Capítulo 2

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~Percy Jackson~

El héroe del Olimpo se encontraba en la proa del crucero donde ahora se encontraba admirando el vasto océano frente a sus ojos, sus brazos estaban recargados en el barandal. Hace un par de horas que recién había zarpado, si Percy era sincero, no podía interesarle menos aquel crucero. 

La única razón por la cual había aceptado fue para volver a ver a Annabeth, Grover le había dicho que Hades había prometido aquello así que no había razón para no confiar en la palabra de ambos. Quería terminar con el crucero lo antes posible incluso pensó que sería buena idea hacer uso de sus poderes para que el barco fuera aún más rápido, sin embargo, había familias felices disfrutando del crucero y no quería echarles a perder el momento.

Desvió su mirada hacía abajo y cerca del barco pudo ver un par de hipocampos, quizá hacía aquello para despedirse de él o probablemente su padre los haya enviado para que estuviera bien.

Regresó su visión al extenso horizonte. Un suspiro salió de sus labios, dando una vuelta sobre sí mismo y recargándose en el barandal mirando a muchas personas realizar distintas tareas, todos ellos ignorantes del verdadero mundo, todos mostrando felicidad.


~Harry Potter~

El ambiente en todos estaba mejorando poco a poco incluso Ron ya no estaba en modo irritable, aunque eso era gracias a Lavander quien parecía mantenerlo a raya. Harry por otro lado pasaba mucho más tiempo con Ginny, realmente Hermione se alegraba por ellos ya que Ginny había estado enamorada de Harry desde hace un par de años y ahora por fin lo tenía para ella.

Por el momento las clases en Hogwarts estaban suspendidas y probablemente siga de esa manera por un periodo de tiempo, aunque quizá para el siguiente curso vuelva a la normalidad. Querían brindarle un poco de tiempo para que las familias se recuperen de la batalla.

Hermione no le había dicho a nadie, pero ya estaba lista para tomar un barco en dirección a Australia. No quería decirles a nadie ya que estaba segura de que habrán querido acompañarla, pero ella no deseaba volver a separar a las familias después de todo no tenían ninguna obligación en ayudarla.

George se había hecho cargo de la tienda con algo de ayuda, eso es algo que Fred había querido. Percy por otro lado estaba haciendo su mejor esfuerzo en el nuevo ministerio de magia, pero seguía lamentándose la pérdida de Fred al igual que todos los que eran cercanos a los gemelos Weasley.

Aunque faltara un tiempo para que Hermione tomará el barco a Australia. Ella se sentía realmente nerviosa, ¿Cómo iban a reaccionar sus padres después de obtener de nuevo los recuerdos de que tenían un hija? Eso la carcomía por dentro y algunas veces no le permitía descansar con tranquilidad.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por Ginny quien entró a la habitación lista para dormir.


~Percy Jackson~

El hijo de Poseidón ahora estaba disfrutando de la piscina del crucero mientras era de noche, esa era una de las cosas que le gustaba hacer, no podía lanzarse al océano ni tampoco sentarse al fondo de la piscina sin llamar la atención así que se conformaba con eso.

Como tenía sus ojos cerrados así que no pudo ver a una niña pequeña acercarse peligrosamente al barandal, todo habría estado bien de no ser que la pequeña niña era totalmente ignorante del peligro que corría al comenzar a escalar por dicho barandal.

"¡Hija!"-. Un grito hizo que Percy abriera los ojos de golpe.

Una mujer se acercaba corriendo tratando de sujetar a su hija, pero ya era tarde. La niña terminó cayendo al océano, la mujer junto a un hombre que probablemente se trate del padre de la niña se acercaron al barandal mirando hacía abajo en busca de su pequeña.

Los gritos de ambos eran tan fuertes que alertaron a la mayoría de los ocupantes del crucero quienes salieron a presenciar la escena.

El padre de la niña estaba preparado para lanzarse al mar en busca de su hija, pero alguien lo sujetó del hombro.

"Déjemelo a mí, soy un nadador profesional"-. Pidió o más bien ordenó Percy seriamente.

Sin pensarlo dos veces, Percy dio un salto y se sumergió en el océano en medio de la noche. Todos se acercaron al barandal en busca de ese chico y de la pequeña caída al mar, sin embargo, parece ser que el capitán del crucero aún no sabía nada de aquello y el barco no aminoró su marcha.

Cuando el barco por fin se detuvo, ya debería de haber una gran distancia entre donde cayeron la niña y Percy hasta donde estaban actualmente.

"¡Debemos buscarlos!"-. Un miembro de la tripulación gritaba órdenes.

"¡Miren!"-. Eran los gritos de júbilo que podían escuchar.

Se trataba de Percy quien se acercaba al barco a gran velocidad algo que desconcertó a muchos, pero la verdad era que un hipocampo cargaba con él y la niña, sin embargo, debido a la niebla era muy probable que todos estuvieran viendo a un delfín ayudando a ambos caídos del barco.

"¡Ayudenlos a subir!"-. Un grito fue escuchado por todos.

Poco después, Percy y la niña estaban sentados en la proa del barco. La pequeña estaba envuelta en una toalla mientras era abrazada por sus padres, aunque parecía que la pequeña temblaba debido a lo fría que estaba el agua. Percy por otro lado estaba tranquilo mientras se encontraba sentado cerca de la piscina.

Todos le daban felicitaciones por un acto tan heroico e incluso algunas mujeres mostraban miradas de deseo por el cuerpo bien esculpido de joven. Su cabello es negro azabache y sus son ojos verdes como el mar, que había heredado de su padre, en aquella mirada podía ser notada una gran nostalgia. Mostraba una figura musculosa y era alto, tenía un tatuaje en la parte inferior de su brazo. A palabras de la población femenina, era realmente guapo y deseable.

Además no ayudaba con el hecho de que sólo vestía un short, así que básicamente les estaba dando un show.

"Gracias, en verdad, muchas gracias"-. Los padres de la pequeña no dejaban de agradecer una y otra vez.

"No tienen que agradecerme, solo hice lo que cualquiera haría"-. Percy mostró una sonrisa sincera mirándolos con tranquilidad.

Muchos tenía en mismo pensamiento: "Nadie aparte de los padres habrían hecho lo que él acaba de hacer".

Los días posteriores fueron realmente agotadores ya que Percy tenía que lidiar con todas las chicas que intentaban acercarse a él de una u otra manera. Las rechazaba de manera educada, pero eso era como decirles que las amaba y que lo continuarán hostigando.

Ya había pasado más de un mes. Percy estaba de nuevo en la proa del barco, pero no estaba solo.

Habían cientos de personas ahí mismo presenciando un gran pedazo de tierra en el horizonte.

Por fin habían llegado a Gran Bretaña y Percy estaba cada vez más cerca de aquella promesa hecha por Hades.


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Amor de una Bruja y un SemidiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora