Ella es

La apuesta que termino mal

Habían pasado unos días desde que llegue a la casa de los Denali, Carmen y Eleazar fueron muy gentiles al igual que la mujer Irina.

Estaba en la sala de estar, mis heridas se habían curado rápidamente para un humano. Solo me quedaba un labio partido. Estaba mirando una serie de televisión mientras estaba acostada en el sofá con mi cabeza sobre el regazo de Tanya. Ella leía un libro antiguo que era de su creadora Sasha.

En eso, lo que había en la pantalla del televisor cambia al logo de la Xbox y parpadee antes de ver a Kate en el suelo preparada para jugar videojuegos. Ella me mira con una sonrisa arrogante y la fulmine con la mirada mientras Tanya se reía entre dientes.

Me enderece y camino hacia las escaleras para ver televisión en el cuarto de huéspedes, pero Kate aparece delante de mí, aun con su sonrisa burlona y me entrega otro mando de la Xbox.

Anabella: Kate, no voy a jugar

Kate: ¿Qué? ¿Tienes miedo?

Anabella: ¿Por qué tendría miedo de patear tu asqueroso trasero?

Kate: Créeme que cuando veas mi trasero, solo querrás tocarlo

Anabella: Lo dudo mucho

Intente volver a irme, pero ella otra vez no me dejo avanzar y volvió a ofrecerme el control de la Xbox.

Anabella: Que molesta eres

Kate: Gracias, en serio ¿Tienes miedo de perder?

Ruedo los ojos y la sigo fulminando con la mirada, ella me guiña un ojo antes de hacerme agarrar el controlador y ella aparece detrás de mi antes de susúrrame al oído.

Kate: Para hacerlo más interesante, apostemos

Anabella: ¿Qué cosa?

Kate: Si gano, te desnudaras frente a mi y si pierdo haré lo que quieras

Anabella: ¿Lo que quiera?

Kate: Si

Anabella: ¿No puedes pedir otra cosa?

Kate: ¿Qué? ¿Dudas de tus habilidades para ganarme?

Anabella: Cállate

Me senté en el piso y Kate se pone junto a mi y empezamos a jugar Mario Kart. Tanya tenia una sonrisa burlona por lo que acababa de pasar, pero solo me concentré en el estúpido juego.

Unos minutos después....

Kate: ¡Si!

Pongo los ojos en blanco antes de tirarle el controlador a Kate, ella lo agarra fácilmente antes de darme una sonrisa burlona que rápidamente se convierte en una seductora. Trague saliva nerviosa sabiendo lo que me esperaba.

Kate: No me digas que no vas a cumplir

Anabella: Siempre cumplo mi palabra

Kate: Perfecto

Ella me sonríe antes de agarrarme de la mano y ambas subimos las escaleras hacia la habitación de Kate. Pude escuchar la risa de Tanya por lo sucedido, un gruñido escapo de mis labios por la situación que solo aumento la risa de Tanya y Kate también empezó a reírse.

La rubia cierra la puerta antes de sentarse en su cama y sonreírme mientras me observaba atentamente.

Anabella: Te odio

Kate: No, no lo haces

La sonrisa burlona en el rostro de Kate solo me hizo enojar más. ¿Cómo ella puede ser uno de mis compañeros?

Suspire derrotada antes de sacarme los zapatos con las medias, luego me saque mi abrigo, exponiendo mi buzo negro. La mirada depredadora de Kate no dejo mi cuerpo ni un segundo, ella en verdad quería verme desnuda.

Pongo los ojos en blanco antes de sacarme el cinturón y luego me quito el buzo exponiendo mi torso y por último mi sostén, estaba por quitarme los pantalones, pero el gruñido de enfado de Kate me hizo detenerme, levante la vista y sus ojos estaban mirando mis brazos donde estaban los tatuajes y donde convenientemente estaban las...... cicatrices de heridas de los golpes de Phil.

La rubia aparece delante de mi antes de tomar mi brazo suavemente y mirar las cicatrices. Hago una mueca antes de intentar quitar mi brazo de sus manos, pero ella tenía un fuerte agarre en mi cintura y no me dejaba moverme.

Anabella: Kate, suéltame

Kate: ¡¡¿Quién te hizo esto?!!

Me estremecí ante el grito de Kate, ella siempre era juguetona y chillona pero, nunca la había visto con tanto odio en sus ojos.

La puerta de la habitación se abre de golpe y Tanya entra rápidamente antes de observar la situación y por último mis brazos, sus ojos ámbar se oscurecen y aparece junto a su hermana examinando mis brazos.

Tanya: ¿Qué paso, Anabella?

Anabella: Nada que les incumba

Ambas mujeres me miraron con sus ojos negros. Pero no iba a dejar que me intimidaran, no es asunto de ellas y de nadie.

Kate: ¡¿Nada que nos incumba?!

Tanya: ¡Eres nuestra compañera! ¡Nos preocupamos por ti!

Suspire irritada y use mi don de electricidad para hacer que las mujeres me soltaran los brazos, ellas me sueltan, pero se notaban que estaban enojadas, sin hacerles caso camino para ponerme mi buzo.

Kate: ¿Quién te lastimo?

Anabella: Nadie

Tanya: ¡Esas cicatrices son de abuso!