Capítulo XXX.

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Saúl POV.


— ¿Qué onda hermano? — pregunta y me abraza con bastante alegría.

— Todo bien, gracias, ¿qué tal tú?, ¿qué haces aquí? — estoy tan sorprendido de ver a Óscar aquí, que no sé cómo reaccionar.

— Pues, no sé, después de verte tan diferente y renovado, decidí seguir tus pasos — vuelve a abrazarme — con la esperanza de renovarme también. He dejado todo con la chica que te conté — dice feliz — al final de cuentas, noté que todo era incertidumbre. Hasta ella estuvo de acuerdo con dejar todo por la paz — comenta emocionado — eso me quitó un gran peso de encima y creo que a ella igual. Así que quise seguir tu ejemplo y aventurarme más. — sonríe.

Recibo tanta información de golpe que no sé qué decir.

— ¡Wow! — digo abriendo los ojos con sorpresa — ¿entonces estás bien después de ese intento de relación?

— Más que bien — me toma de los hombros y me sacude con emoción — me hizo súper feliz porque sentía una carga enorme al tener que intentar enamorarla todos los días sin ver ningún tipo de resultado. Me estaba esforzando para nada, Saúl — sonríe.

— Si la decisión te hizo tan feliz, quiere decir que era la decisión correcta — le sonrío — ¿qué haces por aquí tan tarde? 

— Turisteando — ríe — tienes razón, la ciudad es maravillosa — da una vuelta rápida — no entiendo porqué no es tan popular con lo increíble y asombrosa que es. — Ríe — ¿interrumpí algo? — pregunta viendo a Bright y me giro solo para ver como el chico que comía arroz, observa a mi amigo con enojo.

— Estábamos cenando — regreso mi mirada hacia Óscar — ¿ya cenaste? 

— Aún no — hace un puchero — ¿puedo unirme a ustedes? — señala la mesa con el rostro — lo digo porque tu amigo no se ve muy feliz que digamos — dice con recelo.

¡Diablos!

— Claro que puedes, eres mi amigo — le sonrío — siéntate — lo invito a sentarse en la silla que está al lado de la mía.

Mala idea. Al momento en que Óscar toma su asiento, Bright se ve muy enojado, pero no logro entender claramente el porqué.

— Bueno — comienzo a hablar en inglés — Bright, quiero presentarte a uno de mis mejores amigos en  México — digo riendo de forma natural y señalo al chico moreno a mi lado con mi dedo pulgar — su nombre es Óscar — mi mejor amigo extiende su mano para estrechar la mano de Bright, pero el chico asiático solo muestra una cara de fastidio.

Intentando calmar la tensión en el ambiente, me disculpo con Óscar explicándole que en esta parte del mundo no se saludan con la mano, sino que lo hacen con una pequeña reverencia.

Se disculpa, mientras hace una reverencia, y Bright la acepta de mala gana.

Durante la cena, soy yo el que intenta mantener una plática fluida en la que los tres podamos participar.

Después de 40 minutos en los que Bright estuvo a punto de lanzar balas por los ojos y de un ambiente lleno de incomodidad, Óscar paga y se retira prometiendo en llamarme al día siguiente para salir los dos.

— ¿Qué dijo? — pregunta Bright, ya que Óscar habló en español.

— Que me llamará mañana para salir — me encojo de hombros.

— ¿Saldrás con él? — enarca una ceja.

— No encuentro una razón para no hacerlo — sonrío y él se sorprende con mi respuesta.

My Thai boyfriend, a superstar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora