Capítulo 18

286 31 1
                                    

Prueba de fe y confianza

Para Julian no eran tan fácil de superar sus celos. Muchas veces cuando salíamos juntos, se iba al baño y tardaba unos minutos.

Yo estaba segura que oraba pidiéndole ayuda al Señor. Porque al volver se veía más tranquilo. Otras veces lo veía inquieto, entonces le pedía que nos fuéramos del lugar y caminaramos por el parque. Lo motivada a hablar de su trabajo o de otra cosa que mantuviera su mente ocupada en otros pensamientos.

En una de nuestras salidas mientras caminábamos por el parque nos sentamos en una banca a platicar.. Depronto vi de lejos a una anciana que vendía maní con miel y se me antojó..

Le pedí que me esperara mientras iba a comprar maní para los dos..

Cuando me devolvía hacía donde estábamos una bella mujer tenía su mano en el brazo de Julian y le hablaba muy amena y de cerca. Los vi reírse y me sentí incómoda y molesta. Así que decidí no ir a donde estaban.

Me senté y esperé comiendo mi mani..
Estaba irritada por que él parecía disfrutar mucho hablar con la chica. En medio de un arrebato me levanté y me dispuse a marcharme..

Miles de ideas pasaban por mi cabeza y en segundos me imaginé rompiendo con él..

Cuando mis pies iban a toda prisa unos brazos me retuvieron por mi cintura..

¡Ven!... me llevó a toda prisa hasta donde estaba la mujer..

Ana.. ¡te presento a mi prometida..!

¡Es un gusto conocer a la mujer que le robó el corazón a mi primo! Me alegró mucho saber que te había encontrado de nuevo.. ¡Las cosas que hace Dios!.

Cuando estábamos en el retiro de jóvenes yo siempre le bromeaba: ¡Julian deja de mirarla que te la vas a acabar con los ojos..!

Y terminabamos riéndonos como tontos.. Estoy muy feliz de que Dios los volviera a unir. ¡Espera que le cuente a mi esposo! ¡No se lo va a creer!... Julian fue quien nos presentó en el retiro de jóvenes donde ustedes se enamoraron y por su ingeniosa idea, hoy tenemos una linda niña. Nuestro mayor tesoro.. Ana Sofía. ¡Mi locura!

¡Estaba tan avergonzada!. Simulaba mi verguenza con una sonrisa. Ella era su prima y hacia tiempo que no se veían. Lo que Julian estaba hablando con ella y que los hacía reír; era sobre mí..

Quería que la tierra me tragara. ¡Me sentí tan tonta..!

Cuándo ella se fue, Julian me abrazó y me dijo al oído: ¡Comprendes lo mal que se siente oír al moustro de los celos.!

Sí..y lo siento Julian. Pensé tantas tonterías. Me imaginé.. ¡lo siento! ¡Lo siento mucho!.

Con un beso y rodeandome con sus brazos Julian se reía al imaginarme en su posición por unos minutos y que así pudiera comprender lo mal que él se sentía al imaginar perdido a quién se amaba..

La lección que Dios me había dado me permitía comprender desde adentro la lucha que vivía Julian y entender lo mal que podía sentirse.

Después de tres meses saliendo las cosas entre los dos iban de maravilla. El pastor felicitaba a Julian en nuestras reuniones de seguimiento pastoral.

Además Julian le pidió al pastor tener consejería personal con él. Deseaba tratar asuntos personales y mas profundos con él. Algo que me pareció extraordinario y opté por hacer lo mismo con la pastora. Así podría hablarle de cosas íntimas que me preocupaban. Como mujer y en lo personal con Dios.

Recuerdo que durante un encuentro de matrimonios en la iglesia el pastor nos pidió a los dos participar. Nos dijo que nos serviría de entrenamiento.

Oímos cada sermón y cada exposición que se dió y seguimos paso a paso cada taller. Ese fin de semana nos ayudó mucho a comprender muchas cosas.

¡A mí mucho más.! Había sido casada y aunque mi matrimonio duró solo dos años. Fue suficiente para acarrear muchas penas y causar muchos estragos en mi mente y en mi alma.

Cuando el pastor anunció que se haría la presentación de un niño que era prueba del poder de Dios y que ese niño había sido curado de células falciformes. Me sorprendí..

Me levanté para poder ver quién era ese niño. Y cuál fue mi enorme sorpresa al ver a Lucas con un bastón y a su esposa Amanda con él y a su pequeño milagro, Antonio..

Lloré de la emoción y olvidé donde estaba y con quién estaba. Había orado mucho y seguía orando por el hijo de Lucas y por él. No sabía nada de ellos, pero tenía fe en que Dios haría un milagro.

Cuando Lucas me vio de lejos y su esposa también, lloraron al verme. Lucas se desprendió de ellos y caminó hacia mí. Yo salí de mi asiento y caminé a prisa hasta donde él estaba y lo abracé..

Llorabamos..

De pronto Amanda se acercó con su hijo y me dijo: ¡Gracias.!

¡Solo eso fue necesario!. Me acerque y le di un abrazó a ella y un beso en la mejilla a su hijo.. Estaba feliz de verlos ahí y a su hijo sano.. ¡Era un regalo maravilloso de Dios!.

Cuando miré el rostro de Lucas vi que miraba sobre mi hombro. Me volví y allí estaba Julian, mirando confundido la escena.

Julian mi amor..Él es Lucas mi exesposo. Ella es Amanda su esposa y su pequeño hijo.. sano para la Gloria de Dios .. ¡Antonio..!

Estaba tan emocionada que no me daba cuenta de nada..

Julian extendió su mano y Lucas la recibió..

Rebeca es una gran mujer. ¡Cuidala mucho Julian!. ¡Ella merece ser feliz.!

Como prueba de sinceridad, Lucas abrazó a su esposa y a su hijo..

Julian lo miró a los ojos y con una sonrisa me abrazó de la cintura y le respondió: ¡Sean bienvenidos a la casa de Dios! Ahora son parte de nuestra familia..

Lucas y su esposa se miraron y con alivio le dijeron: ¡Muchas gracias! ¡A los dos!.

Esa había sido una gran prueba de fe y del poder de Dios para mí. Y para Julian una prueba de confianza y de fe.. en mí..

El naufragio de DiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora