Capítulo 7

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Muchas sorpresas

Volví a mi casa con nuevas fuerzas y una visión mejorada de mi situación, de mi papel en el mundo y de mi misma. Podria decirse que recargada, lista para conquistar.

Ore y agradecí a Dios por acordarse de mí y ayudarme a salir de mi error.

Me preparé para ver, oír y hacer..

Esa mañana la super héroe en mí no vio nada diferente ni nada distinto y así por dos semanas. Ni tampoco me volví a encontrar con Julieta . Pensé por un momento que era un angel puesto por Dios para ese momento.

Después de unos días de nada de acción diferente a lo normal me sente en los columpios mientras veía a los niños jugar.

De pronto uno de ellos vino y se sentó a mi lado con una carita muy triste..

¿Que te pasa Esteban?..

¡Soy un tonto!..

No digas eso..

Sí.. si lo soy..

Haber Esteban..¿Que ves aquí?..

Una mano..

¿Y cuantos dedos tiene?..

Cinco..

¡Correcto!... ¿Sabias que hay personas que no pueden distinguir lo que tienen frente a ellos?

¿De verdad.?.

Sí.. Tú eres brillante Esteban. Puedes ver mucho más de lo que otros ven. Y no te preocupes por lo que otros te digan.. Tú eres muy inteligente..

¿En verdad?..

Sí.. completamente ..

Su sonrisa iluminó su rostro y el mío..

Señorita..

Sí..

Puedo venir y preguntarle lo que no entienda de mi clase en el recreo..

Estare aquí para ayudarte ¡cuando quieras! o me necesites ..

Gracias.. con sus bracitos rodeo mi cuello y me besó en la mejilla..

¡Me sentia tan feliz!. Creo que más feliz que él. Esteban me había hecho un gran favor. Más de lo que yo pudiera haberlo ayudado, él me había ayudado a mí.

Y tal como lo dijo, venía a mi en el recreo y me pedía que le ayudara a entender lo que no comprendía en su clase. Después se marchaba feliz de haberlo entendido.

Una mañana trajo consigo a su amiga Lily. Ella tampoco comprendía algunas cosas, así que me evoque en ayudarlos de tal manera que les fuera sencillo y divertido. Eran mis amigos de recreo. Pronto ya eran cinco a mi alrededor. Y pasadas tres semanas eran quince.

La directora me envió a llamar a la dirección y eso me preocupó un poco.

Al llegar estaban los padres de Esteban y Julieta. Al verla le sonreí y no sé por qué me relajó su presencia.

El naufragio de DiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora