Capitulo III

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Avancé con cautela, por suerte aún conservaba mi ropa, me tomé el cabello con una banda que traía en la muñeca, ¿qué había pasado? ¿había bebido tanto que no recordaba nada después de salir de la discoteca?, no había nada en ese lugar que me revocara algún recuerdo, abrí la puerta de ha habitación con sumo cuidado, salí a un pasillo, luego había una escalera, la bajé y me encontré con la sala al girar la esquina, en el sofá un hombre , estaba dándome la espalda así que no pude verle el rostro, lo que me llamó la atención fue que en todo su costado izquierdo habían grandes hematomas que se extendían por su espalda y habían magulladuras en su hombro y brazo, comencé a asustarme, pero luego observé a mi alrededor, conocía este lugar, había estado aquí, reconocí el balcón, la cocina y los sillones.
-¡oh dios! – de pronto sonó el timbre, me asuste y quise correr pero la persona sobre el sillón se dio la vuelta con dificultad, suspiro un par de veces antes de levantar la cabeza, el alma se me cayó a los pies, tenía el rostro golpeado, los hematomas no eran tan grandes como los de sus costillas pero tenían un leve tono verdoso.
-despertaste – tenía ojeras y si mirada denotaba cansancio como si no hubiera dormido en días ¿qué le había pasado?, me acerqué a él sin decir una palabra pero antes de preguntar el avanzo hacia la puerta principal y la abrió.
- come ti senti fratello? Ti ho portato la colazione
-Grazie Nico – el hombre era casi igual de alto que Dante y tenía los ojos de un verde pálido
-E chi è questa principessa? La tua infermiera? - sonrió el recién llegado
-lei è…un'amica – el hombre se acercó y tomó mi mano, yo seguía en un estado que se parecía al shock, no entendía nada y mi cerebro se estaba demorando en procesar información.
-Nicola Berardi, un piacere, sei bravo?...eh Dante succede qualcosa al tuo amiga
-que? – Dante se acercó tan rápido como pudo, se llevó la mano a las costillas cuando llegó hasta a mi, comencé a llorar frente a el, me tomo el rostro y sentí su tacto reconfortante.
-¿Mía que tienes?
-tu…
-¿Qué? – baje la mirada y pase con sumo cuidado casi sin tocarlo, mis dedos sobre sus costillas y luego mire su hombro herido y por último toque su rostro.
-¿Qué te pasó? – me sonrió
-¿estás llorando por esto?
-¿te duele?
-un poco
-oh no – y llore más fuerte, el como pudo paso su brazo sano por mis hombros y me atrajo a el, vi a Nico sonreír mientras iba a la cocina.
-no llores, estoy bien fue solo un accidente.
-no supe nada de ti en días y ahora te encuentro así ¿quién te hizo esto?
-nadie fiore
-el muy idiota chocó en motocicleta – grito Nico desde la cocina, mire a Dante aterrada.
-hice un viaje a Milán de dos días cuando estaba en San Donato la lluvia me jugó una mala pasada y resbale, no pude frenar y me estrelle contra el pavimento, lamento no haberte avisado es que solo ayer regresé a Roma, estuve un par de días en el hospital en Milán.
-le dio un susto de muerte a nuestra madre – volvió a gritar Nico.
-me alegra saber que te preocupas por mi aunque anoche lo dejaste claro– me sonrió, no entendí lo último que dijo y luego me dio un beso en la comisura de los labios, un beso corto y casto.
Pensé en lo que había sucedido anoche, vine a su casa pasada de copas, el herido y aún así me abrió la puerta.
-perdón
-¿y eso?
-creo que es mejor que me vaya, discúlpame no debí venir. -me aleje de él despacio para que no se moviera de forma brusca – me gustó conocerte Nico, Soy Mía por cierto
-lo mismo digo Mía- Dante me acompaño a la puerta – si necesitas algo llámame
-me gustaría que te quedaras
-es mejor que descanses y perdón otra vez no sé en lo que estaba pensando.
-estabas pensando en mi por eso viniste y eso me gusta – se acercó y beso mi mejilla, se quedó más tiempo cerca de mi – dame un par de días y estaré en mi cien por ciento – sabia a lo que se refería.
-es mejor que pospongamos eso
-¿qué?
-preocúpate de recuperarte
-pero…
-nos vemos Dante.
Salí rápidamente del edificio tal vez pensando que Dante saldría detrás de mi, sentía vergüenza de mi misma y también tonta muy tonta, todos estos días enojada con Dante por no aparecer, que idiota era.

La pasión de Dante Donde viven las historias. Descúbrelo ahora