Tiempo Perdido

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No pasó mucho tiempo luego de la discusión de esa noche.

Luego de su discordia Levi tomo una decisión definitiva sobre su vida.

Salió de su casa sin importar la hora, afortunadamente aún era un tiempo prudente para estar fuera del hogar.

Aún habían puestos abiertos y por gracia divina una florería era parte de esos puestos. Levi revisó sus bolsillos esperando que tuviera algo de dinero que desafortunadamente no tenía. Enojado consigo mismo se atrevió a entrar a la florería.
Una mujer ya de avanzada edad hablaba con otra mujer más joven. La atención de las mujeres se fijó en Levi en el momento justo cuando fingio toser.

La joven mujer salió del puesto pero antes se despidió de la otra mujer y deseando una buena noche se alejó del lugar.

- Buenas noches, ¿desea alguna flor en especial? - Preguntó la mujer mayor, Levi apenado asintió.

- ¿Girasoles? ¿Tiene girasoles? - Preguntó Levi viendo al suelo. La mujer respondió un "sí" y se apresuró a buscarlos, sin preguntar cuántos quería tomó más de díez y al llegar nuevamente dónde estaba Levi extendió sus manos entregándoselos.

- En estos momentos yo no tengo dinero, pero son de urgencia, los necesito urgentemente. - Dijo Levi viendo directamente a la mujer. Ella alejó las flores.

- No puedo dárselos. - Afirmó la mujer mayor.

Levi aclaro su garganta y fijo la vista sobre la mujer mayor. - Las necesito, cometí un grave error y si no hago nada para remendar mi cometido es probable que el único y verdadero amor de mi vida se marche y créame que no quiero que eso pase. Le juro que le pagaré el dinero después, pero por favor déme esos girasoles. Mi felicidad está en peligro y yo en verdad que amo a esa persona.

La mujer miró sus manos y pensándolo un momento decidió darle las flores.

- Espero que el amor de su vida siempre este junto a usted. - Dijo mientras le entregaba las flores. Levi asintió agradecido, recibió los girasoles mostrando una sonrisa de satisfacción.

- Volveré - Dijo Levi y se alejó corriendo de lugar.

Tenía que arreglar su error porque quizás se arrepentiría más adelante por no hacerlo.

Llegó a la casa de los Jeager, tocó la puerta de manera energética y no tardaron mucho en abrirla. Grisha Jeager era quien estaba tras la puerta, Levi se mantenía serio pero sin fruncir el ceño.

- ¿Buscas a Eren? - Pregunto Grisha viendo las flores. Levi asintió lentamente.

Grisha aclaró la garganta y volvió a hablar. - Eren no está aquí, alguien más si quiere estar con él. - Dijo mientras sobaba su cabeza con una de sus manos.

Levi bajo la mirada apretando el tallo de las flores, sintió un nudo en la garganta y sus piernas tener un leve temblor.

- Papá, no le digas eso. - Habló Eren soñoliento, dejando una de sus manos en su vientre mientras que la otra mano posaba en su cabeza. Dió un gran bostezo y luego se froto los ojos con ambas manos.

Levi sin esperar a que su suegro dijera algo solo entró a la casa y con paso apresurado se acercó a Eren. Lo abrazo tratando de no lastimar el vientre de Eren, no quería lastimarlo más.
Sintió las manos del castaños acariciar su cabellera azabache y sonrió, sonrió como un pequeño niño al cual se le perdonó una travesura.

- Necesitamos hablar de nuevo, con más calma. - Pronunció Levi sin dejar de abrazarlo.

Grisha fingió toser atrayendo la atención de Eren. - Estaremos en mi habitación. - Le dijo Eren a Grisha alejándose un poco de Levi.