Samantha observaba su jardín que tanto iba a hechar de menos. El viento cálido golpeaba las plantas, los árboles y la piel de la ojiazul. Estaba triste, o melancólica, sentía como la rutina se acercaba, aunque fuera en Madrid y tenia ganas, a la vez le daba pereza la mudanza y seguir una rutina diaria que acaba aborreciendo.
De repente una melodia le sacó de sus pensamientos, era su móbil.- Tia tia tia que ya tenemos piso- Eva sonabs eufórica- el propietario me ha dicho que cuando queramos nos da las llaves.
- De puta madre!!- contesté
- ¿Quieres venir a mi casa y elegimos outfit para la fiesta de pasado mañana?
- Vale, voy, en nada estoy.
Narra Samantha:
No quería irme, y el porque tiene nombre y apellidos. Llevaba unos días sin hablar con Flavio, le veía cada día en la cabaña pero no habia parado sus ojos en los míos, ni siquiera en mi. Le echaba de menos y esto me aterraba. Samantha no se pilla de nadie- me repetia los primeros días estando con él, pero luego dejé quitarme la coraza, permitirme sentir.
Qué idiota fui.Me encontraba delante de la puerta de madera y hierro abierta que daba paso a casa de Eva.
- Evaaa! Soy yo- grité.
- suubeee! - contestó gritando aun más fuerte que yo.Al verla no pude evitar reírme a todo pulmón
- ¿Que coño haces?- dije entre carcajadas.- Eres idiota? Probarme outfits- respondió la morena ocultando su sonrisa que amenezaba en salir.
- Joder tia pero que parece que te hayas disfrazado- seguí riéndome.
- Idiota- Eva se reía mientras se quitaba la ropa.
Tras una hora probandonos outfits yo opté para ir con uno mio que había llevado otras veces en Beniarrés, y Eva eligió unos pantalones acampanados blancos con un top plateado de una tira.
- Qué bien, estoy super contenta!- dijo Eva tras recoger todas las prendas de ropa- todo está perfecto.
Sonreí. En mi caso no todo estaba todo perfecto.
- No habéis hablado aun?- el tono de Eva habia cambiado, ahora sonaba preocupada.
Por desgracia Eva me conoce demasiado y es capaz de saber todo lo que siento tan solo viéndome o escunchándome.- Que va- intenté ocultar mi decepción pero no pude.
- No se que coño le pasa... Hugo me ha dicho que le ve bastante normal- respondió Eva temerosamente.
- Es gilipollas- dije mientras las lágrimas amenazaban con salir.
Eva se acerco y posó su mano derecha en mi mejilla mientras que con la otra me rodeaba abrazándome, justo lo que necesitaba.
- Gracias- dije con un suspiro.
- No te merece- se separó- cuando vayamos a Madrid te olvidarás y ligarás como siempre lo has hecho- sonrió- si te llevas uno al dia casi casi- terminó riéndose.
- Callate idiota- reí.
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La mañana había pasado, ya era tarde y Samantha salió de casa para ir hacia la cabaña mientras escuchaba Belén Aguilera, una nueva artista española que acababa de conocer y que no habia logrado dejar de escucharla, estaba en bucle.
Esta vez se permitió andar lentamente, disfrutando cada rincón del pueblo. Se veía la colina a lo lejos, no decidió coger el camino de arena como siempre, se decantó por seguir un camino que aun no habia seguido éste año.
Éste consiste en un camino de arena todeado de árboles que apenas dejan traspasar el sol. El rio pasa por su lado izquierdo y normalmente los pájaros cantan descordinadamente pero encajando a la perfección.Samantha decidió quitarse los auriculares para escuchar los pájaros que tanto caracterizaban el camino.
Cuando se los quitó no tardó en saber que no se encontraba sola, no mucho más lejos debería de haber alguien acompañado ya que sonaban distintas voces.
Sigió caminando y instintivamente giró su cabeza hacia su derecha, donde habia un camino que llevaba a distintos terrenos privados, muchos de ellos eran viñas.
Al girarse sus ojos se fijaron en las personas que escuchaba a lo lejos unos minutos atrás, quién no pensaba encontrar era a Ana Cuesta y mucho menos con Flavio.Ana la miró con sorpresa. Flavio al verla se tensó y esperó a que ella dijera algo, pero no lo lo hizo.
Fue en este instante en el que Samantha se dió cuenta de quién era Flavio. La rubia no supo qué hacer, se quedó parada unos segundos delante de ellos mientras su cara pasaba de sorpresa a decepción y decidia seguir su camino hasta llegar a la cabaña.
Mientras seguía el maldito camino las lágrimas empezaron a ahogar sus ojos, que poco después se convirtieron en lágrimas que empezaban una carrera hasta llegar al suelo.- Imbécil- dijo Samantha sin que él lograse escucharlo.
Flavio se quedó mirándola mientras seguia el camino hacia la cabaña.
Sabía que en unos minutos se encontrarían y no sabia como arreglarlo, ni siquiera si intentarlo.- Soy imbécil- se dijo él mismo.
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Hasta aquí el capítulo 32!! Qué creéis que pasará? O que ha pasado?✨Todos a reproducir Quiero Que Vuelvas!💕
Hoy a las 19:00 Flavio saca Yo con yo mismo💡.Gracias por las 27k lecturas!!👉🏼👈🏼
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Un amor inesperado
RomanceLos veranos en el pueblo son iguales pero tan diferentes a la vez... Samantha pasa parte del verano en el pueblo de sus abuelos con sus amigos, pero ésta vez se unen dos chicos nuevos en el grupo. Lee la historia y descubre el verano que le depara a...