7- Mi lugar

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Es de noche y solo escucho mis pasos y los grillos que cantan como lo hacen cada noche.
Llego a la plaza, y ahi está Flavio.
Me acerco y sus brazos me rodean abrazándome para saludarme.

- Abrazas muy bien. Le digo
Una pequeña carcajada le sale y veo sus oyuelos marcándose.

- ¿A dónde me llevarás? -. Pregunta Falvio.
- Mmh, sígueme.

Andámos unos minutos pasando por un camino recto pero con desnivel que nos lleva a las afueras del pueblo, entre viñas y con vistas al pueblo.

- Siempre voy aquí para pensar, o cuando necesito estar sola. Es un sitio muy íntimo y secreto-. Sonrío.
- ¿Enserio? ¿Y porque me llevas aqui?

Narra Flavio:
La curiosidad invade mis pensamientos. Samantha me ha llevado a un lugar muy suyo y me cuenta que nunca ha llevado a nadie.

- Nose, me apetece estar aquí. Y no creo que tu les cuentes a todos este sitio. Yo le llamo mi lugar.

La verdad es que nunca lo haría.
- No tranquila.

Nos pasamos una hora allí hablando de cosas muy pensativas mientras miramos el pueblo a lo lejos.
Finalmente nos pasamos un buen rato mirando las miles de estrellas que se ven des del cielo más transparente que he visto en mi vida.
Nuestras cabezas se tocan y puedo sentir su tranquila respiración.

- ¿Has tenido algun desamor?-. Ésta pregunta me descoloca enseguida. Me mira espectante de lo que diré y eso me pone aun más nervioso.
- Sí.
- ¿Y qué pasó?  -. Decido no dar vueltas al tema.
- Nada, lo típico. Te enamoras y al final no era lo que pensabas... la verdad es que no pasé muy mal.

Samantha me mira. Se todo lo que está pensando en tan solo mirarle. Su mirada es aun más transparente que el cielo que estábamos mirando hace unos segundos.

- Vaya, lo siento mucho. El amor es una mierda sabes?.- Yo nunca me he enamorado.

Cuando Samantha me dice esto no puedo evitar mi reacción.
En verdad, es normal. Seguramente ha tenido muchas histórias pero ninguna de verdad y duradera. Pero porque no ha querido. Estoy seguro de que en Valencia todos le van detrás.

Los minutos transcurren en silencio. Noto un ambiente cálido y cómodo.
Samantha rompe el silencio:
- Tengo frío. Debería de haber cojido una sudadera...
- Ee... yo llevo una. Y estoy bien. Toma.
Se la doy.

Se levanta y se la pone mientras no puedo despegar mis ojos de su cuerpo.
- ¡Te queda genial!
- Que dices, seguro que parezco un saco de patatas jajajaja

Nos empezamos a reír a más no poder.
Me levanto y le acompaño a su casa.
Samantha es casi perfecta. Y digo casi porque estoy seguro que nadie es perfecto. Pero para mí, su imperfección es perfección.

- Muchas gracias por acompañarme a casa de verdad! Y por la sudadera-. Dice mientras se la saca.
- Nono, quédatela. La verdad es que el amarillo te sienta muy bien. Devuélvemela cuando me vaya a Murcia dentro de un mes más o menos.
- ¿Seguro?
- Sisi. Estoy seguro. Tengo alguna, y estamos en verano. Casi ni me la pondría.

Sin darme cuenta tengo sus labios pegados a mi mejilla. Reacciono abrazándole y dándole las buenas noches.

- Hasta mañana Flavio!
- Hasta mañana SamanTHa

Madre mia, quién me lo iba a decir. Yo solo quería ir a pasar un verano distinto y me encuentro con una persona así de.. nose.
Me tengo que olvidar, es mi amiga por dios Flavio!-. Me digo a mi mismo mientras me dirijo a casa.
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Parece que Sam y Flavio se gustan mutuamente pero ninguno de los dos traspasa la barrera de la amistad....
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Un amor inesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora