C A P Í T U L O 33

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—¿Revisaste el procedimiento? —cuestioné mientras revisaba de forma minuciosa mi ejercicio—. Porque no me está dando lo mismo que a ti.

Un sonido lleno de inconformidad se escuchó con claridad en el silencio de mi habitación.

—Lo revisé dos veces, Stephen.

—¿Y las cuentas?

El exagerado suspiro que expulsó me hizo sonreír por lo dramático que podía llegar a ser cuando de estudiar se trataba. Con lo flojo que Michael era, en verdad no comprendía cómo lograba mantener su promedio.

Suponía que simplemente había nacido para ello.

—Oh. —Soltó una risa nerviosa que me hizo mirarle sobre el hombro—. Sumé en vez de restar. —Borró con rapidez y escribió algo en su libreta, antes de alzar la cabeza con una sonrisa inocente—. Ahora sí nos da lo mismo.

Rodé mis ojos y taché el número del ejercicio en la pequeña lista de problemas que había realizado para organizar de mejor manera todos los ejercicios que hacíamos.

Ya hacía una semana desde que estábamos de vacaciones entre semestres, pero había decidido que sería útil hacer un intensivo y adelantar Contabilidad IV, porque eso podría ayudarme en mi trabajo. Michael decidió sumarse cuando le conté mis planes y ahora estudiábamos todos los días luego de la universidad para aprovechar el tiempo lo mejor que podíamos debido al corto tiempo que duraba el intensivo.

—¿Pasamos al siguiente o tomamos un descanso para...?

El flash de una cámara activándose hizo que me detuviera para girar mi cabeza y alzar mis cejas con asombro. Michael murmuró un par de cosas mientras revisaba su teléfono, antes de bajar el aparato y dirigirme una mirada llena de vergüenza.

—¿Qué haces?

—¿Tomando una foto? —dudó.

Mi frente se arrugó.

—¿Por qué?

Michael se encogió de hombros y comenzó a jugar con el borde de mi almohada, restándole importancia a la situación.

—Para sumarla a la colección.

—¿Colección?

Michael alzó la mirada, dejando en evidencia el sutil rubor que cubría sus mejillas, mientras me extendía su teléfono para que lo agarrara. Sujeté el aparato en mis manos y metí la contraseña para desbloquearlo, dejando al descubierto la galería con una carpeta llamada "☆".

Oprimí el conjunto de fotos cuando noté que la portada era una foto mía de espaldas frente al escritorio y mi respiración se cortó con la cantidad de fotos que encontré allí.

Las imágenes variaban de ángulo y lugar, pero en todas aparecía Michael conmigo de una u otra forma. Ya sea que ambos estuviésemos mirando a la cámara con sonrisas a juego o que Michael me estuviese tomando una foto mientras estaba prestando atención a otra cosa. La mayoría eran selfies, aunque las primeras fotos del álbum pertenecían al tiempo en que ignoraba a Michael y mi expresión no cambiaba de seria o irritada.

Pero muchos momentos especiales estaban capturados y yo no había sabido de ellos hasta ahora. Pasé a través de una secuencia de fotos tomada el día en que Michael me llevó a la escuela de arte y mordí mi labio inferior. En una me encontraba frente a mi caballete mirando el lienzo con total concentración y las cejas arrugadas, la siguiente fue una foto de ambos sonriendo a la cámara, exhibiendo nuestras caritas de pintura en las mejillas y en la que le seguía salía de igual manera sonriendo a la cámara, pero con un ojo cerrado porque Michael besaba mi mejilla con cariño.

El dilema de Stephen [P#1] (RESUBIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora