23- ¿Demasiado tarde?

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Antes de llamar a la puerta de Eva me aseguré de secarme todas las lágrimas que acababan de caer por mi rostro.

- Hola Saam- Me abraza mientras entramos.
Su expresión cambia de felicidad a preocupación en los instantes que tarda en darse cuenta de mi cara.

- Un cuadro- me limito a decir acompañado de una carcajada que se transforma en puchero mientras se me entelan los ojos.

Nos sentamos en el sofá y con la mirada me indica que le cuente que ha pasado.

- Joder, pues si está asi de raro y distante pasa de él. Que venga a buscarte.- Dice Eva cuando termino.

Frunzo el ceño.

- No me gusta que te hagan daño... no vale la pena llorar por un chico. A ver que pasa en unas horas, igual tiene explicación.- sigue.

- Es verdad Eva, tiens razón. Gracias por aguantar todos mis putos dramas- me rio.

Eva tenia el poder de relajarme cuando lo necesitaba.

- ¿Quieres quedarte a comer?- me ofrece.

- No puedo. Hoy salen a comer todos a la cuidad y nos quedamos yo y Claudia en casa hasta que vuelvan.

Pasa la mañana rápidamente. Hablamos y jugámos un rato a cartas.

Narra Flavio:
Me estaba empezando a marear.  Ona se acababa de ir y ni siquiera se habia despedido de mi, aunque me da igual, lo que me importa es que mi amigo Marcos me ignore y no me quiera escuchar.

Siento que cuando vuelva todos me odiarán y volveré a enecrrarme como lo hice hace dos años.

Tras pensar más de lo debido decido desahogarme escribiendo frases estúpidas que me dan sentido a mi mismo.

"Se ahogan mis pupilas y mis manos toman vida tiemblan solas de frío, de rabia que quema por mis brazos hasta el centro de mi corazón..."

Se que deberia de hablar con Samantha, pero aun no me siento bien para hacerlo.

Narra Samantha:

- Venga va, la última- le obligo a terminarse el plato de verdura a Claudia.

- No me gusta- contesta.

- ¡De postre heladooo!!!- digo emocionada.

Claudia sonríe, y cuando estoy agachada elgiendo el mejor sabor interrumpe:

- ¿Cuando va a venir Flavo?- levanta las cejas con gesto de curiosidad.
Mi corazón se para al volver al recordar lo que mi mente habia conseguido borrar por unos minutos.

- Flavio, con i- limito a contestar.

Narra Flavio:
Acabo de comer.
Creo que debo una explicación a Samantha así que ésta tarde en la cabaña seguramente se lo contaré todo.

Whatsapp:
Yo: ¿Hoy a la cabaña no?
Eva: siiii
Nia: a las 15:45 estaremos yo, Jesús, Anaju y Mai.

...
Son las 15:54 así que salgo de casa con los auriculares. Se que solo podré escuchar uan cancion entera hasta que llegue así que decido bien cuál poner.

Bruises- Lewis Capaldi

La canción se acaba demasiado pronto y me doy cuenta de que estoy a punto de llegar.
Me he pasado la cancion aislado en mis putos pensamientos.

Me acerco a la colina a la cual la cabaña se sitúa a la cima y veo a algunos bailando animadamente. Solo pienso en pedirles perdón y en hablar con Samantha.

- Flaaaaa!!- grita Mai dando pequeños saltitos.
Esa chica es brutal, hace que esté mucho más cómodo con su espontaneadad.

Llego y todos me sonrien. Bajan el volumen.

- Hola chicos- sonrío.
Todos devuelven el saludo y me preguntan por Ona.

- Ésta mañana se fue- lo lamentan deseando haberse despedido de ella. Me rasco la nuca.
- Lo siento por ayer...

Ninguno habla. Han pasado dos segundos pero para mí es mucho más.

- Siento haber creado ese ambiente incómodo por culpa mia- explico.

Todos me abrazan.

- De verdad que no pasó nada, simplemente Ona no se lo tomó bien, pero debe de entenderlo. No has hecho nada mal- dice Nia.

- Tiene razón Fla, eres todo bondad, sabemos que no has hecho nada mal- sigue Mai.

- ¿Has hablado con Sam?- pregunta Hugo.

Cuando oigo su nombre me doy cuenta de que falta solo ella.

- No, bueno sí. Ha venido esta mañana pero lo he hecho fatal, como de costumbre- digo.

Ninguno pregunta qué ha pasado pero me miran com cara de pena. Lo detesto.

- Sam viene dentro de una hora. Está con su prima cuidando de ella- dice Eva.

Todo transcurre con normalidad. Algunos están tomando el sol mientras hablan tranquilamente, otros bailan y sienten la música que está a tope y el resto, entre ello yo, estamos en la sombra jugando a cartas y tomando unas cervezas.

- Mírala- dice Bruno. - Ya llega Sam.

Samantha estaba subiendo la colina sudando quitándose los auriculares que la aislaban del mundo.

Mis ojos solo la miraban a ella. No podía perderla. Quería contarle todo.

Samantha saludó a todos uno por uno y cuando llego al grupo al que me situaba yo saludó de forma general sin ni siquiera mirarme.

En éste instante lo supe. Samantha estaba pasando de mi y no creo que quisiera escucharme después de los reproches que le había dado durante las últimas 24h.
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Hasta aquí el capítulo 23!! Qué os está pareciendo?? Qué creeis que pasará??

A partir de ahora volveré a subir capítulos más seguidos🤍🤍🕺🏽

Un amor inesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora