Capítulo 36 - Locuras durante la expedición

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Zen se encontraba en una complicada situación, en alguna parte del piso veintiocho, una extrañamente nerviosa amazona y una divertida y sonriente siren se miraban directamente, Tione no se esperaba este curso de los acontecimientos, ella por motivos que desconocía se esperaba algo similar, pero no que fuera la Xenos que Tiona y ella habían conocido antes.

-Tione-san – Ray salto después de llamar con alegría a la amazona delante de ella.

Tione se encontró devolviendo un abrazo, por alguna razón ahora se sentía tranquila pudiendo ser capaz de reír junto a la amigable siren.

Zen se encontraba recibiendo algunas miradas, unas eran de extrañeza y otras eran de ¿envidia?, el chico decidió ignorar las miradas por su salud mental mientras caminaba hacia las dos chicas que tenían sentimientos por él, claro que no sabía cómo Tione empezó a tener sentimientos por él, eso sería algo que después podía preguntar, lo primera es acabar con los asuntos de ahora.

Bell y Astor se encontraban un poco alejados del gran asunto ahora presente, los dos se encontraban solos debido a que las chicas de su familia se encontraban hablando entretenidas con Wiene o en el caso de Filvis acaparar a Ren, ninguno entraría en ese círculo que se había formado y que con cada segundo parecía crecer con personas curiosas, sobre todo una chica gato, una elfa noble y la mayor de las hermanas Hiryute, la segunda era que pronto ese amigable círculo podría pronto convertirse en una bomba de tiempo si alguien empezaba a halar a la sonriente Wiene a su lado.

-Oye Astor – Bell llamo obteniendo la atención del recostado pelinegro - ¿por qué Kami-sama habrá hecho esta coalición de familias?

El ojiazul quedo pensativo durante unos segundos mientras miraba el techo del piso veintiocho – muchas son las opciones Bell, pero supongo que es porque no quiere enemigos – ahora mirando como los miembros de tres familias parecían interactuar, con excepción de ciertos líderes que se veían ¿cansados? – le deberías preguntar directamente a Hestia-chan.

Bell solo parpadeo algo intrigado por la respuesta de su hermano - ¿no tienes curiosidad? – El peliblanco solo sonrió divertido cuando Astor negó con una sonrisa en su rostro.

-Oye Allen – Astor grito, llamando la atención, provocando que Bell contuviera una risa – deja de molestar a Zen, está claro que estás celoso pero no es necesario el tono venenoso de hermano mayor protector de una hermana menor.

El hombre gato, Allen, dejo que sus garras crecieran mientras escuchaba la risa de los demás, sus nervios ahora irritados, incluso se enfureció aún más cuando escucho el resoplido divertido del líder de su familia – espero que la diosa Hestia no me odie si mueres hoy, pelinegro.

Bell dejo salir una carcajada cuando un divertido Astor empezó a "correr por su vida", nadie se preocupó por la salud del pelinegro quien de alguna manera era más rápido que el hombre gato, claro que el ojiazul se detuvo, se agacho, dejo pasar por encima suyo a Allen, Astor miro hacia donde debía estar su hija adoptiva, entonces todos tuvieron miedo ante los ojos azules sin brillo que amenazaban con congelar, a pesar de ser fuego y rayo, la magia que el chico dominaba.

-Dejen a Wiene – la fría voz del pelinegro tenso a todos en aquel círculo.

Las personas se apartaron y el chico camino con lentitud pero firmeza a su ahora lagrimeante hija adoptiva, quien al verlo corrió a él, provocando que los ojos azules sin brillo volviera la normalidad, al menos mientras miraba a la pequeña vouivre que lo abrazaba.

-No me dejaron ir a proteger a papá – Astor solo acaricio la cabeza de Wiene mientras recordaba que solo se trataba de una niña o tal vez el término de una nacida hace unas semanas sería mejor para describir la situación mental de la niña.

De lo mas bajo a lo mas altoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora