Saúl POV.
Es víspera de año nuevo, por lo que los preparativos para finalizar el año están a todo lo que dan en casa.
Mamá ha barrido desde la parte trasera hasta la parte delantera de la casa, según para eliminar las malas vibras.
También ha preparado un poco de lentejas que pretende servir acompañado del pavo, esto supuestamente para tener abundancia el año venidero.
Ahora, estoy con Bright y Fernando en el Volvo que me regaló Don Leo, y estamos en camino al Mercado de la Merced.
La idea es comprar todo lo que mamá necesita para la cena de esta noche, a pesar de que le he dicho que iré con Bright y con Fer al evento de la noche que habrá en Reforma, a la altura del Ángel de la Independencia.
Aparcó lo más cerca posible del mercado y bajamos para entrar.
El mercado, al igual que el supermercado el 24 de diciembre, está repleto. Se puede ver a gente comprando amuletos y ropa interior de colores amarillo y rojo, claro, también hay gente, como nosotros, que vienen a comprar las uvas y otros ingredientes.
Recorremos los pasillos hasta que encontramos todo lo que mamá nos ha encargado.
Salimos con dos bolsas cada uno y las ponemos en la parte trasera de la SUV.
Tengo que dar una vuelta a la ciudad debido a que el camino directo a casa está cerrado por el evento de la noche.
Mamá le ha pedido a Bright que lave las copas mientras que a mí me ha puesto a picar ingredientes. Fernando, al igual que el 24, es el encargado del pavo.
Papá llega del trabajo a las 2 de la tarde. Llegó con demasiadas botellas de champaña así como ron y tequila.
— Se toman muy en serio el año nuevo — comenta Bright mientras bajamos las botellas de alcohol.
— Nos gusta la fiesta — le respondo mientras me encojo de hombros — está en nuestras raíces mexicanas — suelto y comenzamos a reír.
El español de Bright ha mejorado bastante. Ya lo entiende y lo habla con mayor fluidez, sin embargo, aún no lo lee del todo bien, pero sigue esforzándose. Incluso entre nosotros hablamos en tailandés, lo cual me sirve también para practicar y ahora le enseña su idioma a mi hermano menor.
Como hemos terminado de ayudar a mamá, decidimos sacar a pasear a Baxter. Bright se coloca un suéter grueso y yo me coloco una sudadera.
— No sé si llegaré a acostumbrarme al frío — comenta mientras le coloco la correa al can.
— Y esto no es nada — le comento — en el norte del país hace aún más frío.
La verdad, es que sí, estos últimos días del año, las temperaturas han sido mucho más bajas que en años anteriores. Incluso el gobierno ha comenzado a catalogarlo como el invierno más frío en la Ciudad de México. Para dar un ejemplo, son casi las 3 de la tarde y estamos a 10 grados celsius. Según los meteorólogos en la televisión, la temperatura estará aún más fría a la media noche, dicen que se espera que recibamos el nuevo año a -5 grados celsius, pero esta ocasión, no hay probabilidad de nevadas.
De hecho, en algunas zonas de la ciudad, aún es posible ver parte de la nieve que cayó el 27 de diciembre.
Llegamos justo al mismo parque en el que me lo encontré cuando recién llegó a la ciudad y caminamos en total calma. Casi no hay gente y no entiendo si es por el clima o bien si es por la fecha.
Es un día nublado y con algo de viento, lo que hace que el ambiente se sienta aún más frío.
Bright está prácticamente tiritando, así que tomamos un desvío hacia una cafetería cercana para comprarle una bebida caliente y que entre en calor.
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My Thai boyfriend, a superstar.
RomansaSaúl, un chico mexicano de 20 años, al cual se le presenta la oportunidad de irse de intercambio a cualquier universidad de Asia del este, pero el destino y su determinación lo llevan hasta Tailandia. Comparte habitación con Bright, el chico guapo d...