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Amanecí enferma.

No sé que me hizo mal que desperté con gripe.

Si ayer me sentía mal hoy me siento peor.

Hoy no me duchare porque cuando me vea mamá me va regañar y si ve que me duche será peor.

Así que dormí 15 minutos más.

Juro que solo sentí que cerré mis ojos y que no pasaron ni 5 minutos. Mamá vino molesta porque me quedé dormida pero al verme todo tipo de enojo se esfumó para ser sustituido por pura preocupación.

—Mi niña no irás a la escuela, ¿oíste?— bien al menos obtuve algo bueno

—Sí mamá— mi voz sonó rara. Yo no soy de enfermarme mucho.

Me molesta estar enferma.

—Aquí te dejo los medicamentos para que tomes, en las cajas están cada cuánto tiempo tienes que tomarlas— dijo agarrando una caja de medicamento para que las viera

—Ok

—Por favor debes tomarlas a sus horas— puso las pastillas en el mueble del lado de mi cama

—Está bien

—Si viene Selegna dile que les deje comida preparada en el refrigerador

—Bien

_Si empeoras me hablas, ¿si mi amor?— acarició mi cabello suavemente. Se ve realmente preocupada

—Por supuesto

Papá entró a la habitación y se sentó en la cama.

—Lastima, hoy que iba a comprar helado te enfermas— dijo poniendo una cara de tristeza totalmente falsa

—Será otro día

—¿Quién dijo que por ti no iba a comprar?— dijo frunciendo el ceño y mirándome como si fuera un bicho raro

—No puede ser que no tengas compasión por esta pobre alma que se está muriendo— me sacudí la nariz 

—¿Pobre? Tienes lo de pobre lo que yo tengo de feo— señaló su rostro 

—Te dire que si para que no te sientas mal— contesté asintiendo

—En estos momentos me cuestiono el porqué no use el condón— pasó una mano por su barbilla tomando una postura de pensar

—¡Wyatt! ¡Papá!— gritamos mamá y yo al mismo tiempo

—¿Qué?— dijo pestañeando pareciendo inocente

_¿Cómo se te ocurre decirle eso a la niña?— mi mamá lo miró molesta

—Tienes razón. Gracias al no usar condón tuve la mejor...— suspiró para después sonreír, —experiencia sexual

—¡Dios! ¿Qué hice mal para que mi padre sea así?— pregunté mirando el techo

—Wyatt— dijo mamá, muy seria, mirándolo

—Oh nena, no lo niegues que tú también lo disfrutaste tanto como yo— mamá quedó roja con esas palabras

—¡Se les hace tarde para trabajar!— grité para que dejarán está vergonzosa escena

—Tuviste que interrumpir— papá me volteó a ver con molestia

—Tienes razón mi niña, ya sabes cualquier cosa nos avisas— dijo mamá mientras deposito un beso en mi cabeza

—Yo no le dije que me hable— contestó papá y mamá lo miró molesta

—Te queremos cariño— dijo mamá mientras se dirigian a la puerta

—Yo también mamá

Con eso salieron de la habitación dejándome sola. 

Me volví a dormir.

No sé cuánto tiempo estuve dormida pero me levanto el hambre. Con mucha flojera caminé a la cocina para calentar un poco de comida. Cuando llegue a la cocina vi que mamá dejó una nota en la mesa. La agarré y la leí.

"Prepare un poco de caldo para que comas. Eso te hará sentir mejor

Con amor mamá"

Por pequeños detalles como estos amo a mi madre.

Calenté un poco de caldo con verduras para desayunar, miré la hora son las 11 a.m.

Falta un buen rato para que Selegna llegue.

Me serví mi comida una vez estuvo lista y desayune.

Luego subí a mi habitación y me acosté, de pronto empecé a sentir caliente mi cuerpo. Fui a la habitación de mamá, busqué el termómetro y me lo puse. Esperé y cuando me lo quité indicó que tengo 39º de temperatura.

Genial.

Ahora tengo fiebre.

Volví a mi habitación, me desnude y me metí a duchar para que se bajará la temperatura de mi cuerpo. Sentí el agua helada y con toda la valentía del mundo me duche. Volví a mirar mi cuerpo y vi que tenía nuevos hematomas en las piernas. 

Esto no es normal. Hasta ahora nadie se ha dado cuenta porque uso ropa que me quede grande y que cubra todos los hematomas.

Salí del baño y me volví a tirar a la cama, me siento muy cansada.

Tomé una de las pastillas que dejó mamá y me dormí de nuevo.

Desperté por unos gritos que decían mi nombre. Es Selegna.

Bajé para abrir la puerta. Ella al verme detuvo su show y con su boca formo una O.

—¿Pero qué te pasó?— preguntó saliendo de su trance

—Hola, yo tambien te extrañe— dije con sarcasmo mientras le sonreí falsamente

—Estás muy mal— dijo entrando y cerrando la puerta

—¿Por qué lo dices?

—Estás muy pálida— señaló mi rostro

—No es nada— hice un gesto de que no tiene importancia

—¿Qué es lo que tienes?

—Gripe_ contesté obvia

—Eso explica la nariz roja y llena de mocos— apretó mis cachetes y luego empezó a caminar a la cocina

_Mamá dejó comida, caliente para que comas

—¿Ya comiste?— se volteó a verme

—No tengo hambre, iré a dormir

Con eso me fui, me acosté y no volví a saber nada del mundo.

La vida de DannaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora