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Volví a despertar en un hospital.
Genial, lo que más me gusta en la vida, nótese el sarcasmo.
Me sorprendió ver a Milo durmiendo en la silla, a mi lado. Me sentí mal al verlo ahí, últimamente no me encuentro en mis mejores condiciones y él me ve así. A él no le importa verme así pero yo si siento feo. Sin darme cuenta él despertó.
—Sentí que un ángel me miraba— dijo sonriendo
Vergüenza. Eso inundó mi todo mi ser. Lo despertó mi intensa mirada.
—¿Te encuentras bien?— su expresión cambio a una de preocupación
—¿Sabes que fue lo que pasó?— pregunte al recordar lo que sucedió en mi habitación
—Me dijeron que era algo de tu abdomen. Creo que se agrando o algo así— Milo hizo una mueca
Sé de lo que habla Milo, la doctora me lo explicó al principio.
"Las células leucémicas se pueden acumular en el hígado y el bazo, causando que estos órganos aumenten de tamaño. Esto puede notar se como llenura o hinchazón del abdomen o sentirse lleno después de comer solo una pequeña cantidad de alimentos. Generalmente las costillas inferiores cubren estos órganos, pero cuando están agrandados el médico puede palparlos, por eso Danna siempre te tengo que hacer esta revisión siempre. Si te llega a pasar y no me doy cuenta podrían haber grandes consecuencias."
Esa es mala señal, significa que la leucemia se esta extendiendo.
—¿En que piensas?— Milo me saco de mis pensamientos
—Nada, nada. ¿Por qué no te llevas con Selegna?— era mejor cambiar de tema
—Ya te conto— Milo se dejo caer en el respaldo de la silla
—Algo así— me acomode en la camilla para quedar sentada
Grave error. Me duelen todos mi cuerpo, no puedo ni mover porque me duele.
—¿Te duele algo?— pregunto él por mi expresión de dolor. Se acercó a mi camilla y agarro mi mano
—No, continua— si decía la verdad él irá a buscar a los doctores y ya no quiero más medicamentos
—Bien— empezo a acariciar mi mano— No te lo he dicho pero... Soy el hijastro del director de la escuela, por eso nunca asisto a clases. El director conoció a mi mamá por redes sociales, se enamoraron y bueno, se quedaron juntos. Entonces, antes tenía mucho coraje— soltó una risita,— Aún lo tengo pero no mucho. El caso es que antes buscaba consuelo en las mujeres, las usaba para tener sexo. Nunca quise nada serio y siempre lo deje en claro. En una fiesta conocí a Selegna, nos enrollamos y así fue por un tiempo hasta que ella me confesó que estaba enamorada de mi. No le correspondí y ella se molestó, entonces ella me dijo que no la volviera a hablar en su vida— él se alejo y se volvió a acostar en la silla
—Vaya... Un chico rompe corazones — solté una risa y él tambien hizo lo mismo— Entonces... ¿Solo buscas a las chicas para acostarte con ellas?
—Eso hacía
—¿Y que paso? ¿Te enfermaste de algo?— pregunte con cierto temor
—¡¿Qué?! Claro que no
—¿Entonces...?— lo mire con curiosidad
—Sonará loco pero todo cambio cuando te conocí— él sonrío débilmente, —Todos saben quien soy y tu no, o eso creo. Nunca diste indicios de que lo supieras
—No, nunca lo supe. Nunca se la vida de los demás— conteste haciendo memoria
—Exacto. Eso me gusta de ti, no eres como las demás que siempre se enteran de la vida de todos. El primer día que te vi me caíste bien porque no fuiste como las chicas de la escuela que a penas tienen oportunidad, se me insinúan. Después tuve que rogar para que me hablarás, cosa que nunca había hecho. Al conocerte me agrado tu forma de ser y de pensar.— suspiro, —Al ver el amor que tus padres te tienen y el amor que tu les tienes me hizo darme cuenta que tengo a mis padres y los debo de amar a pesar de todo. Danna has cambiado mi vida por completo— él agarro mi mano y dejo un pequeño beso en ella
—¿Por qué haces esto?— pregunte con los ojos llorosos, —¿Quieres verme llorar?— él solto una leve risa y yo solté lágrimas
Hasta el dolor se me olvido.
El electrocardiograma empezó a sonar. Milo y yo nos miramos asustados, empezaron a llegar muchas enfermeras. Una enfermera reviso el electrocardiograma, otra me inyecto algo en la intravenosa que esta conectada a mi mano izquierda y dos enfermeras agarraron Milo, lo último que vi fue como sacaron a Milo del cuarto mientras él se rehusaba a irse.

La vida de DannaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora