Capítulo 21

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"¿Quieres eres?"-. Hermione frunció el ceño apuntando con su varita al hombre frente a ella.

"¿Aún no lo sabes?"-. El hombre preguntó con una sonrisa socarrona haciendo enfurecer aún más a la bruja de cabello tupido.

"Lo preguntaré una vez más, ¿Quién eres?"-. Siseó Hermione sin despegar su mirada de la persona frente a ella. Si algo le había enseñado la anterior guerra mágica era que no podía fiarse de los extraños, aunque más bien nunca debería de hacerlo.

El hombre miró de arriba a abajo a Hermione quien mordió su labio inferior, ella no sabía quién era el hombre frente a ella así que decidió no tomarlo a la ligera.

"Hermione, yo soy tu padre"-. Los ojos de la bruja de abrieron de par en par al escuchar aquellas palabras. La boca de Hermione se abría y se cerraba como pez fuera del agua.

"¿Cómo...?"-. Fue la única palabra que pudo articular Hermione mientras miraba fijamente al hombre tratando de encontrar alguna similitud con su padre.

Las carcajadas del hombre resonaron en la habitación haciendo que el rostro de Hermione adoptará un color rojizo, aunque no se podía decir claramente si era debido a la vergüenza de haber sido engañada o a la furia contenida dentro de ella.

"¡Siempre quise decir eso! No siempre tengo la oportunidad así que la aproveche"-. El hombre mostraba una sonrisa radiante mientras que Hermione parecía totalmente preparada para saltarle encima.

"¿Te estás burlando de mí?"-. Habló de manera peligrosa y si las miradas mataran (algunas lo hacían) el hombre estaría muerto en esos momentos.

"Wow, tranquila chica. Solo vine aquí a darte un mensaje"-. Ante eso, Hermione se vio algo confundida, ¿Un mensaje?

"¿Acaso eres una lechuza personificada?"-. Hermione preguntó sin despegar su mirada del hombre.

"Que mi querida hermana no te escuche, lo tomaría como una grave ofensa"-. Susurró el hombre mirando a todos lados como si se estuviera asegurando que nadie más que ella lo escuchará. Hermione soltó un resoplido.

"¿Puedes decirme ya quién eres?"-. Cuestionó sintiendo unas enormes ganas de sacarle los ojos.

"No comas ansias, querida. En fin, mi nombre es Hermes dios de los mensajeros, viajeros, etc. Aunque soy mayor conocido como el mensajero de los dioses, es un placer, Hermione Granger"-. Hermes mostró una sonrisa extendiendo su mano a Hermione.

El cerebro de la pobre bruja ya no daba más, su mente estaba trabajando a mil por hora e incluso más en esos momentos. Básicamente sintió algo de miedo debido a que le había faltado al respeto a un dios y no solo eso, ¡También lo había atacado!

La mente de Hermione comenzó a jugarle un par de bromas a imaginarse escenas donde era castigada por los dioses de distintas maneras incluso siendo convertida en un nuevo monstruo y si lo que Percy le había contado era cierto (que los semidioses luchaban contra los monstruos), sería cazada por semidioses. Se llenó de horror a imaginar esa y más situaciones de sus castigos.

"Debes tranquilizarte un poco, parece que está a punto de darte un ataque"-. Hermes habló tranquilamente mirando a la bruja y podía adivinar cuáles eran sus pensamientos en esos momentos.

Hermione comenzó a respirar hondo tratando de tranquilizar su pulso y a ella misma, no todos los días conocía a un dios. Sinceramente pensó que solo conocería a Poseidón y a su esposa, aunque después de que Percy se fuera creyó que ella ya no tendría nada que ver en el mundo divino.

El silencio invadió la habitación por unos minutos más, aunque más bien Hermes se mantuvo tranquilo y en silencio (algo raro en él) mientras dejaba que Hermione se tranquilizará por completo y así poder transmitir el mensaje que iba dirigido para ella. Sabía que tendría demasiado trabajo en esos momentos además de que muy posiblemente Martha comience a darle un sermón mientras George desee exigir que se le pague con alguna rata debido a la espera.

"¿Estás más tranquila?"-. Hermes preguntó a Hermione mientras esta lo miraba.

"Si, bueno... Quisiera disculparme por intentar atacarlo, realmente lo siento"-. Hermione quiso disculparse con Hermes pues no quería tener ningún problema con ningún dios, sabía que si Hermes quisiera acabar con ella podría hacerlo en menos de un segundo.

"No tienes porqué disculparte, estás en todo tu derecho, aunque debo decir que tienes suerte que fui yo y no otro dios. No todos son tan bueno como yo"-. Hermes se encogió de hombros mirando divertido como Hermione se estremeció.

Eso era cierto, pues la mayoría de los demás dioses se habrían enfadado por ser atacados por un mortal y Hermione habría terminado con la maldición de algún dios o incluso muerta.

"D-dijó que tenía un mensaje para mí"-. Hermione intentó evitar tartamudear, pero fue imposible en esos momentos. Hermes sonrió mientras en sus manos aparecía una carta que entregó a Hermione. 

Hermione miró la carta detenidamente la dejó por unos momentos en su regazo tal y como la había recibido, era como si esperara que se abriera y se leyera por sí sola, pero no lo hizo. La volvió a tomar entre sus manos y le dio a la vuelta solo para ver el símbolo de un tridente en ella.

"¿De Poseidón?"-. Indagó Hermione recibiendo un asentimiento de un sorprendido Hermes.

La razón de su sorpresa es que usó su nombre sin preocuparse en lo absoluto, normalmente los mortales e incluso semidioses se negaban a mencionar el nombre de un dios con total normalidad cuando sabían que ellos realmente existían. Se referían a ellos como sus señores o señoras, siempre mostrando respeto, pero parecer que Poseidón ya había tenido un encuentro con la brujita.

Soltando un suspiro, Hermione abrió la carta, pero se sorprendió al ver solamente cinco palabras escritas en la carta:

Ven al palacio, por favor

Sinceramente, Hermione había esperado toda una hoja llena de texto por ambos lados o por lo menos una sola parte. Su mirada se dirigió a Hermes.

"¿Venisto a entregar esta carta que solo tiene cinco palabras?"-. Hermione sonrió de manera nerviosa. Hermes suspiró pesadamente.

"Poseidón nunca fue de largas palabras, pero me pidió venir para explicarte la situación y él quería que lo ayudarás"-. Hermes ahora se comportaba de manera seria y Hermione sabía que era algo grave como para hacer que Hermes pasará de una actitud divertida a una seria.

"¿Es tan grave?"-. Hermione quería saber qué era lo que pasaba pues Poseidón no le pediría su ayuda solo por qué sí.

"Se trata de Percy"-. Al escuchar ese nombre, Hermione sintió que su corazón se estremeció.

"¿Qué sucedió con Percy?"-. Cuestionó mientras mordía su labio inferior tratando de controlarse.

Hermes simplemente procedió a explicarle lo que había sucedido y Hermione supo que la señora Weasley y Ginny tenían razón.


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Amor de una Bruja y un SemidiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora