Jamás voy a olvidar la forma en la que Isaac me vio cuando supo que yo era Larislava, aquella niña indefensa a la que él quiso proteger, sus ojos me veían con dolor, con arrepentimiento y también con reproche, estaba dolido pero también herido, no sentí ningún tipo de satisfacción al verle así, me dolía verle herido, pero ya había aguanto demasiado.
—¿Por qué me decís esto? ¿Por qué querés herirme de esta manera? ¿Sabés lo que es niña significa para mí? ¡No es justo que lo utilices en mi contra, Lava! Esto si es un golpe bajo, busqué por años a esa niña, quería ayudarla, protegerla— dijo con los ojos llenos de lágrimas.
—Pues ahora esa niña está padada frente a vos, le hiciste creer que la amabas, la tuviste en tu cama, y, ¡le rompiste el corazón!— respondí entre lágrimas y salí corriendo de ahí.
—Lava, no te vayas— gritó Isaac, yendo atrás de mí,
Yo caminaba cada vez más rápido, Isaac no dejaba de gritarme, hasta que me alcanzó, me tomó del brazo y me detuvo.
—Lava, por favor no podés soltar tremenda bomba y luego irte—
—Claro que puedo, aprendí del mejor, vos—
—Pequeña por favor, decime ¿por qué nunca me dijiste que eras esa niña? Cuando te conocí lo sentí y te lo dije, lo negaste, ¿por qué? ¡te busqué por años! Quería decirte lo que lograste en mi vida, yo, yo, ¡yo soy un imbécil!— dijo; y por primera vez vi a Isaac llorar, llorar por mí y eso me dolió tanto.
—No voy a pedirte perdón por intentar protegerme, yo quise dejar atrás a esa niña, porque a esa niña le destruyeron la vida, vos fuiste el único rayo de luz que encontré cuando todo era malo, vos me salvaste en ese hospital, me sacaste de la oscuridad de mi mente, y nos trajiste de regreso, te pensé día a día quería volver a verte, cuando volví a verte la noche que entraste a mi florería, mi corazón se detuvo, esperé tanto tiempo para poder volver a verte, pero no encontré manera para decirte que era esa niña; yo tenía miedo, pensé que si nos conocíamos sin que supieras quien era todo sería mejor, y vaya que me equivoqué, ya no sos ni la sombra de ese chico bueno que conocí hace años en la habitación de aquel hospital— respondí.
—Larislava por favor perdóname, no me hagas esto, pequeña yo te amo.—
—Lava, ahora soy Lava, Larislava está muerta al menos para vos, lo está— respondí subiéndome al auto yéndome de ahí, mi celular no paraba de sonar, era Isaac, así que apagué el celular.
Conduje a casa y cuando llegué el auto de Dante estaba estacionado afuera, bajé rápido, e Isaac llegó, bajó y fue hacía mí, yo caminé rápido hasta la puerta, Isaac iba conmigo, abrí la puerta...
—Lava, por favor— dijo Isaac.
Los dos entramos y, oh sorpresa, no solo estaban Gina, papá y Dante, sino también Peonía y Sonia, Isaac las reconoció en seguida, lo noté en su cara.
—¿Qué carajos hacen ellas aquí?— dije azotando la puerta, Isaac me sostuvo, Dante se nos quedó viendo, tocaron la puerta, fui a ella, abrí, y era Agusto.
—Vine a hablar con vos y Barshá, hay muchas cosas que aclarar— dijo Augusto.
Entró y puedo jurar que ahí mismo se desató el más grande de los cataclismos.
Continuará...
- Lissbeth SM.
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LA PRINCESA DE LAS ROSAS
De TodoLarislava, una niña abusada, conoce a Gina y juntas empiezan una amistad que las hará demostrar que tan peligrosas pueden llegar a ser.