C A P Í T U L O 5

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El día transcurrió con rapidez, tranquilidad y sin ningún contratiempo. Me sentía bien y por ello acepté la propuesta de James cuando sugirió ir a las áreas verdes de la universidad a pasar el rato, luego de culminar las clases.

No obstante, no conté con que el lugar estuviese repleto de estudiantes, charlando y riendo por todos lados.

Aun así, escogimos un lugar apartado del bullicio y formamos un pequeño círculo en el suelo. Los chicos comenzaron a charlar y yo saqué mi cuaderno de Microeconomía II para revisar algo mientras el sosiego se apoderaba del ambiente.

Me encontraba recostado contra el tronco de un árbol, leyendo un tema de la clase anterior que no me quedó muy claro y escuchando las tonterías que decían mis hermanos, cuando unos pasos me distrajeron de la lectura y una voz familiar interrumpió mi concentración:

—Hey, Stephen, qué casualidad encontrarnos en este lugar. —Michael se acercó a nosotros, con sus hermanos siguiéndole el paso, y se detuvo a mi lado.

Andrew le miró extrañado, aparentemente confundido por lo que había dicho.

—¿Casualidad? Pero si nos dijiste que... —Michael le dio un codazo en el estómago que le dejó sin aire y comenzó a reír con nerviosismo.

—Dije que vendríamos a tomar un poco de aire, sí —le interrumpió con una sonrisa falsa.

Derek miró de manera extraña a su hermano, como si estuviese cuestionando su actitud, aunque en general todos lo miraban como si hubiera perdido la cabeza. Después de todo, Michael era raro en condiciones normales, pero en ese momento actuaba más extraño.

Un silencio incómodo se prolongó en ese momento —cuando nadie supo qué hacer o decir ante la situación tan singular―, y sólo se disipó por el carraspeo de Alisson, que luego sonrió con amabilidad a los desconocidos que tenía delante.

—Bueno... —comenzó mi hermana—. Nosotros estábamos pasando el rato por acá. Si así lo desean, pueden sentarse y hacernos compañía. —Inspeccionó con rapidez a cada uno—. Son nuevos también, ¿no?

La hermana de Michael asintió y se sentó junto a ella con confianza.

—Sí, y es horrible ser la nueva en este lugar. No conocer a nadie es deprimente. —Hizo una mueca, antes de mirarla con interés—. Por cierto, soy Addison.

Mi hermana abrió la boca, sorprendida por la coincidencia.

—Soy Alisson, mucho gusto.

Ambas sonrieron y comenzaron a charlar como si fueran amigas de toda la vida, mientras el resto de los Blut tomaban asiento, luciendo algo incómodos por la repentina situación en la que se vieron envueltos. Todos parecían sentirse fuera de lugar, excepto Michael que lucía encantado por lo sucedido.

Cuando notó que le estaba observando, abrió su boca para decirme algo y, sin dudarlo, volví a la lectura del tema que estuve repasando antes de su llegada. Bufó ante mi falta de interés y yo estuve a punto de sonreír por su reacción.

El grupo comenzó a volverse ruidoso cuando los chicos entraron en confianza. El bullicio quebrantó un poco mi concentración, pero aun así me esforcé todo lo que pude por continuar repasando, para no tener que hablar con el chico de cabello castaño que estaba a mi lado.

Sabía que Michael me daba miradas furtivas de vez en cuando, pero fingí no darme cuenta de ello, hasta que Alisson hizo un comentario que silenció al grupo y me hizo apartar la mirada de mi libreta:

—Hace poco, mientras navegaba por internet, encontré una página con preguntas de opción múltiple que supuestamente ayudaban a descubrir lo que querías hacer en tu vida, y hubo una en particular que llamó mi atención porque no pude responderla con precisión; ni siquiera pude pensar en algo correcto para decir. —Sacó su teléfono de su mochila y deslizó la pantalla con rapidez—. La pregunta es: Si pudieras elegir un lugar ideal en el cual estar, ¿cuál sería? —Levantó la cabeza y nos miró a todos—. ¿Qué responderían ustedes?

El dilema de Stephen [P#1] (RESUBIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora