"La paciente acaba de sufrir un paro.""La paciente acaba de sufrir un paro."
"La paciente acaba de sufrir un paro."
"La paciente acaba de sufrir un paro."
"La paciente acaba de sufrir un paro."
"La paciente acaba de sufrir un paro."
Esa frase se repetía innumerable veces en la cabeza de los dos más cercanos a la chica, y sin saber cómo, nada parecía tener sentido.
De un momento a otro, Volkov había salido corriendo de la sala, pero esta vez Horacio no pudo ir a por él, por miedo, y por vergüenza. Mientras tanto, Conway estaba con la mirada perdida, y aunque estuviera rodeado de gente, se sentía completamente solo, como si las innumerables voces de la estancia solo fueran el leve susurro de la brisa...
Se movió hasta unas sillas y se sentó en una de ellas, hundiendo su cabeza en sus manos, las cuales estaban apoyadas en sus rodillas sobre los codos.
Notaba cómo los médicos entraban y salían del quirófano de manera rápida, cargando con ellos todo tipo de medicamentos, suministros, y demás utensilios clínicos. Hasta que uno de ellos, pareciendo el jefe de planta debido a su indumentaria, hizo que todos los allí presentes se callaran, manteniendo la respiración expectantes ante sus palabras.
-¿Víctor Volkov? -Preguntó, y al no encontrarse presente, el hombre respondió en su lugar.
-Actualmente no se encuentra, doctor. Yo soy su superior al mando, si tiene que decirle algo, yo se lo haré saber. -dijo él con solemnidad y mucho respeto una vez que se había levantado, aunque aún con su voz levemente apagada puesto que se venía venir lo que quería decirle.
-Véngase conmigo, caballero. -le ordenó el doctor, el cual probablemente hubiera protagonizado la operación.
El Superintendente de la ciudad lo siguió obedientemente hasta una sala cuya puerta estaba adornada con un cartel bastante grande que ponía: "Staff only". Pasaron, y una vez estuvieron dentro, el hombre logró ver una pequeña sala con una mesa y un ordenador, acompañados con tres sillas. Sin duda aquella sala subió ser en algún momento un despacho. Aunque ahora se encontraba llena de cajas y papeles tirados por todos lados.
-Siéntese, por favor. -el hombre se sentó nervioso en el sitió que le indicaron. No le gustaba el tono del médico, puesto que buenas noticias no traía.-Siento el desorden, pero necesitaba un espacio tranquilo para que habláramos.
-¿Podría darme usted algún tipo de información sobre el estado de mi subordinada, por favor? Llevamos aquí más de tres horas, intentando pensar en positivo, pero a partir de la segunda la esperanza se empieza a perder. -cuestionó el policía, ganándose una mirada de compasión por parte del médico.
-Fue usted quién trajo aquí a la señorita Volkov, ¿no es así? -para ese punto, los rodeos del doctor lo estaban desesperando, y si ya de por sí su paciencia no era mucha, en aquella circunstancia aún menos. El médico le señaló con la mirada su ropa, la cual estaba completamente ensangrentada, y no se había dado ni cuenta.
-Sí, así es. -sonó desesperado, y un ápice de esperanza surgió de entre sus adentros al escuchar las siguientes palabras del médico:
-Pues... Menos mal que lo hizo, porque si no, no hubiera sobrevivido. -una paz interior recorrió de pies a cabeza al superintendente, el cual soltó un suspiro completamente no intencionado. -La señorita Katerine actualmente se encuentra muy débil, resistió la operación, y cuando le dio el paro pudimos reanimarla, aunque con bastante dificultad. Por eso digo que solo podrían pasar a verla usted y su hermano como máximo, y me sobran tres personas.
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Curiosidad. (Jack Conway)
FanficRusa, fría, y tremendamente profesional. Americano, frío, y tremendamente jodido. Los dos tenían algo en común, y era el sufrimiento que habían pasado gracias a su vida. Esto les llevaría a un mismo lugar pero, ¿Quién sabe cuál sería?