Capitulo 23 El enlace

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Axell

La tarde y la noche más mágica y maravillosa de mi vida, bueno será la primera de tantas que tendré con mi luna. Porque este solo es el comienzo oficial de nuestra vida en pareja.

Todo salió como lo esperaba, cada cosa en su lugar. Agradecido de toda mi familia que colabora conjuntamente con la familia de Jade.

Nos despedimos de los demás, solo quedaron en el lugar mis primos que y mi gemelo, mientras que los otros miembros ya se habían ido antes. Conduje tomando otro camino diferente al que habíamos tomado cuando llegamos a la barbacoa.

- Mi amor, este no es el camino.

- Sí, pero aun tengo otra sorpresa.

- ¿En serio? Si así empezamos me vas a mal acostumbrar. Espero no sea solo por querer...- la interrumpí.

- Nada de eso. Yo no quiero dar por hecho que tengo tu amor, quiero alimentarlo con los detalles, regarlo con las caricias y verlo crecer confiado en las palabras.- sus ojos destellaron de felicidad, se inclino rozando brevemente mis labios.

- Ay qué lindo eres. Pero aquí hay un problema.

- ¿Cuál?- pregunto confundido.

- Pues que no puedes esperar lo mismo de mí, no soy muy de vena romántica. Aunque suene increíble pero no todas las mujeres nacemos con ese don de romanticismo.

- Eso creía yo hasta que te conocí. Todos tenemos un poco de loco y de romántico en nosotros, solo hace falta que exploremos ese lado. Hablo del romántico, no de la locura.

- Jaja entendí. Pero lo que quiero decir, que siempre en las relaciones hay uno que se esmera más en detalles, y esas cosas. Puede que algunas veces pueda...

- No tienes que explicármelo, yo no hago esto esperando lo mismo. Lo que busco es hacerte feliz, y que cada segundo puedas sentirte agradecida y confiada de la decisión que tomaste. Yo se que me amas, y con esos desayunos que me haces o los chocolates que me regalas son acciones que respaldan tus palabras. Y todo eso es valido, porque el romanticismo se muestra de formas diferentes porque este lo arrastra el amor.- la miro sonriendo.- y ¿quién te dijo que no eres romántica?

- Te amo.

- Yo también te amo.

Termino de aparcar en la entrada de la cabaña, salgo a abrirle la puerta del copiloto a Jade, quien se encuentra anonadada en su lugar. Una vez se encuentra a mi lado se me lanza encima con una sonrisa adornando su rostro.

- ¿Qué hacemos aquí?

- Pues en este lugar nos tendieron una trampa que nos unió en cuerpo y alma y en este mismo sitio quiero que nos enlacemos. ¿Entramos?

- Claro vamos.- dice emocionada mientras sostiene mi mano y se apresura hacia la puerta, espera a que abra la puerta.

Cuando traspasamos el umbral de la puerta de entrada, la guie hacia la habitación principal. Donde ya tenía un champan listo para nuestro deleite, ella se quedo observando la cama llena de pétalos de rosa.

- No entiendo en ¿qué momento hiciste todo esto?

- Me había preparado mentalmente todo lo que iba a necesitar, y claro un buen líder distribuye las tareas para que todo salga bien. Con un Luc fui a la joyería y al supermercado a comprar todo lo necesario para la barbacoa. Y le pedí a mi madre que arreglara este lugar, pero la idea fue mía. No sabes cuánto tiempo pase buscando las palabras necesarias para el discurso, pero no sé porque nunca me salen las palabras ensayadas siempre termino diciendo otra cosa.

- Waoo pero si la diosa luna me dio el mejor complemento.

- Sin duda alguna.- le guiñe el ojo.- brindamos.

- Si.

- Por la nueva vida que tendremos donde reinara el amor, respeto y el compañerismo.- y es que ahora sin su madre y sin Michael podremos ser plenamente felices sin temer a que puedan hacer algo contra nuestra felicidad.

- También por todo lo bonito que nos depara el futuro.- Chocamos las copas y emitimos un salud para luego proceder a tomarnos el líquido.

Nuestras miradas transmitían un nuevo brillo y decisión en ellos, tome nuestras copas y la deposite cerca de la mesita de noche.

Despacio me acerque a ella eliminando todo espacio que nos separaba, le pase un brazo por su cintura pegándola a mi cuerpo mientras mi mano derecha acariciaba su mejilla. En el silencio acogedor que sumía la habitación, solo nuestras respiraciones interrumpían el mágico silencio, acerque mi boca cubriendo la suya volviendo el momento en una rumba de los sentidos. Con sus labios entreabiertos extendió una invitación que no dejaría pasar.

Sin dejar de poseer sus labios con sabor a frambuesas, empecé a desabrochar su camisa de cuadros dejándola caer en el piso de madera de pino. Sus codiciosas manos apresuradas desprendieron mi camisa y siguió con mi pantalón encontrando un poco de resistencia, por lo que con pesar nos alejamos un poco deshaciéndonos de nuestra prenda inferior.

Una vez quedamos sin barrera alguna, como la fuerza de un imán volvimos a unirnos. La deposite en la cama tomando mi tiempo en observarla como yacía alrededor de todos esos pétalos, volví a devorar su boca de donde se desparramaban una sinfonía de gemidos que animaban mas.

Descendí hasta sus senos tomando uno de sus pezones entre mis labios, se arqueo ante mi contacto. Mis manos deambularon desde su vientre hasta el interior de sus muslos, encontrándolo húmedo.

Separando sus piernas conecte mi boca con su centro, deleitando con el festín que desprendía. Seguí acariciándola y saboreándola hasta que exploto en un orgasmo y mi nombre sobresalía de sus labios

Esa imperiosa necesidad de sentirla me condujo a incorporarme y posicionarme sosteniendo su trasero en mis manos. Conectado a su entrada me deslice con ímpetu mientras era recibida de lo más gustoso en su eje. Con el comienzo del vaivén de nuestras caderas como costumbre envolvió sus piernas en mi cadera, permitiendo que cada embestida fuera más profunda.

Nuestros labios tomaron la misma sincronía que nuestras caderas, nuestros gemidos crecían en intensidad avasalladora. El placer era tan aplastante que su convulsión me arrastro junto con ella hacia el tumultuoso orgasmo.

Nos quedamos abrazados sin emitir palabra alguna por largos minutos, y es que no queríamos romper con la magia del momento había sido algo fuera de serie.

Sus caricias volvieron a encender la hoguera, avivando el fuego de la pasión. Busque debajo de la almohada el objeto punzante, sin necesidad de explicar el procedimiento ella entreabrió sus labios. Cortando la vena amoris acerque mi dedo hacia ella y procedí hacer lo mismo con el suyo. Chupamos hasta que se cerró la herida evidenciando que la primera parte estaba completada.

Nuestras miradas fijamente en el otro, en complicidad emitimos las palabras que nos unirían formalmente ante los demonios.

- "Acepto ser tu cielo, tu amor y también tu infierno"- a unísono exclamamos esta frase que es tan significativos para los demonios.

Un extraño calor se apodera de mi cuerpo, el deseo carcome todo rastro de mi piel. El reencuentro de nuestros cuerpos se hace efectivo, ella cabalgándome con gran destreza y el puro placer recorriéndonos como un torbellino de pasiones.

CelesteFer

ERES MI LUNADonde viven las historias. Descúbrelo ahora