Mi boda
La primera vez que me había casado fue ante un juez. Algo bonito. Mas lleno de emociones que de amor.
Pero esta vez era la suma de todas las cosas. Sentimientos, emociones y muchos pero muchos nervios.
Mis padres y mis hermanos estaban en primera fila y la madre de Julian esperaba a su lado.
La pequeña Lily y Esteban llevarían la cola de mi vestido blanco.
Al principio me negaba a usarlo. Pero la pastora me dijo que el Señor me había limpiado y que tenía derecho a lucir orgullosa mi vestido de novia.
¡Por supuesto que yo estaba feliz..!
Al llegar ante el altar mi futuro esposo vestía de traje negro con un pequeño corbatin. Que podía verse que le estorbava y deseaba quitárselo.
Talvez por los nervios del momento o porque era muy pequeño..
Después de la preciosa ceremonia y de las bendiciones que declaró el pastor sobre nosotros, nos esperaba un festejo en el salón de eventos que había montado mi hermana Jen y su esposo Rick.
¡Fue precioso!..Todos reían y yo me sentía feliz al ver a Julieta cambiada y relajada. Había aceptado que su hijo me tenía a mí ahora como primero en su vida..
Aún celebraban cuando nos fuimos a playa Flamingo. Una hermosa semana..solos..
Tomé como una niña tantas fotos a los flamingos que Julian se reía de las poses en las que los fotografiaba. Era una pésima fotógrafa. Pero nunca me daba por vencida. ¡Les sacaría una buena.!
Nuestra semana pasó muy rápido y nuestra aventura juntos como matrimonio daba inicio..
Una vida turbulenta llena de malas decisiones casi arruina mi vida y mis emociones tóxicas casi me llevan al suicidio.
Lejos de Dios, aún creyendo conocerlo mi vida giraba en torno a ideas equivocadas de Dios..
Él era un juez arbitrario y yo una mala persona que merecía su castigo.
Me costó mucho creer en su amor misericordioso y mucho más creer y aceptar su perdón..
La restauración se me hizo dura y darme a mí misma la oportunidad de volver a vivir y soñar. Aún más difícil.
Pero Dios no se rindió nunca conmigo. Me amó y me tuvo tanta paciencia. Con su tierno Espíritu Santo me fue guiando paso a paso a una sanidad emocional y a una liberación espiritual.
Me hallaba en el camino correcto, gracias a él. Y Julian había superado todas las pruebas que le impedían sentirse libre..
De sus temores e inseguridades y de su pasado..
Los dos iniciabamos una nueva historia y aunque sabíamos que nos esperaban muchos retos por vivir y superar juntos. No estábamos solos. Dios iba con nosotros y sus promesas escritas en su palabra serian la luz que necesitariamos para enfrentar cada obstáculo siempre.
Era por fin la esposa del hombre indicado. La señora Cabalzeta. Y Julian tenía a su lado a la persona que siempre creyó que Dios había preparado para él..
El inicio del camino como pareja se perfilaba ante nosotros. Con la gracia de haber comprendido antes que existiría siempre un tercero entre los dos.."Dios "
Buscad a Jehová y su poder; buscad su rostro continuamente. Haced memoria de las maravillas que ha hecho. 1 Crónicas 16: 11-12
¡De cuántas cosas no me había librado Dios.! De la muerte y la enfermedad. De la depresión y la soledad. ¡Le debía tanto!..¡Le debía todo!.
Era feliz en los brazos de un hombre tan bello como Julian y le debía el cambio que me había hecho digna de él.
Y le agradecía mucho al Señor Jesús ayudar a Julian a encontrarse con él y consigo mismo..
Ahora éramos uno; según la palabra de Dios y teníamos muchos sueños por delante que cumplir. Y muchas pruebas que superar y muchas etapas como pareja que vencer y un amor entre nosotros que cuidar y fortalecer.
Pero no le tenía miedo a mi futuro. Porque Dios iría conmigo..
Él sería nuestra fuerza, nuestro escudo y fortaleza..nunca estaríamos solos otra vez.. Ni Julian ¡ni yo.!
Dios mío, fortaleza mía, en él confiare. Salmo 18: 2
Fin
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El naufragio de Dios
RomanceRebeca era una joven hermosa y soñadora que deseaba conocer el amor y enamorarse. Conoció a un muchacho que parecia llenar todas sus expectativas. Y parecía el hombre ideal. Hasta que una vez casados el maravilloso hombre la dejó ver su verdadera...