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Milo me trajo a casa.

Me quede dormida todo el día y me despertó cuando sonó el timbre de salida. Me desperte muy cansada, con mucho sueño y, según él, estoy muy pálida. Así que me cargo para que no camine. Si, me cargo.

Estoy en su espalda, de cierta forma es comodo estar así. Lo más genial es que no tengo que caminar nada, sigo siendo floja. Él se encuentra silbando una canción alegremente.

-Milo, de verdad puedo caminar- dije por décima vez , era humillante ver la cara de todos cuando veían que él me estaba cargando

-Ya te dije que no. Además ni pesas nada, bajaste mucho de peso

Él tiene razón. Al estar cansada lo único que hago es dormir, ya ni como por estar durmiendo y eso que para mi, la comida es muy sagrada.

-Milo...- no me dejó hablar

-Callate, me gusta más cuando duermes

Auch. Bien quiere que me calle, eso haré.

Cuando él preguntaba por donde ir solo le señalaba la calle, sé que es infantil pero si me dolió. Ando muy sentimental y eso me molesta. Creo más bien estoy molesta conmigo misma porque algo como eso me dolió cuando eso no me pasaba.

Cuando llegamos a casa baje de un brinco de su espalda para ir a abrir la puerta. Él me siguió.

-¿Es está tu casa?- preguntó embobado viendo el jardín

Mamá tiene muchas rosas en el jardín, le gustan mucho. Dice que en su primera cita papá le regaló muchas, desde entonces siembra rosas y las cuida mucho. La verdad si se ve bonito.

No conteste, busque las llaves y abrí la puerta. Cuando entre cerré la puerta.

-¡Danna!

No conteste, deje la mochila en el sofá.

-¡Danna por lo menos regalame un vaso de agua que tengo sed!

Bien, solo porque me cargo hasta mi casa se lo doy. Camine a la cocina y le serví agua en un vaso luego fui a abrir la puerta.

-¿Qué te hice?- preguntó inmediatamente cuando abrí la puerta

Por mi parte, solo le tendí el vaso con agua, lo agarro.

-¿No vas a hablar?- negué con la cabeza

-¿Estás molesta?- asentí

-¿Te hice enojar?- volví a asentir

-¿Me perdonas?- negué

Entrecerro sus ojos y bebió el agua. Me devolvió el vaso y no sé en que momento paso pero él entró y me abrazó. Eso era lo que menos esperaba.

-Lo siento, no fue mi intención herirte- esto ya se puso raro, me siento incómoda

-De acuerdo pero quitate- lo aleje de mi y camine a la cocina

-¿Entonces si me perdonas?- hizo un puchero cuando entramos a la cocina

-Te ves más feo cuando haces eso y si- voltee los ojos

Él chilló con alegría.

-¿Qué es lo que haces en tu casa?

-Dormir- me limite a decir

-¿Por qué no me sorprende?- se notó mucho la ironía en su voz

-Hoy quiero averiguar sobre mi enfermedad y tú me vas a ayudar- lo señale con mi dedo índice

-¿Estás segura de ello? Digo está bien que quieras saber pero será algo a lo que no estás preparada

-¿He? Solo ayudame y ya

Caminamos a la sala y nos sentamos en el sofá, le dije que sacará su computadora y así fu. Él saco su computadora y escribió lo que le dije: "Leucemia algo de agudo"

Nos salieron las definiciones de Leucemia y agudo. Hasta que encontramos Leucemia Linfoblastica Aguda.

Milo le dio click a esa pagina por lo que nos salieron varias cosas. Principalmente sus síntomas.

Sangrado de las encías, fue uno de los primeros síntomas.

Infecciones frecuentes, por eso me enfermaba a cada rato.

Fiebre que no desaparece, ni con pastillas se me quitaba la fiebre.

Debilidad y cansancio constante, ese es el síntoma que siempre tengo.

Dolor óseo, el dolor que sentía por dentro y en todos lados que no me dejaba domir.

Inflamación de los ganglios linfáticos (del cuello, las axilas y la ingle, por ejemplo), eso no me ha pasado y espero no me pase.

Palidez, casi siempre.

Sangrado nasal frecuente, otro síntoma que no me deja.

Sangrado o aparición de hematomas con facilidad, ese fue el primer síntoma.

Dificultad para respirar, creí que era por las actividades físicas.

Dolor de cabeza, por eso casi siempre está presente.

Hígado o brazos agrandados, tampoco lo tengo.

Bien, está más que claro que tengo Leucemia. Milo cerró su computadora y dijo que era mucho por hoy, tiene razón.

Agradecí que no me dejó sola en ningún momento.

La vida de DannaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora