Tiempo Perdido

Prt.10

La hora del reloj marcaban las 4:00AM.

Eren con todo el ánimo se levantó de su cama, escuchó ruidos en la casa, muy seguramente era su padre.

Entro al baño, encendió la regadera de la ducha y se aseguró de que el agua estuviera en una agradable temperatura, se despojó de sus prendas de vestir. Momentos después estaba temblando sutilmente, se apresuró a secar su cuerpo y alistarse.

Su padre ya estaba preparando para otro día de trabajo, ambos se dirijieron al hospital donde laboraban, unos cuantos colegas del lugar ya se encontraban allí haciendo lo que les correspondía. Recibieron y dieron buenos días a los pacientes y enfermeras que se encontraban en los pasillos, cada uno de ellos entró a su consultorio esperando a sus pacientes.

Durante toda la mañana todo transcurrió con mucha normalidad, Eren entregaba buenas y malas noticias a sus pacientes, aunque nunca faltaba una sonrisa que daba una esperanza de vida para aquellos que lo necesitaban.

Y ese era el caso para la pequeña Tara, niña que a su corta edad de 6 años sufre Osteosarcoma, enfermedad que no solo está destrozando sus huesos sino que también los sueños más puros que un pequeño niño podía llegará a tener a esa edad.

La vida es cruel, en situaciones ataqua a los seres más pequeños e indefensos. ¿Dónde quedan sus metas? ¿Sus sueños? ¿Donde quedarán?

Eren observaba con dolor a la madre de su jóven paciente. Le dolía ver esa desilusión tan profunda, mismo sentimiento que su madre tuvo al enterarse de su corto tiempo de vida.

- ¿Vivirá? - Preguntó la madre en un hilo de voz.

- Haremos todo lo posible para que eso suceda. Mientras tanto conviva con ella todo lo que pueda, dele amor y verá que eso será de mucha ayuda.

Ella asintio, no fue de una manera energética, se encontraba perdida entre sus pensamientos; observó a su hija y una sonrisa triste se dibujo en su rostro.

- Mami - Hablo la pequeña tocando la mano de su madre, ambas sonrieron y salieron del consultorio del doctor Jeager.

- ¿Pediatría? Esa no es tú área de trabajo.

Eren escuchaba de forma atenta lo que el director del hospital decía, Nile era estricto, directo y firme en lo que comentaba. Por una de esas razones Eren lo admiraba.

- Pero necesito estar alli aunque sea por un tiempo. Ya sabes el porqué - Replicó Eren.

Nile vió a Eren con una ceja alzada y acomodándose en su asiento garraspeo un poco. - Me convenciste, pero no estarás trabajado directamente en esa área, solamente estarás allí por un tiempo y si quieres seguir en la pediatra lo que debes hacer es especializarte en esa área y listo.

Él joven Jeager asintio con tanta felicidad que lo demostró con una radiante sonrisa, sonrisa que contagió a Nile.

Se apresuró a llegar a su consultorio, otro paciente estaba esperando para ser atendido.

¡Sorpresa!

El siguiente era Ackerman.
Con alegría contagiosa entro a su consultorio, Levi se encontraba sentado en una de las sillas frente al escritorio del doctor Eren.

- Buenas tardes - Habló Eren sentándose.
No recibió respuesta inmediatamente, tomó su talonario y quitó una hoja, tomó su pluma y en silencio colocó las nuevas vitaminas que debían consumir Levi.

- Aquí está todo, debes regresar en la fecha escrita en la parte izquierda. ¿Alguna duda o algo que quieras comentarme de tu salud?

Levi se acercó para tomar la hoja. - Eres el primer médico que veo con una letra agradable, los demás son una mierd*.

Eren sonrió y volvió a preguntar lo anterior.

- Estoy bien. - Eso fué lo único que respondió, luego el silencio llegó. Ninguno sabía que decir o comentar. Era incómodo y el ambiente pesado.

- ¿Cómo van tus amigos? - Trató de conversar Eren haciéndole esa simple pregunta.

Levi seguía viendo la hoja y respondió. - También están bien, mi vida no es tan interesante como la de usted, Doc.

La puerta del consultorio fué golpeada suavemente y un “adelante” dejó ver la persona que se encontraba atrás de la puerta.

- Disculpe doctor Jeager, lo necesitamos de emergencia en la sala 104. - Informo la enfermera y se retiró rápidamente.

Eren se disculpó con Levi y sin más salió de su consultorio y fue a la sala de emergencia. Debía de hacer una operación de urgencia a una mujer que fue alcanzada por un ataque de bala.

Los datos de la mujer llegaron a Eren, Petra Ral.

Debía salvar a la mujer que se encontraba en el borde de la muerte. Otros doctores y practicantes se encontraban en el lugar, unos ayudando y otros solo tomando nota de lo que debían hacer.

Nota

Si tienen alguna duda la responderé en los comentarios.

Espero que les guste.