Capítulo12

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Después de unos momentos de un silencio realmente incómodo. Un suspiro cansado salió de los labios de Percy.

"Lo que estoy a punto de revelarles es algo que posiblemente no creerán. Hermione no lo creyó y esperó poder demostrarlo cuando ella esté en mejores condiciones"-. Habló con voz tranquila, pero a la vez cansada.

"Creeme, no hay nada que pueda sorprendernos. Básicamente lo hemos visto todo"-. Agregó Ron con un toque de desesperación en su voz, él deseaba saber el secreto (posiblemente oscuro) del pelinegro frente a él.

"Ron"-. Molly llamó la atención de su hijo, aunque de alguna manera era cierto lo que había dicho. Posiblemente Percy les dijera que venía de Estados Unidos y que era un mago en ese país o algo por el estilo.

"Soy un mestizo"-. Percy se mantuvo serio, pero los demás sonrieron. Ron por otro lado casi se echa a reír en el suelo.

"¿Ese era tu gran secreto?"-. Preguntó mirando burlón a Percy.

"Al parecer hay un malentendido, Hermione me dijo algo similar. Ustedes piensan que para mí, un mestizo es el cruce de alguien mágico y un muggle, ¿No es así?"-. Percy alzó una ceja mirando a todos y cada uno de ellos.

"Así es.... ¿Eres un hombre lobo?"-. Lavander se estremeció al preguntar lo último, ella misma era un hombre (mujer) lobo debido a Fenrir GreyBack.

Ron pasó una de sus manos por los hombros de su novia quien se recargó en su pecho. Percy nuevamente suspiro.

"Para mí, un mestizo es diferente a lo que ustedes conocen. Un cruce entre un mortal y... Un ser divino"-. Respondió tranquilamente. Todos se quedaron en silencio nuevamente.

"¿Con divino te refieres a los dioses?"-. Preguntó Harry sorprendido. Percy asintió.

"Si, dioses con minúscula. Soy un semidiós hijo de Poseidón, dios de los mares"-. Con un movimiento de su mano hizo que el té saliera de sus recipientes y comenzará a levitar.

Los magos y brujas se quedaron sin palabras en la boca al ver eso. No podían o más bien no querían creerlo, frente a ellos se encontraba un ser que poseía la sangre de los dioses.

Ginny cubrió su rostro con sus manos, no podía creer nada de esto. Su amiga desde hace años sin querer se había enamorado de un semidiós, la sola idea la hizo querer reír e inclusive llorar. Desconocía si los dioses tenían leyes, pero debían de tenerlas y no sabía si el chico frente a él podría tener una vida con una "mortal", como lo llamarían ellos.

"Ahora entiendo por qué Hermione no te creía"-. Comentó Lavander con un hilo de voz. Percy se encogió de hombros.

"Yo tampoco lo creía cuando tenía doce años, sueña algo irreal lo sé. Para creerlo, mi madre tuvo que ser secuestrada por el dios del inframundo y tuve que iniciar un viaje para regresar el símbolo de poder al rey de los dioses además de evitar que él y mi padre destruyeran todo"-. Comentó como si se tratará de un paseo por el parque en un hermoso verano.

Nadie era capaz de decir algo, ese chico básicamente había mencionado aún dios del inframundo, al dios de los mares y al rey de los dioses.

"Hermione, ¿En qué te metiste?"-. Ginny susurró para sí misma, pero fue escuchada por Percy.

"Tranquila, Ginny. Dudo que algún dios tenga deseos de hacerle daño incluso no los tocarían a ninguno de ustedes, ellos me deben mucho a mí y a mis amigos"-. Agregó Percy tratando de tranquilizar a los presentes.

"Cuéntanos más"-. Pidió Molly quien se quedó callada hace unos momentos para preparar su mente con la nueva información que estaba por adquirir.

Percy de esa manera, se pasó gran parte de la noche y la madrugada contándoles acerca de todas las aventuras que había tenido con sus amigos. Las batallas contra los monstruos, guerras contra titanes y la muerte de su novia quien era una hija de Atenea.

Unas cuantas horas después. Percy se encontraba viendo el techo de la habitación que la señora Weasley le había ofrecido para descansar, en estos momentos se preguntaba si fue buena idea contarles acerca de los dioses y semidioses.

Se golpeó mentalmente al no investigar primero si habría alguna consecuencia para ello. Una sonrisa triste paso por su rostro, posiblemente Annabeth le estuviera regañando por ser un sesos de algas y después lo tranquilizaría diciéndole que no existía un castigo para ello.

Sus párpados comenzaron a sentirse pesados y poco a poco comenzó a cerrar los ojos. Al cerrarlos por completo soltó un suspiro, sin embargo, no se dio cuenta de que la puerta de la habitación se abrió y alguien entró por esta.


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La luz del sol entraba por la ventana que tenía las cortinas abiertas, y por mera causalidad de los destinos está le daba directamente en la cara a Percy. Esté comenzó a removerse en la cama intentando darse la vuelta para evitar dichos rayos solares, pero sintió un peso extra en su cuerpo.

Eso realmente lo alarmó pues a lo que él recordaba, se había acostado solo. Abrió sus ojos y se preparó para atacar al intruso, pero se detuvo al ver de quien se trataba.

Hermione estaba acurrucada usando su brazo como almohada y por alguna razón, el brazo de Percy la rodeaba y la atraía aún más cerca de él. Sorpresa y vergüenza invadió el rostro de Percy al darse cuenta de que ahora Hermione vestía solo un camisón.

La puerta se entreabrió alarmando aún más a Percy. Un gato muy grande, con piernas arqueadas, color jengibre y con una cabeza aplastada entró por la puerta. Sus ojos amarillos se mantenían fijos en Percy y su larga cola de cepillo de botella se meneaba de un lado a otro.

El gato sin pensarlo dos veces, saltó a la cama para después pararse encima de Hermione.

"Mmmm"-. Hermione se removió en los brazos de Percy.

Los ojos de la bruja de cabello tupido se abrieron, pero seguían desenfocados. Después de un par de minutos, estos se enfocaron en Percy. El cerebro de Hermione tardó en darse cuenta en donde estaba y con quien.

"¡Ah!"- Hermione soltó un pequeño grito y se levantó abruptamente de la cama haciendo que el gato cayera al suelo con un bufido.

"Lo siento"-. Sin nada más que decir, Hermione salió a toda prisa de la habitación sin mirar atrás siendo seguida por el gato.

Percy se quedó en blanco en ese momento, ¿Qué rayos había pasado?


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Amor de una Bruja y un SemidiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora