De lo mas bajo a lo mas alto

Capítulo 34 - una parte de mí

Al día siguiente dos chicos se despertaron temprano, tal y como muchas veces había ocurrido antes, ambos se miraron dando un asentimiento, después vieron su alrededor, ellos recordaban lo que sucedió ayer además de la razón por la que se encontraban en la sala de la mansión con camas improvisadas.

-¿Estás bien? – la pregunta de Bell había sido lanzada al cielo, como si solo fuera una mera cortesía y ya supiera la respuesta.

-Sí, ¿qué tal tú? – Astor respondió de la misma manera que Bell, algo parecía estar molestándolos.

-Bueno, ya sabes que nos curamos bastante rápido – intento bromear Bell, unos minutos de silencio se extendieron entre ellos hasta que Bell pregunto - ¿lo sentiste?

-Sí, fue como despertar – respondió Astor con incertidumbre en su voz.

-Así que ustedes también ¿eh? – pregunto Ren, uniéndose a la conversación.

-¿Creen que se trate de esa otra parte nuestra? – pregunto Zen, la seriedad no fue fácil de pasar desapercibida.

-La única manera de averiguarlo es buscarlo – dijo Astor mientras cruzaba sus piernas y sus manos se juntaban, quedando en pose meditativa.

Los demás lo siguieron y en un idioma que gran parte de la gente no recuerda, ambos invocaron una magia creada hace mucho tiempo, antes de que el falna fuera otorgado, ¿cómo saben ellos eso?, bueno, una ocasional charla con cierto dragón durante la noche les permitió conocerla, claro que como no es una magia de ellos ni una que está en sus estados la cantidad de mente que gastaron fue impresionante y los cuatro inmediatamente se preguntaron cómo no cayeron en un mind cero.

Para fortuna de ellos, la magia pudo ser llevada a cabo, cada uno cayendo en su subconsciente, ambos vieron como neblinas oscuras, lumínicas, azules plateadas o carmesí se movían, sus ojos no se apartaron ni un momento de lo que veían, los cuatro sintieron un tirón y esas neblinas tomaron forma humana, más precisamente ellos se estaban viéndose a sí mismos, claro que los que estaban delante de ellos tenían una apariencia un poco más monstruosa, desde escamas, pelo y plumas hasta uñas más largas, dientes alargados y pupilas rajadas.

Ellos se iban a acercar más pero se vieron detenidos cuando sus sombras negaron con la cabeza y los miraron directamente.

-No estás listo y es mejor que nunca lo estés – les dijeron las sombras a los cuatro chicos.

Ellos fueron halados de vuelta a la realidad, siendo recibidos por un potente dolor de cabeza, entonces escucharon el mismo susurro en sus cabezas.

-Soy peligroso, para nosotros y quienes queremos.

Sus ojos se volvieron a cerrar intentando volver a entrar, la magia de cierta manera aún seguía activa pero no pudieron volver a ingresar, su subconsciente había sido bloqueado por sus sombras, sus ojos se abrieron con aparente tristeza, ninguno comprendía el porqué, solo sabían que querían ver.

A pesar de sus pensamientos, los cuatro se levantaron, el silencio siendo absoluto, de vez en cuanto miraban sus manos, viendo a veces sus uñas un poco más alargadas y con su piel cambiada, según la sombra dentro de ellos.

Antes de que se dieran cuenta ya habían guardado las camas en las que durmieron y se encontraban de nuevo en la cocina, no teniendo nada más que hacer prepararon sus desayunos, era demasiado temprano para que los demás se despertaran, luego volverían a sentir hambre pero eso sería algo que arreglarían después, cuando salieran a hacer cualquier cosa, después de todo dudaban que les dejaran ir al calabozo.

-Supongo que no podemos hacer nada más ¿no? – dijo Astor, el chico se encontraba ahora sentado en un sofá de la sala.

-De alguna forma nuestro subconsciente está bloqueado y Eina-san nos prohibió el calabozo – respondió Bell con tal vez algo de aburrimiento.