Capítulo 24

270 30 1
                                    

Un asunto sin terminar

Uno creería que soltar algo a lo que uno se acostumbró, es fácil y sencillo. Con solo orar y eso se fue..

Para algunas personas puede que eso sea sencillo. Su carácter o su determinación aprueban el cambio. Pero para otros ¡no es tan fácil.!

Julieta estaba indispuesta conmigo. Su trato era fingido. Se había disculpado conmigo ante Julian. Pero a solas se mantenía distante. ¡Era muy incómodo!

Una cosa era Julieta como amiga y una muy diferente como suegra..

Yo había invadido su espacio. Antes Julian era su chico de los mandados. Su complice en sus antojos. Su niñero si necesitaba salir o quería darse un respiro de su nieta..

Pero ahora Julian pasaba el tiempo conmigo. Y cuando llegaba a su casa mientras yo le daba clases a Lily y a Esteban era un: ¡Hola mamá!..un beso rápido en la mejilla y corría a dónde yo estaba.

Podía ver que eso la molestaba. Despues de que yo le dije lo que pensaba a Julian, él se esmeraba por hacerme saber que yo le importaba demasiado.

Una tarde me llamó para pedirme que lo esperara, porque se había atrasado en el tráfico..

Mientras jugaba con Lily, Julieta se acercó y molesta me dijo: Julian no llegará a tiempo para recogerte. ¡Será mejor que te vayas!. Hay un tránsito terrible por la autopista, hubo un accidente y las calles estan a un solo carril.

Lily princesa.. me tengo que ir. ¡Dame un beso! Nos vemos..

Después de despedirme de Lily me acerqué a Julieta y le dije en voz baja para que Lily no me escuchara: ¡Yo no le robé a su hijo.! Lo amo y él a mí. Lamento que no lo entienda..

Su rostro no manifestó ninguna emoción..

Salí de su casa y caminé. Muy pronto un taxi apareció y lo tomé..

Pronto estaba en mi casa..

Al llegar tomé un libro y empecé a leer..¡no quería pensar en la actitud de Julieta.! Sabía que si lo hacía mis emociones se pondrían a la defensiva y no le quería guardar resentimiento.

Debía creer que Dios la haría entrar en razón..

Mientras Julian llegó veinte minutos después de marcharme a la casa de su madre..

¿Y Rebeca?..le preguntó a Lily al hallarla sola viendo la televisión.

La abuela le dijo que se fuera. Dijo con toda inocencia Lily..

Julian se fue a la cocina muy molesto. Pero su madre se hallaba hablando por teléfono con una amiga.

La miró y movio su cabeza de derecha a izquierda. Con su mirada desaprovaba lo que había hecho su madre.

Te llamo luego Estela..dijo y colgó

¿Cuál es tu problema Julian?..le dijo su madre.

La miró y suspiró..¡Ninguno mamá.!

En diez días seré el esposo de la mujer de mis sueños y nada me impedirá sentirme feliz y emocionado.

¿¡Te conté que mis compañeros de trabajo me van a hacer un regalo!?..Mi luna de miel será en playa Flamingo..

Rebeca ama esos animales y está emocionada con la idea de verlos en persona. ¡De hecho le compré una cámara como regalo de bodas.!

Así..¿y ella que te compró?..

Su presencia mamá ¡es mi mayor regalo!.. La sola idea de formar parte de su vida, ¡llena la mía..!

Y si me disculpas mamá, ¡iré a verla!. ¡Me muero por darle un beso!..

Acercandome besé en la mejilla a mi madre y le dije: Mañana Rebeca no vendrá. Lily ya terminó sus lecciones. Ella solo viene porque mi sobrina se lo pide..

Pero mañana he decidido que sea ¡toda para mí!. Quiero pasar todo el domingo con ella. Iremos al culto por la mañana y despues la llevaré a un lugar donde e querido que vayamos desde hace tiempo..

Buenas noches mamá..

¿No te cansas de tanta miel?..

¡No mamá!.. Estoy deseando ahogarme en esa miel ¡hace mucho!..

¡Te quiero mamá!..nos veremos el martes. El lunes llevaré a mi futura esposa de compras.. ¡Hasta el martes mamá!

Salí de la casa de mi madre, dejandole claro sin discusiones quién estaba ahora de primero en mi vida. Mi corazón tenía dueña y le pertenecía a Rebeca.

Al llegar a la casa de Rebeca le di un gran beso y eso la hizo reír..

¿Que te a puesto de tan buen humor Julian?..

¡Tú!..

¿¡Yo !?.

¡Sí!.. ¡me amas y yo a ti.! Y dentro de muy pocos días nuestras vidas estarán unidas para siempre..¡Tú y yo! ¡sin tríos.!

Comprendí que había hablado con su madre sobre su actitud conmigo. No le pregunté que le había dicho o como lo había tomado Julieta. Lo veía tan contento, que no me importó.

Había orado para que ella comprendiera que yo no era su enemiga. Que no le estaba quitando a Julian. Él siempre sería su hijo y yo no me interpondria en su relación madre e hijo..

Pero tampoco iba a permitir que ella marcara las pautas en mi relación con Julian y algo fuerte en mí me decía que Julian se lo había dejado claro a su madre esa noche también..

El naufragio de DiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora