Me desperté sin necesidad de una alarma ya que no me fue posible dormir. Es duro pensar como lo que creías haber construido con alguien se derrumba ante tus ojos y no eres capaz de aliviar todo el dolor que provoca el darte cuenta de cómo por más que creas que una persona cambió sigue siendo la misma, solo disfrazaba su naturaleza.Me levanté de la cama y vi que eran las siete de la mañana, así que baje a desayunar algo, no pretendo dejar de lado mis necesidades por una persona que le va y le viene mi papel en su vida. Abrí el refrigerador y me dispuse a sentarme en la terraza con la intención de pasar un rato a solas, cuando me encuentro con mi madre sentada en uno de los sofás de mimbre de tres plazas que tenemos al aire libre.
−Buenos días− dice mi madre al verme
Buenos días− respondo
− ¿Podemos hablar un momento? - pregunta y sé que debo hablar con ella. Es algo inevitable
+Por supuesto - le afirmo y me acomodo a su lado
Reconozco cuando mi madre está nerviosa, lo veo en sus ojos y la forma en la que agarra su taza de café con fuerza, aquí que decido romper el hielo yo misma.
+Se de lo que quieres hablar y no pienso juzgarlos más...no soy la más indicada para ello - me adelantó
−Tienes todo el derecho del mundo a enojarte...te hemos ocultado la verdad por dieciséis años - confiesa con arrepentimiento
+Eres mi madre...creo que quizás vuestros métodos no fueron los más ortodoxos, pero aun así te valoro por cómo has sido conmigo - observo como me mira con tristeza y esperanza - confieso que no siempre han estado presentes en mi vida del todo, pero aún así sé que me quieren
−Te amé desde el primer segundo que llegaste al mundo y te tuve en mis brazos - dice con ternura y los ojos llorosos
+Solo quiero que me respondas una cosa y prometo no juzgarte - le inquirí
−Lo que quieras - respondió con seguridad fingida
+Mi padre es por así decirlo el hombre más importante de mi vida luego de Nate, nunca mejor dicho, pero quisiera saber por qué le perdonaste que te traicionara - le pregunte sin tabúes
El rostro de mi madre se tornó pálido y sus manos comenzaron a temblar pero tomó una inhalación profunda y se llenó de valor a responder mi incómoda pregunta.
−Lo amaba, aún lo amo. Cuando me encontré a tu padre y Holland en la cama sentí como mi mundo se veía encima. Al principio de nuestra relación yo fui su amante. Darme cuenta que me hizo lo mismo fue doloroso. Juré no volver a verlo y fui una amargada por bastante tiempo. Nada de lo que decía o hacía cambiaba lo decepcionada que estaba. Cuando Holland solo quiso entregarme un bebe sentí que iba a peor, yo quería tener a mis dos hijos, aún si no eran fruto de mi vientre. Tu padre lucho por tenerlos a ambos y digamos que eso nos volvió a unir. Luego de meses de pelea Holland decidió entregarte y tenerte en mis brazos me hizo ser una mejor mujer. Cuando te vi tan pequeña y frágil supe que eras una lucecita. Verte me enseñó que el perdón era posible. Logré perdonar a tu padre y la verdad no me arrepiento, supongo que se dió cuenta que no se lastima a los seres que amas aunque quieras lograr un objetivo. Ambos nos amábamos y el amor puede sanar cualquier cosa - las lágrimas brotaban de sus ojos cual cascada del Niágara.
Me quede sin palabras ante las palabras de mi madre. Es cierto que no nos parecemos en nada. Ella tiene una hermosa melena rubia que siempre lleva peinada con sumo cuidado y sus ojos son azul grisáceo. Si han visto a la actriz Uma Thurman se darán cuenta de que ambas parecen gemelas separadas al nacer, aunque en estos momentos ese comentario suena devastador, pues es mi situación. Sin darle más vueltas la abracé. Ella necesitaba de mí así como yo aunque parezca que no lo hacemos.
No podía seguir enojada con mi madre. Según las historias de mi abuela, ella sufrió durante su vida. Perdió a su padre a temprana edad, fue la amante de mi padre durante cinco años, no podía tener hijos, su esposo le engañó con una mujer que luego de haber acordado alquilar su vientre le negó tener a sus dos bebes. No soy nadie para estar en su contra, por el contrario. Si siempre digo que la familia debe estar unida y doy el famoso discurso de la lealtad, esta vez no puede ser la excepción.
Con respecto a mi padre, tampoco le dejaría de querer. Por más que me moleste que haya sido un mujeriego en su pasado, nací gracias a él y siempre me ha tratado como a su princesa. Incluso sin Nate viví aquí, es tratado como se merece, de hecho, lo que más me duele de todo esto, es lo mal que lo ha pasado con un padre que no es nada suyo en realidad. Justo cuando estaba pensando en una manera de sacarlo de ese infierno apareció mi padre con una taza de café en su mano y una expresión de confusión en su semblante.
− ¿Ocurre algo? - preguntó
+ De hecho quiero pedirte un favor - le contesté y señalando que se sentará a mi lado
−No estoy en condición de decir que no - contestó y se situó a mi lado
+ He decidido que Uds. son mis padres por encima del Empire State, así que los perdono por haberme visto la cara durante dieciséis años...solo quiero pedirte que hables con Nate y me ayudes a sacarlo de ese infierno llamado su casa - le pedí seria
−Sé que debo hablar con él siempre que esté dispuesto a escucharme, por otro lado, solo puedo sacarlo de allí bajo el consentimiento de sus padres o por problemas legales - contestó bebiendo café
+ Papá, su padre golpea a su madre y abusa de ellos a la vez... ¿Te parece poco? - le reclamé
−Sabes que quiero ayudarlo, siempre lo he hecho, es mi hijo también. Pero solo podemos hacer algo si ellos lo denuncian o si presentamos pruebas ante un juzgado. Luego de conseguir pruebas hablo con los mejores abogados del continente - respondió
+ Hablaré con el...de seguro tiene pruebas, yo misma he visto como Holland y el han tenido el rostro marcado varias veces - le espeté
+Admiro lo valiente que eres cariño - me dijo y sentí que era sincero. Mi padre significa mucho para mí, si perdoné a mi madre lo debo perdonar a el de paso, así que nos fundimos en un abrazo los tres
Luego de llorar lo suficiente decidí arreglarme para ir a casa de Nate. Escogí un vestido rosa con un lazo en el escote y unas sandalias. Es verano en Nueva York y el calor no se apiada de ningún ser mortal bajo sus rayos. Agarré mis cosas y decidí ir caminando mientras escuchaba en mis auriculares "Believer" de Imagine Dragons. No pude evitar pensar en Scott. Aunque estoy más que furiosa con él, en este momento me encuentro furiosa conmigo. No puedo creer que después de lo que pasamos me diga que no somos pareja. Pensé que luego de nuestra primera ruptura íbamos en serio, aunque en el fondo supe que solo éramos amigos con beneficios.
Odio ese término hoy en día. Los amigos no se enamoran, aunque me doy cuenta de que es cierto que tus amigos te pueden romper el corazón también. Me abrí de una manera en la que nadie había podido presenciar y creí haber visto su alma, pero me di cuenta de que solo era parte de su juego cruel. Es verdad que él que lo entrega todo, no sale completo. Lo odio y no puedo evitar sentir vergüenza de mi misma. Lo que más me duele es que después de romperme el corazón quisiera que fuera con el como si nada hubiera ocurrido.
Me siento como en esas películas en las que la protagonista cae inocentemente en las garras del chico malo que la lleva al cielo y resulta ser el diablo enmascarado. La única diferencia es que el chico siempre cambia por ella. Christian grey cambio por Anastasia Steele, Fitzwilliam Darcy cambio por Elizabeth Bennet, Travis Madoxx cambio por Abby, incluso Eugene cambio por Rapunzel. En mi caso solo queda el lado oscuro de mi personalidad. Poco a poco se fue apropiando de mi energía y de mi ser y ahora solo me queda el recuerdo de lo que fuimos, ahora solo somos extraños con recuerdos.
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Perfect Strangers [EN EDICIÓN✔️]
Teen FictionAlice, una chica rebelde del Upper East Side que decide probar los placeres prohibidos, dejando de lado cualquier interés romántico, jugando con un chico desconocido. Con lo que no cuenta, es que ella y el misterioso chico llamado Scott tienen más e...