La vida de Danna

8

Otro día nuevo.

Otro día que desperté con mucha flojera.

Hice lo mismo de todas las mañanas. Solo que al lavarme los dientes, volví a sangrar. 

No había vuelto a pasar. Lo que es raro, eso indica que no tengo ninguna enfermedad periodontal. Y lo que lo hace más raro es que salga demasiada sangre.

No es que sufra de hemofobia, solo que, simplemente no me gusta ver mi propia sangre, me da una sensación rara.

Sin darle importancia fui a desayunar con mis padres.

—Amor, ¿por qué siempre traes suéter? Antes no lo usabas— preguntó mi madre mientras me mira interrogativa

Esa pregunta no la esperaba. Los empecé a usar desde que descubrí los hematomas en mis clavículas y piernas. Como dije antes, tengo que cubrir los hematomas.

—Solo por moda mamá, es algo que todos están usando— respondí con indiferencia, necesito que me crea

—¿Y por qué Selegna no hace lo mismo que tú?— frunció el ceño

—Tú misma te acabas de responder mamá, se trata de Selegna. Nunca hará lo que los demás hacen— me encogí de hombros

—Los jóvenes y sus modas raras— mencionó papá mientras niega con la cabeza

Después de desayunar pasamos a buscar a Selegna, y otra vez juntas nos fuimos a la escuela.

Nos encontramos caminando al salón cuando...

—¿Hoy no tienes dolor de cabeza?— preguntó alguien a mi lado

Genial, era el muchacho de ayer que estaba en la enfermería

—Sí también hoy, así que dejame— respondí cortante

—¿Siempre estás de ese humor?— me miró en lo que enarco una ceja

—¿Cuál humor?— pregunte irónicamente, —Si yo soy un amor

—Entonces solo me odias— agachó su cabeza

—No te odio— comente de inmediato

—Eso es genial— alzó la cabeza con una sonrisa

—Solo me caes mal

—¿Cómo te puedo caer mal? Si ni me conoces— preguntó ofendido

—Solo por el hecho de que ayer que me sentía mal me estabas fastidiando

—Ayer que te sentías mal... Entonces hoy si te sientes bien— dijo analizando mis palabras

—Ay ya— le corté, —Tengo clases— dije mientras entre al salón

—Nos vemos Danna— gritó

—¿Cómo conoces a Milo?— cuestionó Selegna cuando se sentó a mi lado

—Lo conocí en la enfermería— dije con aburrimiento para que no pregunte más

—¿Cuándo fuiste a la enfermería?— frunció el ceño

—Ayer pero estabas durmiendo, no quise levantarte

—¿Qué tenías?

—Un pequeño dolor de cabeza, nada grave

—¿Segura?

—Claro, es donde no duermo bien— mentí

—Tu mama se va a molestar si se entera que no duermes. Ahora entiendo el porqué de tus ojeras— asintió con su cabeza

—Bueno, sabes que no puedo evitar el dormir tarde— el profesor entró

Me dormí.

Me desperté porque sentí que alguien acariciaba mi cabello.

Poco a poco fui abriendo mis ojos hasta que vi al causante de mi despertar. Milo.

Al parecer estamos en el receso.

—No mentías— fue lo primero que dijo

—¿En qué?— pregunté rápidamente

—Pareces una bebé durmiendo— dijo hipnotizado viendo mi cabello

—-Si lo haces para fastidiar, déjame sola de una vez

—Estás caliente— ¿Qué?

—¿Qué?

—Tienes fiebre— tocó mi frente

—No puede ser, no de nuevo— dije en forma de reproche

—¿Quieres una pastilla?

—¿Traes medicamentos a la escuela?— pregunté mientras observo como de su mochila saca una caja de medicamentos

—Nunca se sabe que puedas necesitar

—¿De donde sacaste diferentes tipos de medicamentos?— literalmente tiene diferentes tipos de medicamentos. Para la fiebre, la tos, diarrea, gripe y de más que no conozco

—Algunas los agarre de la enfermería— dijo riendo

—¿Por qué robaste las pastillas de la enfermería?

—No lo grites, aunque supongo que Candy lo sabe. Y ya te respondí tu pregunta del porqué

Iba a responder pero en eso entro Selegna al salón.

—Danna al fin despertaste— dijo Selegna viendo fijamente a Milo

—Me voy, nos vemos Danna— dijo mientras se acercaba a darme un abrazo. En realidad lo hizo para dejar las pastillas en mis mano.

—Adiós Milo— dije mientras le sonreí

No, definitivamente no me cae mal.

Nota: La hemofobia es el miedo a la sangre y también a las heridas en sí. Es una fobia específica que puede describirse como un miedo intenso, irracional y persistente al ver sangre.

PD: ¡Muchas gracias a las personitas que leen mis historias! 

¡Besos y mucho amor para todos!