El tiempo de Percy en Gran Bretaña terminaba, pero faltaba un par de días más además hoy sería un día importante para la mayoría.
En estos momentos, los nervios consumían por completo a cierta bruja de cabello tupido, ¿La razón? Bueno, eso era debido a que estaba a punto de ir al palacio de un dios y si a eso le agregamos el hecho de que era el padre del chico de quien se había enamorado, ¿Cómo no estar nerviosa?
Ginny y Lavender trataban de calmar a la pobre de Hermione quien no dejaba de caminar de un lado a otro. La bruja de cabello castaño vestía un lindo vestido de color blanco que le llegaba un poco más arriba de la rodilla y revelaba un poco su escote. Lavender le había conseguido el vestido, ninguna de ellas sabía que vestir para estar presente a un dios pues no querían ofenderle de ninguna manera.
"Percy me dijo que vistiera algo cómodo"-. Habló Hermione mirándose así misma.
"Estás a punto de conocer a un dios, Hermione. Deberías vestir como una dama, ¿No quieres causar una buena impresión al padre del chico que te gusta?"-. Preguntó Lavender mirándola por todos lados tratando de encontrar alguna imperfección.
Hermione no respondió, pero el sonrojo en su rostro fue todo lo que las otras dos chicas necesitaron como respuesta.
"Nunca te olvides de estas mortales. Oh, diosa Hermione"-. Ginny comenzó a dramatizar la escena colocando el dorso de su mano derecha en su frente.
"¿Podrán los dioses dar y quitar inmortalidad?"-. Indagó Lavender.
"Por las historias que nos contó Percy, al parecer pueden otorgar la inmortalidad convirtiéndose en dioses. Según lo contado, Percy podría haberse convertido en un dios"-. Ginny se encogió de hombros mirando de arriba a abajo a Hermione.
"La rechazó por el bien de los demás"-. Habló Hermione algo molesta por no considerar eso.
"Lo sabemos, Hermione"-. Un suspiro salió de los labios de Ginny.
"No muchos negarían ser convertido en un dios por el bien de los demás. Siendo sincera, yo habría aceptado sin siquiera considerarlo realmente"-. Lavender se abrió con sus pensamientos.
"No te culpes, incluso yo habría aceptado. Ser un dios... Es demasiado tentador para siquiera considerar rechazar eso"-. Ginny habló. Hermione mordió su labio inferior pues lo que decía su amiga pelirroja era cierto.
El silencio invadió la habitación por unos minutos, minutos que fueron aprovechados por Lavender y Ginny para hacer algunos ajustes al vestido de Hermione. Poco después, leves golpes llamaron la atención de las chicas.
"Hermione, Percy ha llegado"-. La voz de la señora Weasley pudo ser escuchada a través de la puerta.
"Es hora"-. Hermione tragó en seco caminando en dirección a la puerta.
Ginny y Lavender siguieron de cerca a Hermione dándole ánimos. No todos los días se conocía a un dios y todavía estaba el hecho de que no sabían cómo se tomaría de que Hermione fuera una bruja.
Las tres chicas bajaron al primer piso de la madriguera donde estaba la sala de estar. Al entrar quedaron totalmente sorprendidas y maravilladas por lo que veían. Ahí se encontraba Percy Jackson, pero no como se habían conocido (short y camisa), sino que estaba alguien que parecía ser diferente.
Percy llevaba unos pantalones y zapatos negros incluso su camisa abotonada era del mismo color, pero llevaba un chaleco de un blanco puro. Su vestimenta combinaba con su color de ojos y cabello, no solo eso sino que él y Hermione se veían muy bien juntos.
"Te ves hermosa, Hermione"-. Percy sonrió haciendo estremecer a la nombrada. Ella no había podido olvidar que despertó en los brazos de aquel Adonis.
"T-tu también"-. Hermione hizo lo imposible para no sonar como una tonta.
Percy solo sonrió y se acercó a Hermione congelandola. Lavender y Ginny solo se apartaron pues no confiaban en sí mismas en esos momentos, ¿Quién podría resistirse a Percy? Ambas envidiaron totalmente a Hermione.
"Aquí"-. Percy le entregó una hermosa esfera que mostraba una tenue, pero hermosa luz celeste.
"¿Qué es?"-. Preguntó Hermione maravillada por dicha esfera.
"Son algunos de los trucos de mi padre, nos llevará al mar en cierto punto"-. Explicó de manera breve, Percy.
"Pero..."-. Hermione guardó silencio mientras mordía su labio inferior mirando el suelo.
"¿Cómo vas a respirar debajo del agua?"-. Percy aventuró mirando a la chica con diversión.
"¿Me saldrán branquias o algo así?"-. Preguntó Hermione recordando a su amigo Harry quien comió branquialgas y obtuvo branquias para respirar bajo el agua. Percy solo soltó una pequeña risa para después hablar.
"Tranquila, podría suceder, pero no. Poseidón te otorgará su bendición y podrás mantenerte tal y como estás ahora, solo que podrás respirar debajo del agua además de que te vas a mantener seca, es decir, no te mojaras"-. Explicó tranquilamente haciendo que Hermione este aún más nerviosa, básicamente estará a merced del padre de Percy.
Los demás presentes a excepción de Percy también estaban nerviosos, cualquier cosa podría suceder en el palacio de ese dios y no querían que Hermione terminará muerta de alguna manera. Percy pudo notar sus preocupaciones.
"Tranquilos, no permitiré que le suceda algo a Hermione. Primero tendrán que pasar sobre mí"-. Percy sonrió en dirección a Hermione quien sintió un gran alivio crecer dentro de ella.
La señora Weasley, Ginny y Lavender abrazaron con fuerza a Hermione quien correspondió el abrazo. Percy solo se despidió de las mujeres saliendo de la madriguera acompañado de Hermione quien tomaba su brazo. Se detuvieron a unos metros de la entrada de la madriguera bajo la atenta mirada de las Weasley.
"Pisa la perla y te llevará, al mismo tiempo"-. Hermione asintió algo nerviosa mientras Percy dejaba con cuidado las perlas en el suelo.
Haciendo un gesto ambos pisaron las perlas al mismo tiempo, por unos momentos no ocurrió nada, pero fueron envueltos en una enorme burbuja. Hermione se sujetó con fuerza del brazo de Percy mientras la burbuja se elevaba y todo a su alrededor cambiaba rápidamente.
Hermione se dio cuenta de que ya no estaban en la madriguera... Ahora estaban en el fondo del mar. Por puro instinto Hermione mantuvo la respiración, pero al no poder soportar más y cedió. Se dio cuenta de que podía respirar sin problemas.
"Te lo dije, Poseidón te dio su bendición"-. Percy habló mostrando una sonrisa. Hermione aún estando debajo del agua sintió la garganta seca.
La bruja de cabello tupido enfocó su visión al frente.... Frente a ellos se alzaba un enorme palacio y podía ver todo tipo de criaturas marinas entrando y saliendo por todos lados. Hermione tragó en seco... Había llegado el momento.
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Amor de una Bruja y un Semidios
FanfictionLos destinos se encargaron de preparar su encuentro, se encargaron de que ambos se conocieran y se apoyarán mutuamente. Ahora dependerá de ellos si su historia juntos continuará o no. Advertencia: Quiero decir que las fechas serán modificadas ya que...