LA PRINCESA DE LAS ROSAS (Capítulo 27)

659 64 12
                                    

—¿Qué carajos haces?— grité.

—Por favor no digas nada, déjame explicarte, por favor ayúdame— suplicó Tessa.

Escuché los pasos apresurados de las enfermeras, que se acercaban por el sonido de las alarmas que anunciaban la muerte de Saúl, Tessa temblaba, la tomé de la mano —Vámonos de aquí, no pueden encontrarte aquí— dije, salimos corriendo, hacía el lado contrario de donde yo escuché los pasos.

Llegamos al baño, en cuanto entramos cerré la puerta, Tessa me veía con miedo, yo la veía sería, intentando fingir que estaba indignada por lo que había visto, de pronto llegó Patrick.

P: —¡Déjame matar a esta estúpida! No puedo creer que se entrometió en nuestro trabajo, necesito arrancarle la cabeza, succionar su sangre, romper sus huesos—

L: —¿Si te calmas por fa? Estás todo exaltado, sos el típico macho que cree que una mujer no puede hacer tu trabajo, te crees demasiado—

P: —Al menos yo hago algo más que andar ofreciendo el cuerpo, tonta pelirroja—

L: —Te voy a matar, maldito infeliz—

E: —¡Ya cállense! Otra vez la están poniendo nerviosa, no ven que ustedes la aturden, parecen niños—

—Hey chica, ¿Me escuchas, estás bien?— dijo Tessa, sacuidiéndome.

—Eh, si, si, disculpa estaba pensando que hacer—

—Por favor no me delates, yo no soy una mala mujer, te juro que todo tiene una explicación—

—¿Ah, sí? Entonces te escucho—

—El chico que estaba en esa habitación, era mi ex novio, fuimos novios seis años, fue mi primer novio, el primer y único hombre en mi vida, los primeros dos años te juro que fueron maravillosos, los mejores de mi vida, fuimos tan felices— en ese momento se derrumbó, no podía dejar de llorar, yo la veía totalmente desconcertada, pero también trataba de entenderla, inhaló profundo y prosiguió.

—Lo amé más que a nada en el mundo, todo cambió cuando tuvimos relaciones sexuales, yo era virgen y por entregarle mi virginidad él se creyó mi dueño, empezó a decirme como debía vestirme, con quien podía salir y con quien no, ya no me dejaba salir sino era con él, ya no podía salir ni con mi mamá, me humillaba, lo soporté cuatro años, cuatro malditos años, hasta hace unos días que se atrevió a golpearme, ahí sino pude soportarlo, me dejó totalmente goleada— Tessa se subió la blusa y al verla pensé en mí cuando era niña, su cuerpo estaba lleno de moretones, ella no podía dejar de llorar, volvió a inhalar y siguió.

—Lo denuncié, porque no podía más, pero la policía lo dejó ir y él no dejaba de amenazarme, yo sabía que no iba a vivir en paz hasta que alguno de los dos muriera, cuando supe que el asesino de las rosas lo había asesinado, sentí tanto alivio, pero luego me enteré que estaba grave, ¡qué no había muerto! Sentí miedo de nuevo y decidí terminar el trabajo del asesino, haciéndome pasar por él, para quitar toda sospecha de mí, es que no tendría paz, y de morir yo a que muera él, lo elijo a él— finalizó.

—Ahora entiendo todo, no sé que decirte, yo soy amiga Isaac—

—¿Quééééééé? Isaac no es mal chico, pero es su amigo, y si le decís me va entregar a la policía— en cuanto terminó de decirme eso, tocaron a la puerta.

—Lava, ¿estás aquí?—

—¡Jodeeeeeeeer, es Isaac!— dijo Tessa.

—Tranquila solo sígueme la corriente y por favor actúa como si fueras a ganarte el Óscar— respondí.

Abrí la puerta, —Perdona es que me topé aquí con una amiga y clienta de la florería, que esta mal, la encontré desmayada— mentí.

Isaac entró, al ver a Tessa se asombró, —Tessa, ¿qué haces aquí?—

Tessa se le quedó viendo no sabía que decir entonces intervine, —¿Ustedes se conocen? Tessa venía a ver a su ex, porque aunque terminaron mal y él la golpeó ella lo ama y al enterarse que está hospitalizado quiso venir a verlo—

—Su ex es Saúl— dijo Isaac.

Yo fingí asombro, Tessa empezó a llorar, —a pesar de todo, yo lo amo y no le deseo mal, quiere verlo y decile que lo amo y lo perdono— dijo.

Isaac se le quedó viendo a Tessa, se le acercó, la abrazó, —Tessa, tenés que ser valiente— dijo.

—¿Qué, de qué hablas? ¿Qué pasó?—

—Saúl acaba de morir, el asesino de las rosas entró al hospital y lo remató—

—¡Noooooooooooo, Saúl, noooooo, mi amor, mi niño, no puede dejarme, ¿qué haré sin él?— grito Tessa ahogada en llanto.

P: —Vaya la niña se tomó en serio eso de actuar para el Oscar, Lava deberías aprender, la putería no es todo, cariño—

Sacudí la cabeza, me acerqué a ellos y los abracé, y sentí paz, un maldito menos en el mundo, salimos del baño.

—Debo irme a casa, Gina está sola— dije.

—Te llevo— dijo Isaac.

—No, lleva a Tessa, yo traje mi auto, nos vamos después—

—Gracias por estar para mí— dijo Issac dándome un beso en la mejilla, intenté disimular como me derretía por él.

Subí a mi auto, conduje a casa, llegué a eso de las 4:00 p.m. Gina me esperaba ansiosa, le conté todo como había estado todo y las dos reímos, luego me concentré en lo que importaba.

—Gina, ¿Qué recuerdas del día que di a luz?

Gina me vio muy asombrada, —yo estaba encerrada, pero escuché llorar mucho al bebé, después de que tu mamá dijo que había muerto, lloró mucho—

Sentí un escalofríos en todo el cuerpo, pero antes de poder reaccionar, tocaron el timbre.

Fui a abrir la puerta, era un señor de aproximadamente 50 años; bastante elegante y olía muy bien.

—Buenas tardes señorita, soy el detective, Francisco Monroy, ¿puedo hacerle unas preguntas?—

Continuará...

- Lissbeth SM.

LA PRINCESA DE LAS ROSAS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora