Epilogo

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Me pare frente al espejo, me temblaban las piernas y las manos las cuales sostenían un bonito ramo que era una mezcla entre liliums anaranjados y amarillos, era hermoso al igual que mi vestido, de un color arena y muy liviano, estrecho en la cintura que se abría luego para dejar una de mis piernas al descubierto al caminar, los tirantes caían por mis hombros dejandolos desnudos y el escote en forma de corazón dejaba expuesta mi clavícula donde descansaba un pequeño collar con un dije en forma de gota que me había regalado Dante hace unos días.
-¿Estás bien? – Elisa se posicionó detrás de mi mirándome por el espejo.
-si
-estas nerviosa
-si – Eli me sonrió y puso las manos en mis hombros
-yo también lo estaba…pero créeme cuando lo veas allí esperándote en el altar se te olvidará todo ese nerviosismo, así que ahora date prisa que tu hombre te está esperando ansioso.
Le sonreí, no me senti menos nerviosa pero si con fuerzas renovadas, respire profundo y salí de la habitación. Afuera hacia un calor agradable y la brisa marina me calmaba, al salir de la habitación mi padre me recibió, me miró y sonrió.
-estas preciosa cariño – me besó la mano y la puso bajo su brazo.
-gracias por venir
-no me perdería por nada del mundo el matrimonio de mi pequeña, por cierto esta todo controlado lo de la prensa, logramos mantenerla a raya así que no debes preocuparte por eso -la prensa había estado siguiéndonos desde que llegamos a Paris, nos habían hecho un par de fotos mientras salíamos en muestras citas, por supuesto que sabían del compromiso desde que notaron en anillo en mi dedo y comenzaron a salir artículos sobre nuestro eventual matrimonio, incluso habían descubierto donde la haríamos y la fecha apenas habíamos decidido dónde la haríamos así que la cambiamos a una ceremonia frente a la playa pero Dante no quería cualquier ceremonia, quería algo memorable y Elisa lo ayudó a convencerme, eligió Santorini, por supuesto, me llevó allí solo diciéndome que iríamos a Grecia, nada más, de hecho me tapó los ojos nada mas llegar al aeropuerto de Atenas me pidió usar audífonos, no entendía nada, nos subimos a otro avión y cuando miré por la ventana y vi aquellos techos azules profundo casi me da un ataque al corazón, era hermoso, no tuvimos mucho tiempo, la ceremonia sería al día siguiente y aquel mismo día llegaban los invitados , mis amigos, los de el, mi familia y la suya, todo fue bastante rápido, nos acostamos agotadísimos y al día siguiente a las ocho de la mañana tenía a alguien ayudándome con lo que necesitaba. Y aquí estábamos todos preparados y listos para mi matrimonio.
Mis padres por otro lado apenas les habíamos informado de que nos habíamos comprometido, para mi sorpresa no se opusieron, aunque si lo hubieran hecho no les haría caso, pero mi madre se puso a llorar por teléfono y mi padre se escuchó emocionado, mi madre me había ayudado con el vestido lo cual me sorprendió bastante, yo elegí el color, nunca me había agradado el blanco y no quería usar ese color, Dante al saber el color de mi vestido eligió un traje del mismo tono y ya me moría por verlo. Había pasado casi un año desde que nos habíamos comprometido, Dante quería que yo me estableciera bien y que tuviéramos nuestra vida en orden, no teníamos prisa así que esperamos, fue una buena decisión.
Respire profundo y me aferre al brazo de mi padre, bajamos una escalera un tanto empinada pero no fue problema al llegar a la terraza vi un camino de velas y flores que me llevaba al altar mientras los invitados se habían puesto de pie para recibirme, toda la costa de Grecia se veía preciosa al sol del anochecer pero lo que me quitó el aliento no fue el paisaje. Dante estaba con su traje en aquel altar de flores y cortinas blancas que ondeaban con la brisa, no llevaba corbata y tenía los primeros dos botones de la camisa desabrochados, se había dejado la barba un par de días y ahora la llevaba recortada a la perfección una rosa blanca asomaba por el bolsillo de su saco, se veía increíblemente guapo, Elisa tenía razón, todo el nerviosismo desapareció cuando me sonrió, avancé hasta el con mi padre del brazo, no podía ver nada mas, a nadie más salvo el.
Cuando llegue y mi padre puso mi mano en las de el me di cuenta que estaba temblando.
-Gracias por querer a mi hija de este modo Dante, te estás llevando una parte de nuestra vida- mire a mi padre sorprendida.
-no se preocupe señor Sorní, cuidaré a Mía con mi vida.
Mi padre puso una mano en su hombro y asintió complacido, Dante me miró y volvió a sonreír.
-te ves preciosa
-tu estás muy guapo – se inclinó y beso mi mejilla.
-les invito a tomar asiento por favor – dijo el juez del cual no me había dado cuenta de su existencia, Dante entrelazo sus dedos con los míos y nos giramos hacia el juez.
Debo reconocer que no preste atención a casi nada de lo que dijo el juez, solo era consiente de las caricias de Dante con su pulgar en mi mano y de respirar correctamente para no desmayarme porque todo el mundo nos estaba mirando, Dante había dejado los nervios atrás, yo no, sentía que cada vez temblaba más y era cuestión de tiempo para que mis rodillas no me sostuvieran así que suplique para que el juez se diera prisa.
-los invito a decir sus votos – Elisa que era mi madrina se acercó junto a Nico que era el padrino de Dante, ambos llevaban los anillos, Dante tomó la argolla de plata y me miró.
- Hoy Mía, frente a nuestros seres queridos que serán testigos, uno mi vida a la tuya, no solo como tú marido si no como tu amigo, tu amante y tu confidente. Prometo cuidarte, aconsejarte, compartir tus penas y alegrías, independiente de donde la vida nos lleve estaré a tu lado. Te doy mi mano, mi corazón y mi amor desde el día de hoy hasta lo que duren nuestras vidas, te amo – me quede sin hablar, lo mire con lágrimas en los ojos, deslizó con cuidado la argolla por mi dedo y me sentí la mujer más afortunada del mundo solo tenía unos minutos para recuperar la compostura, respire profundo, Elsa se acercó y me dio el anillo de Dante, noté que había algo escrito en el interior.
“ Per siempre insieme” (por siempre juntos)
No estaba segura si podría decir mis votos, solloce bajito, Dante tomó mi rostro, sus manos cálidas en mis mejillas y me besó ambas, eso renovó mis energías, respire nuevamente y comencé a decir mis votos.
- Gracias a ti volví a volar Dante, me enseñaste a creer en mi, en no dudar de mis decisiones, me diste alas y agradezco por cada día que estamos juntos. Seré tu compañera y tu amiga, tu amante y tu esposa de ahora en adelante, prometo cuidarte, protegerte, aconsejarte, compartir tus penas y alegrías, independiente de donde la vida nos lleve estaré a tu lado. Te doy mi mano, mi corazón y mi amor desde el día de hoy hasta lo que duren nuestras vidas, te amo.
Deslice el anillo suavemente por su dedo sintiendo que esté momento era eterno, nuestros corazones y almas unidas éramos uno solo estaba vez no contuve las lagrimas era feliz, luego firmamos el acta junto a nuestros testigos, era ya lo ultimo.
-por el poder que me otorga la ley los declaro esposo y esposa.
Dante no espero un minuto mas, volvió a tomarme el rostro y me besó de una forma dulce y delicada escuche aplausos y algunas palabras que no logré entender, apoye mi frente en la de el.
-Te amo Mía, te amo te amo te amo – susurro
-y yo te amo a ti italiano loco

La fiesta fue una verdadera locura, nadie nos daba un respiro, todos querían bailar o con el novio o con la novia y mis pies ya no daban más  incluso baile con mis amigas.
-¿Se quedarán aquí para su luna de miel? – me pregunto Laura
-no tengo idea, Dante no me ha dicho ni una palabra
-entonces…¿Cuándo le dirás?
-Lau no creo que ahora sea el momento
-debes decirle y cuanto antes mejor
-Lo sé es solo que…nuestra vida en Paris es perfecta se que ama lo que está haciendo y esto…esto cambiará eso.
-lo sabrá tarde o temprano
-lo sé lo sé
Por fin tuvimos un respiro, la música se volvió más lenta y Dante me pidió que bailara una ultima vez con el ya que nos iríamos pronto según sus palabras, tomo mi mano y la puso en su pecho junto a la de el, la otra la tenía en mi cintura y la mía en su hombro.
-quiero que comencemos ya nuestra luna de miel.
-eres demasiado ansioso Dante, disfruta de nuestra familia, tal vez no los veamos en bastante tiempo y ahora están todos juntos- suspiro
-lo sé pero me agobia un poco el ruido
-si quieres vamos a la terraza un momento – acercó su boca a mi oreja
-lo que quiero es quitarte ese vestido y ver lo que hay debajo de él, si conozco bien a Elisa algo te debió recomendar para esta noche ¿o me equivoco? – maldita sea se suponía que era una sorpresa, pero tenía razón, había algo de encaje bajo el vestido que sabía que le gustaría.
-no lo se, eso ya lo averiguamos por ti pero…a mi si me gustaría salir un momento a la terraza.
-de acuerdo – Dante vio que algo me preocupaba por eso accedió a salir.
Una vez alejados del ruido de la música y las conversaciones me apoyé en la baranda y la brisa golpeó mi rostro.
-¿qué sucede? – Dante se situó a mi lado y me besó el hombro - ¿algo va mal?
-no – tome su mano y vi la argolla que ahora adornaba su dedo anular – es algo…inoportuno tal vez pero quiero decírtelo ahora
-okay ¿qué es?
- No creí que esto fuera tan difícil, tal vez debería esperar a que nos fuéramos de aquí o…
-Mia me estas preocupando, solo dilo ¿qué es?
-hace unas semanas recibí una noticia algo que…podría cambiar nuestra vida – Dante pasó de la preocupación a algo más emocionado, sus labios se levantaron en una sonrisa y yo no entendía que estaba pasando por su mente.
-entiendo el porqué querías esperar supongo ¿no?
-¿ah?
-me refiero a que ¡vaya! Lo había pensado pero no creí que fuera a pasar tan pronto pero…no importa lo haremos bien
-¿de que estas hablando? ¿Qué haremos bien?
-ser padres
-¿qué?
-¿no estabas hablando de eso? Dijiste que habías recibido una noticia que cambiaría nuestras vidas ¿no estás embarazada?
-¡oh no! No lo estoy yo…no era esa la noticia – el rostro de Dante cambió nuevamente pero ahora parecía decepcionado, puse una mano en su mejilla – Amor ya habrá tiempo para eso si así lo queremos pero eso debe plantearse es más bonito así
-es raro, yo nunca quise ser padre pero ahora…es diferente, creo que estoy envejeciendo – eso me hizo reír y a el también- entonces ¿Cuál es esa noticia?
- mi libro se publicará esta semana a la editorial le gustó y me ofreció trabajar en la sede que tienen en Madrid, allí podre ser editorial y seguir trabajando en otros libros en el futuro, será más fácil porque no necesitaré de traductores y ellos se harán cargo de eso pero…se que tu estás bien en tu trabajo y no quiero que te sientas presionado por estos he estado pensando en como hacerlo le he dado mil vueltas y será difícil, no quiero separarme de ti pero estaremos en el mismo continente, viajare a casa cada fin de semana, pediré tiempo para escribir, se que me lo darán y…
-detente justo allí -dijo deteniendome con la mano – ¿me estas diciendo que te están ofreciendo una oportunidad para trabajar en tus libros y además de seguir trabajando en lo que te gusta por lo que supongo es una oferta increíble y estas pensando en mi trabajo?
-debo pensar en ti también acabamos de casarnos es lógico ¿no?
-escuchame Fiore ¿qué harías si yo te dijera que tengo una oferta de trabajo así como la tuya?
-yo…ni siquiera se que hacer con la Mía
-mejor iré contigo
-¿qué? ¡No! No puedes dejar la revista
-puedo si quiero y lo quiero, soy fotógrafo puedo conseguir un trabajo donde sea
-pero…España no es como Paris en cuanto a moda
-puede ser que no pero ¿crees que no tengo mis contactos? He trabajado en un centenar de desfiles y he conocido a mucha gente, a ver te lo demostraré  - Dante sacó su teléfono de su bolsillo, marco un número y espero a que respondieran - ¿Hola Greco?
-¿Berardi? ¡vaya que sorpresa! Yo pensaba que ya estabas en tu luna de miel – puso el altavoz
-en un par de horas amigo ¿Cómo estás?
-bien bien ¿y tu?
-perfecto, de hecho te llamo porque necesito un favor
-dime ¿en qué te puedo ayudar? -el hombre tenía acento español y yo estaba con la boca abierta
-con mi esposa queremos cambiar un poco de aire ¿sabes? Paris es precioso pero agobia un poco
-dímelo a mi
-entonces estamos pensando en mudarnos a España de hecho a Madrid.
-¡vaya hombre por fin! Que he estado intentando convencerte por años de que vengas y no me haces caso ¡Joder! Esa mujer tiene mis respetos.
-si, si
-bueno, ven cuando quieras, tengo unos lugares que les pueden gustar, te enviaré los datos de casas y esas cosas, pero tienes las puertas del estudio abiertas.
-te lo agradezco muchísimo, nos vemos
-nos vemos
Dante colgó y movió las cejas como si se sintiera orgulloso.
-ahora que esta todo solucionado  salgamos de aquí- tomo mi mano y tiró de ella.
-¡espera! ¿Ahora?
-si, tenemos un taxi esperándonos abajo
-pero…
-A partir de este momento se prohíbe la palabra “Pero" – Dante me tomo en sus brazos y me puso sobre su hombro.
-¡Dante no! ¡Bajame!- la verdad es que me estaba partiendo de risa
-no grites
Camino rápidamente por la escalera que había a un costado y nos alejamos del lugar, efectivamente abajo nos esperaba un auto, me ayudó a meterme adentro, Dante le dio indicaciones al conductor y este partió.
-¿hola? – Dante respondió mi teléfono que había estado en su bolsillo todo este tiempo – Nos fuimos...- río- lo siento pero se que se te ocurrirá algo, Gracias Eli eres un sol.
-¿Elisa? – pregunte
-si -guardo el teléfono y se inclinó hacia mi y me besó, pose mi mano en su mejilla y cuando el auto se sacudió debido a un bache ambos reimos – te ves preciosa señora Berardi
-es usted muy amable señor Berardi, usted también luce muy guapo
Beso esta vez mi mejilla pero por la forma en como se mordía el labio supe que se estaba conteniendo para no darle un espectáculo al conductor.
Llegamos a un lugar precioso, un hotel por lo que deduje.
-pasaremos la noche aquí y luego mañana iremos a otro lugar
-pero…- atrapó mis labios con los suyos, silenciando me por completo y dejándome la mente en blanco
-sin peros – me tomo de la mano y caminamos hacia el interior, era espectacular.
Nos acompañaron hasta la habitación, creo que esa parte fue la más incómoda pero creo un ambiente de nerviosismo que me hormigueaba la piel, cuando nos dejaron solos y antes de poder hacer nada Dante me tomo de las manos, lo mire sin saber que pensaba, tenía una sonrisa en los labios.
-¿sabes? Por mucho tiempo no creí que algo así fuera posible, no después de lo que había pasado en mi vida, me era difícil pensar en compartir nuevamente mi vida con alguien, sentirme a gusto y…digo…todo esto. – le sonreí de vuelta y sentí las lágrimas escocerme los ojos – abbiamo perso la ragione
-claro que si, sino no estaríamos aquí
-ti amo amore, ti amo tanto
-y yo te amo a ti – me acerco a él y nos hizo caminar hacia la ventana, la abrió y nos asomamos a la terraza, lo abracé por la cintura.
-bienvenida a nuestra vida Mia, a nuestra vida juntos. – seque mis lágrimas con su camiseta.
-volaremos juntos Dante – lo mire y el bajo la mirada – Gracias por regalarme unas hermosas alas – sonrió y vi lágrimas también sus ojos.
Aquí empezaba todo, mi vida y la de el, unidas, era feliz, por primera vez era completamente libre y feliz, agradecía por cada día, agradecía a mis amigas por aquella fiesta de cumpleaños. El destino era algo extraño, reunía a veces a personas que se necesitaban mutuamente para sanar, eso había sido Dante para mi, había sanado mis heridas sin quererlo, me había dado libertad para ser quien quería ser y además me amaba como nadie me había amado y yo lo amaba a él.

Esto comenzaba y yo estaba emocionada de empezar estar nueva aventura.



FIN

La pasión de Dante Donde viven las historias. Descúbrelo ahora