Michael
Mi mirada estaba perdida en algún punto de la hamburguesa que estaba en mi plato mientras mi mente me mostraba una y otra vez los flashbacks de la escena que protagonizamos Stephen y yo en el campo de entrenamiento de tiro con arco.
Estaba tan avergonzado por mi comportamiento que no le había dirigido ni una mirada desde que salimos de la zona de tiro para buscar algo que alimentara a nuestros hambrientos estómagos.
Por una parte, la emoción burbujeaba en mi interior por el día que estaba pasando con él, aunque por otra, todo lo que quería hacer era salir corriendo, llegar a casa, encerrarme en mi habitación y nunca salir de allí para no verle la cara.
De alguna manera, Stephen tenía la capacidad de hacerme sentir así de contrariado.
Alcé la mirada con disimulo y me dediqué a estudiar a mi acompañante por los próximos minutos, haciendo todo lo posible para que no notara mi repentina inspección. Mientras le detallaba, me cuestioné la razón por la que me llamaba tanto la atención.
Había estado dándole vueltas al asunto, pero nada específico llegaba cuando pensaba en todas las cosas que me interesaban de él.
Observé el momento en el que Stephen agarró una papa frita y la embarró de kétchup, antes de meterla en su boca y masticarla con expresión pensativa. Esto ya no era divertido. Se suponía que le invitaría a este lugar para distraerle de lo que sea que le estuviese molestando y todo lo que estaba haciendo era incomodarnos a ambos.
Miré a mí alrededor, notando la cantidad de familias que comían en uno de los locales del club, ajenos a lo que ocurría en nuestra mesa. Miré nuevamente hacia Stephen y carraspeé para llamar su atención mientras me apoyaba en el espaldar de la silla.
El azabache alzó la mirada de su comida y me observó con algo de inseguridad, haciéndome sentir culpable.
Al parecer hacía todo mal.
—¿Cómo la estás pasando? —quise saber —. ¿Te divertiste el día de hoy?
Stephen observó su hamburguesa mientras una sonrisa disimulada reemplazaba su anterior seriedad.
—Fue un día interesante. —Alzó de nuevo la mirada, encontrando nuestros ojos—. Nunca en mi vida practiqué tiro con arco, pero sin duda volvería a hacerlo.
—Y yo estaría más que encantado de traerte de nuevo.
Stephen bajó la mirada con rapidez, pero fui capaz de notar el leve sonrojo que se formó en sus mejillas.
Queriendo darle un descanso, tomé mi hamburguesa y le di un mordisco mientras detallaba los movimientos cohibidos de Stephen. Parecía algo tenso, como si no supiese cómo actuar a continuación.
De inmediato quise cambiar eso.
—Háblame de ti, Stephen —pedí—. ¿Qué cosas te gusta hacer?
Reflexionó por un momento antes de alzar una ceja.
—Explícate.
—Me refiero a..., debes tener alguna afición, ¿no? —Al ver que seguía confundido, continué—: ¿tocas algún instrumento? ¿Tienes favoritismo por el arte o algún deporte?
—Oh, bueno... —Pensó por un momento mientras embarraba otra papa con kétchup—. Supongo que me gustaba tocar el saxofón.
—¿Supones?
¿Cómo era que no podía saberlo con certeza?
—Sí. —Se encogió de hombros—, no lo toco hace muchísimo tiempo, así que no sé cómo me siento con respecto al instrumento. De hecho, no sé cómo me siento con respecto a muchas actividades que realicé de niño. —Continuaba mirando su plato mientras se perdía en sus pensamientos—. Solo recuerdo la obstinada necesidad que tenía por agradar a mi padre en aquel entonces. En mi inocencia de niño pensé que podría ganar su cariño si era bueno en muchas cosas. —Alzó su mirada mientras una sonrisa amarga adornaba sus labios—. Ahora pienso que fui estúpido por pensar que podría llamar la atención de Steve y cada actividad que realicé solo me recuerda que, sin importar cuanto me esforzara, nunca obtendría nada de mi padre.
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El dilema de Stephen [P#1] (RESUBIENDO)
RomanceStephen temía crear lazos con el resto por miedo a salir herido. Pero Michael llegará a su vida con una sonrisa que le causará más de un dilema. ─────•☆•───── Tras una vida llena de desplantes por parte de su padre, Steph...