Capítulo XLIX.

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Saúl POV.

Ya han pasado varios meses desde el sismo. Si bien en esta ocasión hubo menos edificios colapsados en toda la ciudad lamentablemente el número de fallecidos fue alto. No todos pudieron correr con la misma suerte con la que lo hizo Fernando. 

Juro que fue horrible el pensar que había perdido a mi hermano menor. Porque sí, llegó un momento en el que la idea cruzó por mi mente.

Mientras estaba quitando piedras dentro de la pila de escombros, hubo un momento en el que la realidad me golpeó y comencé a asimilarlo. Intentando contener la calma, porque Bright estaba conmigo. No deseaba que me viera derrotado, pero el terror y el miedo de encontrar el cuerpo inerte de mi hermano, me ganó al punto de que las lágrimas comenzaron a manar de mis ojos. 

Bright y su lado protector, intentaron calmarme, no con palabras, más bien con un gran abrazo, respetando el silencio.

Todo empeoró con la primera réplica. Me sentí culpable de haber arrastrado al tailandés hasta donde estábamos, pero por suerte todo estuvo bien.

Logramos encontrar a Fernando y a sus amigos, por suerte, todos estaban bien y ahí fue cuando me lastimé y me hicieron usar la bota especial para la fisura del hueso. 

Como el médico lo dijo, la usé por dos meses hasta que en las últimas radiografías, el hueso parecía estar completamente curado.

La Jefa de Gobierno, junto al Presidente de la República, realizaron un acto solemne en La Plaza de la Constitución. El evento fue realmente conmovedor. Se armó una especie de altar comunitario en el cual se colocaron los nombres y fotografías de las personas que, lamentablemente, perdieron la vida.

Muchas personas llevaron veladoras y flores, provocando que el altar embelesara a todo a quien lo viera.

Durante el evento se hizo una recaudación de fondos para ayudar a los damnificados. Papá y mamá fueron los primeros en realizar una generosa donación. Su acción motivó a que otras grandes empresas donaran la mayor parte de sus ganancias. 

Lo que nunca me esperé, era que el chico tailandés donara igual una cuantiosa cantidad de dinero. Lo hizo tanto a su nombre como al nombre de la Embajada de Tailandia. Siendo así el primer país en donar fondos para los damnificados.

Al final, se logró reunir el dinero suficiente para ayudar a la reconstrucción de hogares y edificios que cumplieran con todos los estándares de seguridad y calidad.

Bright se ofreció como voluntario para ayudar en albergues. Fernando, papá y yo, ayudamos en la construcción de casas. ¿Tienes idea de lo cansado que es realmente construir una casa? Es completamente agotador. El gobierno contrató a varios ingenieros y personal calificado para verificar la correcta construcción y todo fue excelente.

Bright pudo seguir vistiendo su departamento, a las dos semanas del sismo. Aunque las compras que hicimos el mismo día que tembló, llegaron al mes y medio. No pude ayudarlo como quería, pero lo acompañé. Al igual que cuando estábamos en Bangkok, él me llevaba a prácticamente todos lados en el Volvo.

Al día de hoy, el departamento está listo y Bright se ha mudado a él. Entonces, aunque sigo viviendo en casa de mis padres, de vez en cuando me quedo a dormir con él, aunque no siempre es necesariamente a eso, si es que me entiendes. 

Bright ha conseguido un trabajo como modelo de revistas y poco a poco se le han estado abriendo las puertas que ya ha comenzado grabaciones de comerciales para la televisión. Si bien la paga aun no es igual a cómo ganaba trabajando en la televisora de la capital tailandesa, dice que no le afecta mucho debido a las inversiones que realizó antes de venir a México.

My Thai boyfriend, a superstar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora