Capítulo 39 - ¿no podías venir sin invadirnos?

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Bell no estaba teniendo un buen día, después de que unos días pasaran, se vio en la obligación de ir al calabozo a reunir una cantidad de dinero que perdió en una apuesta contra Rethusa, la chica de alguna manera había superado la habilidad suerte, por supuesto las trampas fueron descubiertas pero para ese momento, el peliblanco ya no estaba.

Ren no podía parar de reír, ante la escena delante de él, Astor se encontraba regañando a la nueva inquilina, quien tenía un puchero molesto después de ser descubierta haciendo trampa por el pelinegro, el cual llego justo cuando Rethusa hacía trampa escondiendo cartas dentro de sus mangas cuando jugaba contra Zen.

Preguntas surgieron en la mente de los cuatro chicos casi al mismo tiempo ¿cómo ella logro superar la habilidad? ¿Cómo fue más hábil que nosotros? Las dudas se detuvieron cuando una posibilidad llego a sus cabezas.

-Tienes la habilidad suerte ¿verdad? – Astor interrogo permitiendo que todos los demás escucharan mientras Bell seguía los pensamientos de su hermano.

Rethusa se paralizo, se suponía que nadie debería saber acerca de eso pero justo delante de ella había un chico pelinegro que la miraba con seriedad hasta que una sonrisa retadora apareció en su rostro.

-(Bell, traeme unos cientos de valis, después te los pago) – Astor dijo sintiendo de alguna forma el asentimiento de cabeza de su hermano.

Ahora mismo Bell quería hacer esto rápido, argonauta fue activado y a una velocidad abismal con el estruendo de un trueno él desapareció en un destello blanco-plateado, sintió como el pelaje gris salía, al parecer B también quería ver cómo fue que le ganaron, por lo que dejando que una parte del poder "demoníaco" se filtrara la velocidad incrementándose más allá de lo conocido.

En menos de dos minutos, Bell había vuelto con una gran bolsa en su espalda, una sonrisa divertida en su rostro mientras recordaba como el gremio parecía odiarlo por estar provocando un incremento en la inflación, razón por la cual le tocaría crear una cuenta bancaría después de ver lo que su hermano pelinegro iba a hacer.

Entonces, cuando repentinamente todos llegaron a la sala, los vieron jugando, las cartas desaparecían y aparecían en los mazos de ambos jugadores, para tres hermanos la mano de Astor se movía a velocidades abismales examinando cada carta que aparecía, escondía y tomaba, por su lado, Rethusa escondía algunas cartas logrando evadir los perspicaces ojos de los aventureros de alto rango. El tiempo se detuvo para la chica, cuando creyó ver los ojos azul zafiro del chico brillar con poder mientras una sonrisa se extendía en su rostro.

-Apuesto un millón de valis – dijo Astor diversión en su rostro.

-Lo subo a dos millones – replico Rethusa, apostando más de lo que tenía.

-Bien, aumento a diez millones – exclamo el pelinegro tensando a la chica delante de él, todos sabían quién había ganado al dar un vistazo rápido a las cartas.

-Me planto – dijeron ambos al mismo tiempo, todos perdiéndose los últimos movimientos realizados por cazadora y aventurero.

Las cartas se mostraron sorprendiendo a todos cuando de repente dos escaleras reales, una de picas y la otra de corazones, nadie comprendía en que momento ambos chicos empezaron a jugar póker, de repente Bell se encontraba revolviendo las cartas mientras empezaban a jugar blackjack.

-Me planto – volvieron a decir ambos, mostrando como los dos tenían un as y un rey.

Ambos se estaban enojando, entonces una sonrisa divertida y aterradora se posó en el rostro del chico, divirtiendo a los demás miembros de la familia Hestia y a Artemisa.

De lo mas bajo a lo mas altoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora