Trató de no dormirme en lo que llegan mis padres.
Creo que no mencione que mamá va a clases de cocina y de ahí pasa a buscar a papá al trabajo. Entre semana llega al mismo que papá porque se va sus clases de meditación. No soy de esas hijas que se molestan porque sus padres no están conmigo, no. Al contrario me alegra que mamá vaya a despejar su mente.
La verdad si yo fuera mamá me aburriría, osea estar todo el día en casa, o tener que trabajar y todavía llegar a cocinar, hacer limpieza u otras cosas, si harta. Eso es algo que muchos hijos no entienden, el trabajo de mamá. Realmente las mamás son super héroes sin capa y no todos lo aprecian. Los papás también son héroes sin capas pero a diferencia de las madres, ellos ven a diferentes personas cada que trabajan, esa era mi opinión.
Seguí con mis pensamientos cuando abrieron la puerta, llegaron.
—Mi amor— dijo mamá entrando.
Se acercó a darme un beso en la cabeza.
—Fea— papá y su amor. Imitó a mamá y me dio un beso en la cabeza.
—Creí que no iban a llegar— mencioné recordando todo el tiempo que los estuve esperando
—Lo siento cariño, tu papá quiso que fuéramos por galletas y refrescos
—¿Compraron galletas oreo?— pregunte esperanzada
—¿Para qué compraría esas galletas?— papá me miró como si fuera algo anormal. Osea me miró de rara forma.
—¿Para qué coma?— pregunte dudosa
—Tú estás a dieta— respondió él
—No empiecen por favor— cortó mamá lo que iba a terminar en pelea
—Bien, bien— papá hizo señas de que se rendía
—¿Qué película veremos amor?— se dirigió a mi mamá
—Una de terror— sonreí inocentemente
—Luego no te quejes si vienen los fantasmas por ti— se burló papá
—Ya no me asustas papá, superalo— respondí con confianza
No es verdad. Papá me asustaba mucho.
¿Han vista la película de el grito? Bueno, el niño que sale en esa película me asusta. Papá imitaba el ruido extraño que hacía ese niño para asustarme.
A veces era de madrugada y él se escondía para empezar a hacer el ruido y levantarme. Cada susto que me daba, por su culpa le tengo miedo a todo eso.
Mamá repartió las galletas y nos dio nuestros refrescos.
Estábamos viendo la película "El conjuro". En realidad no da tanto miedo. Más bien no me daría miedo si no fuera por papá que, cada que me concentro en la película aprovecha para asustarme.
—¡Danna!— gritó mamá asustandome. Ella se levantó de su lugar para caminar hacia a mi.
—¿Qué?— pregunté asustada
—¡Estás sangrando!— exclamó cuando llegó a mi lado mientras alza mi cabeza
Ou, era eso. Hasta mucha suerte había tenido que no me sucediera frente a ellos.
No sé en qué momento pasó pero papá también se encuentra a mi lado.
—No es nada mamá— respondí cuando deje de sangrar
—¡¿Qué no es nada?!— preguntó molesta
—Tranquila amor, no ganas nada haciendo coraje— dijo papá mientras puso su mano en el hombro de mamá
—De verdad estoy bien, es donde no como bien— dije para calmarlos
Error.
—¡¿Qué no comes bien?!— gritó mamá aún más molesta
—No mamá no quise decir eso— explique rápidamente
—Cocino todos los días para que tengas que comer y ¡Ni siquiera comes!— gritó molesta
—Mamá claro que si como lo que cocinas
—Me imagino que tiras lo comida, ¿Verdad?
—No mamá
—¡Debes de comer! Voy a comprar vitaminas para que estés sana
—¡Mamá!— grité fuerte. Ella me miró sorprendida. Ups.
—Lo siento, solo escúchame— ella asintió, —Sí como lo que cocinas, tu comida es deliciosa que hasta Selegna lo dice— eso pareció calmarla, —Me refería a que en la escuela no como porque a veces no me da hambre, eso es todo
—De todas maneras te llevaremos mañana al doctor— dijo papá muy serio
—Así es— concordó mamá con papá
Genial, lo que más quería.
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La vida de Danna
Novela JuvenilDanna es una chica dulce y que sus padres adoran así como ella a ellos. Ella le gusta un chico desde haces años, Antonio, un chico que tiene novia. Ella no hace por intentar algo con él. Descubre que es enamorarse en el momento equivocado. ¿Por qué...