De lo mas bajo a lo mas alto

Capítulo 37 - Los sucesos después de que llegaran

Cuatro chicos se encontraban meditando para el desconcierto de muchas personas presentes, para otros era algo divertido si las sonrisas divertidas significaban algo, aunque lo que en realidad sucedía dentro de las mentes de los cuatro, ellos se encontraban peleando contra sus yo interiores mientras dejaban salir una presencia que evitaba que los monstruos se acercaran al lugar en que las tres familias se encontraban descansando de un largo día de intentar subir al piso dieciocho.

-¿Qué creen que hagan en realidad? – alguien del grupo de aventureros pregunto al percatarse de la inexistencia de monstruos alrededor.

-Ni siquiera nosotros sabemos que es lo que hacen ni como logran alejar a los monstruos – replico Aisha, no gustándole el hecho de que tuvieran secretos con los miembros de su familia.

-No deberían alterarse – dijo Bell, sus ojos centrados en su novia amazona – se podría decir que expandimos nuestra presencia para que los monstruos de bajo nivel de este piso se alejen.

-Además ya fue suficiente descanso – Astor replico ahora parado sus vertebras tronando un poco.

Como si se tratara de las órdenes de Finn o de las de Ottar, todos los aventureros se levantaron tomando sus cosas sorprendiendo un poco al pelinegro, quien no se esperaba eso, los demás también se desconcertaron al percatarse de esto, sin embargo, Welf aprovecho para molestar a sus amigos, generando unas cuantas risas en general.

-(¿Creen que ellas logren manifestar sus poderes espirituales como nosotros los de monstruos?) – Ren interrogo a través del enlace mental mientras miraba de reojo a Aiz e Izumi.

-(Lo lograran) – respondieron Bell y Astor al unísono al instante.

-(A diferencia de nosotros ellas llevaban usando sus poderes de cierta forma, no me sorprendería que dentro de poco fueran capaces de usar sus magias sin tener perjuicios o que otras armas se dañen) – Zen argumento con completa parsimonia.

Durante los dos días anteriores en el calabozo, Astor y Bell estuvieron hablando con ambas espadachinas, dándoles la idea de que tal vez podría ser posible que al igual que los espíritus y de cierta forma fue así, una vez la idea fue dada, las dos se pusieron manos a la obra, no hubo una explicación lógica, sin embargo, para peliblanco y pelinegro fue como ver a sus verdaderos yo, no, más bien algo similar a lo que ocurrió con ellos, solo que el poder parecía sentirse más puro, casi divino, después de todo los espíritus son ramificaciones del poder de algunos dioses.

-Por fin afuera – Astor exclamo como si de un niño se tratara.

-Vamos a descansar, seguro Kami-sama y Artemisa-sama nos extrañan – Bell dijo con una gran sonrisa.

-Si ese es el caso – Ren intervino, mirando a los demás miembros de la familia.

-Movámonos – se adelantó Zen, provocando que todos se fueran a una velocidad más que aceptable.

Hestia y Artemisa habían tenido un mes aburrido, por decir lo menos, ambas tuvieron que encontrar maneras para pasar los días, de alguna manera lograron aprender a cocinar, tanto que impresionaron a Miach y Naza, los dos tuvieron que admitir que era lo mejor que probaron en bastante tiempo, el dios afirmando que la comida era superior a la de Deméter.

Ambas tenían el presentimiento de que pronto dejarían de estar solas pero ellas no eran las que tenían visiones, ese era Astor, recordar al chico, llegaron los rostros de los demás miembros de la familia Hestia, sin embargo, la alegría las inundo cuando sintieron que el viento de repente se rompía a su alrededor mientras grandes bolsas eran dejadas y el cabello blanco, negro y azul era visible para las diosas.