuó hundiéndose en su propia culpa y desgracia, buscando nuevas maneras de torturarse a sí mismo.

-¡Conway! -una voz lo sacó de sus pensamientos, sin embargo, él seguía sintiéndose perdido. Volkov se encontraba corriendo desde el inicio del pasillo hasta su posición. -¿Qué cojones está pasando? Greco me dijo que viniera al hospital, y no localizo a Katerine por ningún lado.

El de pelo blanco esperaba una respuesta, sin conseguirla aparentemente, bufó. El contrario se encontraba en otra realidad paralela, como flotando en una nube de irrealidades y confusión, en la que la presencia del comisario no figuraba en ninguna parte.

-Katerine... -susurró completamente ido, y el peliblanco asintió.

-Sí, Katerine, ¿dónde está?-aquella situación ya estaba rozando lo surrealista, lo cual no le gustaba nada al del cuello fino.

El superintendente sólo consiguió señalar a la puerta del quirófano, y por un momento, Volkov sintió su mundo caérsele a los pies.

-La... La están operando... -dijo Conway, mirando con una expresión vacía a su subordinado.

-¡Joder, joder! ¡Cómo coño ha pasado! -la desesperación llegó a la voz de Víctor, sacando a su superior del trance repentinamente.

-Víctor... -dijo sorprendido, puesto que ahora sí que era consciente de su verdadera presencia. -Tu hermana, se metió en un tiroteo con el Escobilla y recibió una bala en el costado.

-¿¡Qué!? -se tiró de los pelos y dio vueltas por el pasillo. En un movimiento algo brusco, cogió a su superior del cuello de la camisa, empotrándolo contra la pared. -Dime que está bien... Dime que va a salir de esta, Conway...

-Volkov... No lo sé... -le cabreaba que el Comisario le hubiera hecho eso, pero no tenía ni las ganas ni la fuerza de echarle la bronca. El de camiseta azul solo le soltó y se dio la vuelta desesperado, encarando la puerta del quirófano.

Ambos tenían lágrimas corriendo por sus mejillas, aunque las del hermano de la hospitalizada eran más abundantes, mientras que las del superintendente a penas se notaban.

-¿...Quién iba con ella? -preguntó casi en un susurro, apoyando un brazo en una pared, y mirando al suelo. Con ese acto, varias gotas saladas cayeron al suelo. -¡Responde!