Por más insignificantes que sean, todos cometemos errores.
Y la mayoría son inexorables.
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ADVERTENCIA
- Género Yaoi (chicoxchico)
- Pareja principal Riren (LevixEren)
- Lenguaje vulgar
- Contenido explícito (sexo)
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Trabajo, trabajo y más trabajo. Era estresante y cansado pero todo se reponía al ver una agradable y feliz sonrisa de sus pacientes al saber que su salud estaba mucho mejor. Aunque solo algunos tenían esa dicha.
Eren durante el tiempo de su trabajo procuraba dar lo mejor de sí, buscaba más información para ayudar a Tara y los demás infantes. La salud mejoraba de algunos, otros se mantenía en lo mismo, pero ninguno empeoraba.
Frecuentaba el departamento de Levi, esté era más amable y cortés con él. La presencia de Eren era agradable para el desolado Ackerman, nadie lo sabía pero un sentimiento distinto también se estaba acostumbrando a llegar con frecuencia a su vida y no le desagradaba en lo más mínimo.
Sábado por la noche, un buen día para descansar y pasarla bien.
Eren estaba en su casa, junto a su padre viendo un documental en la televisión. Una llamada perdida le causó intriga, no era ningún número conocido por lo que ignoró ese acontecimiento. Minutos después el mismo número salió en la pantalla del teléfono. Era una llamada, Eren respondió y una sonrisa boba se dibujó en su semblante feliz.
- Creí que no respondería Jegaer. - La voz de Levi se escuchó. Eren sonrió sin darse cuenta de su sonrojo.
- No sabía que era tu número telefónico. ¿Haz cambiado de móvil? - Levi respondió con un “sí”.
Eren se levantó del sofá y dejó a su padre solo en la sala para entrar a su habitación y cerrar la puerta con seguro. Luego de una conversación tranquila por teléfono acordaron salir a algún lugar sin especificar. Quizás fueran solo a caminar por allí y luego regresarían a casa.
Un par de horas pasaron, Levi era puntual por lo que no tuvo que esperar nada. Eren ya se encontraba listo para salir. Se despidió de su padre y sin más salió de la casa.
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Árboles grandes y robustos les entregaban una fresca sombra durante la tarde, el parque de la cuidad era tranquilo. - Son niños, necesitan mayor atención.
Levi prestaba toda la atención del mundo a Eren en lo que decía pero un llanto agudo provocó un tic en su ojo izquierdo.
Un niño de quizás tres años calló al suelo, la imprudencia tocó a Levi y con descaro soltó una risa por ver al niño caer. La madre del niño miró a Levi con enojó, levantó a su hijo y Eren se disculpó por la acción de Levi antes que la mujer se marchará.
- ¿Por qué lo hiciste? Yo explicandote que los niños son sensibles y tú te ríes...
Levi se apoyó en el respaldo de la banca dónde estaban sentados. - Debiste decirle eso al idiota que me cuido de niño. Soltará una maldit* risa sínica que te darán ganas de golpearlo... - Dijo con fastidio y en susurro.
- Lamentó haber dicho eso... ¿Quieres hacer otra cosa? - Replicó Eren sonriendo con una pizca de vergüenza. - En verdad que lamento haber dicho eso.