Una Princesa Real (Libro1)

4❤Bienvenidos a Cordonia

||| No puedo creer que esto esté sucediendo de verdad || Miré hacia la ventana mientras mi amada ciudad, Nueva York, se desvanecía gradualmente, disminuyendo a medida que se alejaba ante mis ojos. La melancolía se apoderaba de mí al dejar atrás ese rincón tan querido. Drake aclaró su garganta, lo que me hizo voltear automáticamente hacia él. Estaba con los brazos cruzados.

|| Créelo, estaremos aterrizando en unas pocas horas, estés preparada o no. Y si no lo estás, las chicas de la corte te van a devorar viva. Harán cualquier cosa por ganarse la oportunidad de estar con Liam || me dijo con un tono bastante molesto. No comprendía por qué se comportaba así conmigo ni qué lo llevaba a actuar de esa manera.

|| Drake, no asustes a Riley de esa manera... || intervino Maxwell, poniendo su mano reconfortante en mi hombro y ofreciéndome una sonrisa tranquilizadora || Aunque Drake tiene razón en algo, todas están muy obsesionadas con Liam. La mayoría no lo busca por él, sino por quién es y la posición que pueden ganar, desafortunadamente || añadió Maxwell, y yo asentí en respuesta. Era evidente que la mayoría de los matrimonios reales no eran historias del tipo "lo conocí en un bar y me enamoré". Muchas mujeres probablemente aspiraban a la corona, a la adoración del público o simplemente querían complacer a sus padres. Podía comprender eso, pero lo que resultaba desconcertante era el comportamiento de Drake, tan desagradable a pesar de que apenas nos conocíamos. Sin embargo, no permitiría que la actitud negativa de alguien obstaculizara mi camino hacia esta nueva aventura. Manteniendo una mirada desafiante, le expresé a Drake:

|| Honestamente, Drake, no comprendo tu actitud. Pero quiero que sepas que no le tengo miedo a nada || A pesar de mis palabras, él continuaba observándome, y con una burla evidente, respondió:

|| Está bien, eso está por verse cuando estemos allá || Lo dijo con una certeza absoluta.

|| Riley te lo demostrará || intervino Maxwell, fijando su mirada en Drake || Mira, amigo, no entiendo por qué eres tan pesimista. ¿No deseas la felicidad de Liam? || le reclamó.

|| ¿Que sea feliz? Por supuesto que sí, Maxwell. Pero seamos realistas. Eso no es posible en su vida. No quiero ofenderte, pero lo que hiciste fue un error, y tu hermano te lo dirá. He visto chicas como ella ir y venir, y nunca termina bien. Y te aclaro, no lo digo por ella, ni siquiera por Liam o la familia real. Simplemente sé que no va a terminar bien. Yo lo sé... Además, Liam no le dará la corona solo porque llegue a amarla o porque se enamoró perdidamente de ella. Sabes que las cosas no funcionan así || continuó explicando Drake mientras me dirigía una mirada llena de rabia || Mira, muchacha, Liam no es ingenuo. Lo que quizás no sepas de él es que es demasiado leal. Incluso se casaría con la persona equivocada para él, sin amarla, si ella es simplemente la reina adecuada que Cordonia necesita ||

Sus palabras eran ásperas y contundentes, pero llevaban mucha verdad. Sí, el Liam que detalló parecía ser el mismo Liam que conocí. Dedicado a su pueblo, a su país, siempre pensando en los demás antes que en él mismo. Tenía miedo de correr riesgos o de permitirse creer que también podía alcanzar sus metas personales.

|| Riley no es ninguna cazacoronas || dijo Maxwell, plantándose frente a mí como un hermano mayor protegiendo a su hermana menor. Me sentí consolada y segura con él a mi lado. Tomé valor y enfrenté a Drake diciéndole:

|| Drake, puede que tengas razón, pero yo soy diferente a esas chicas. Que Liam sea un príncipe no me importa en absoluto ||

|| Ese pensamiento ingenuo es exactamente lo que te va a traer problemas. Recuerda que esto no es un elegante paseo vacacional para ti || afirmó Drake, rodando los ojos antes de retirarse hacia su asiento. Decidí ignorarlo y no contestarle; simplemente giré mi rostro hacia otro lado y me dirigí a mi asiento. No tenía por qué seguir escuchando a alguien tan negativo. De repente, sentí que Maxwell se sentaba a mi lado y tocaba delicadamente mi hombro. Al mirarlo, me dedicó una amplia y sincera sonrisa.