Capítulo 22

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Decisiones

Julian estaba acostumbrado a un método de vida. Su madre y su sobrina habian sido su centro. Ahora estaba Rebeca.

La amaba y mucho. Pero todo lo que le había dicho lo partía a la mitad.

¿¡Ella tenía razón en todo lo que le había dicho..!? O se había dejado llevar por un capricho..

Enredado en sus pensamientos se dirigió a casa de su madre. Entró y su madre lo recibió y lo asombraron sus palabras: ¡Que dicha que volviste tan pronto.! Pensé que Rebeca te entretendria demasiado..

En especial hoy.. Andaba muy caprichosa.. Nada más pensar que se le ocurriera ir a caminar antes de cenar..¿Qué le pasa a esta muchacha? ¡Tú debes comer a tus horas.!.

Cuando la vea la próxima vez, hablaré con ella. ¡No puede darse esas atribuciones!.. Tú bienestar es primero y luego sus caprichos. Si hay espacio para eso. .

Por suerte vendrás a casa todos los días y así podre saber si te está cuidando bien.. Creo que lo mejor para ti es que comas aquí y después te vayas a tu casa. Así si no te gusta su comida ya te irás de aquí satisfecho..

Las palabras que le habia dicho Rebeca sonaron en su cabeza como truenos. ¡Ella tenía razón!. Su madre quería controlar su relación con Rebeca y él le había permitido a su madre ese derecho.

No le había dado el lugar a Rebeca delante de su madre, como ella lo merecía. Rebeca sería su esposa. Y tenía razón en lo que le habia dicho, si estuviera en su lugar odiaria llegar a su casa y que ella estuviera en la casa de su madre.

¡Ella tenía razón!. Actuaba como un niño con su madre y la había ignorado. Él habia dado por seguro el lugar de Rebeca en su vida y la había colocado al lado de su madre.

Rebeca no se sentía especial para él. En cambio él no dejaba de hablarle de lo especial que era su madre.

Pensaba y pensaba y no podía creer lo estupido e infantil que había actuado..

De ninguna manera iba a perder a Rebeca. ¡La amaba!. Había actuado mal con ella y tenía que arreglarlo.

Tomó su teléfono y marcó el número de Rebeca. . Una y otra vez. Pero ella lo tenía apagado. Preocupado decidió ir a buscarla. Necesitaba hablar con ella y arreglar las cosas.

Dió media vuelta y se marchaba cuando su madre le dijo: ¿ A donde crees que vas a estas horas? Mañana tienes que trabajar. Deberías descansar..

¡Escucha mamá.! Te quiero mucho y te agradezco todo lo que has hecho por mí. Pero ahora quiero más que a mi vida a una mujer. Y quiero pedirte que respetes el lugar que tiene Rebeca en mi vida. Ella ahora es lo primero para mí.

Y por favor deja de molestarla hablandole de como debe cuidarme. Tú eres mi madre. ¡Pero ella será mi esposa.! Es la mujer que amo y con ella voy a formar mi propia familia.

Amo a mi sobrina y por ella daria mi brazo derecho. Pero por Rebeca daría mi vida. Y no la voy a perder por esconderme en tus regazos mamá. Ya crecí. Y quiero, ¡quiero con toda mi alma una vida con ella.!

Te pido mamá que te abstengas de opinar sobre como me debe cuidar o no. Eso es algo que solo le compete a mi esposa. Rebeca es la mujer que amo y ella y yo resolveremos nuestros asuntos a nuestra manera.

Y solo Dios estará en medio de nosotros..

Julieta lo miró y se molestó con lo que decía Julian: Mis intenciones son buenas. ¡No puedo creer que te dejes llevar por un arrebato de Rebeca..!

No creí que ella fuera así..

Ella te a tolerado. ¡Demasiado mamá! Te has portado impertinente con ella y yo lo permití. Delante de Dios tú y yo la llevamos al límite..

Se portó contigo demasiado bien. La provocaste mamá una y otra vez y yo fui demasiado estúpido para no notarlo.

Te quiero mamá. ¡Mucho!

Pero a Rebeca la amo demasiado.. te pido por favor que actues como una madre cristiana y no me pidas violar mis votos matrimoniales.

Dejaré a mi madre para unirme a Rebeca y ser con ella una sola carne. .

¡Una sola mamá.! ¡No un trío..!

Acorralada por su hijo y por su conciencia Julieta se disculpó con Julian y le dijo que se disculparia también con Rebeca la próxima vez que la viera.

Con las cosas claras con su madre y en su mente y corazón se fue a buscar a Rebeca . No quería irse a su casa sabiendo que ella podía estar pensando en lo peor.

Y para él lo peor era perderla y después de soñarla y esperarla por tanto tiempo no iba a permitir que su error la alejara.

Al llegar la casa de Rebeca estaba a oscuras..

Toco el timbre varias veces hasta que la luz se encendió. Rebeca abrió la puerta y bastó una frase para dejar claro todo entre los dos: Tienes toda la razón, ¡me equivoque! perdóname mi amor..

Julian necesitó una reprension fuerte de Rebeca para abrir los ojos y poder pensar claramente..

La palabra de Dios que Rebeca no comprendió se volvió vida en ese momento.

Era mejor la reprension manifiesta. Aunque fuera duro el golpe emocional, que el amor oculto. Donde hubieran terminado las cosas si no ponían las cosas en claro..

Lo que ella sentía y ocultaba la estaba consumiendo y al no decirlas podrían volverse en una bomba de tiempo.

Ahora podían caminar juntos hacía un matrimonio de tres: Dios, Julian y Rebeca..

Su madre y su sobrina y la familia de Rebeca estarían después..

El naufragio de DiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora