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¿Quién despierta temprano en un domingo?

Exacto, yo. 

Y mis padres. Mamá me levantó temprano para ir al doctor. 

Cuando alguien va al doctor tiene que ir temprano porque a las 5 a.m. empiezan a dar unas fichas que tienen el turno para pasar con los doctores. 

Por lo tanto son las 4:40 y nos encontramos en el hospital. No exagere cuando dije que me levanto temprano. 

Mamá no me dejo comer nada, ya que según ella me podían hacer análisis y para eso necesitas estar en ayunas. Ni siquiera habíamos visto al doctor y ya ella planeó todo.

Estamos esperando en la sala de espera, hay mucha gente. Todo era paz y tranquilidad cuando una bebé empieza a llorar. 

Llora muy fuerte. Eso hizo que me empiece el dolor de cabeza de nuevo. 

Genial, justo lo que quería.

Iba a decirle a mamá que me desesperaba esa bebé cuando una enfermera gritó mi nombre. 

Ya era hora.

Caminamos al consultorio del doctor. Papá tocó la puerta y se escuchó un "Adelante".

—Buenos días— dijimos mis padres y yo al unísono. Como toda una familia perfecta, lástima que no es así.

—Buenos días— sonrió el doctor, —Tomen asiento— señaló las sillas frente al escritorio

Nos sentamos y quedamos de la siguiente forma: mamá a mi derecha y papá a mi izquierda por lo tanto yo estoy en medio.

—Doctor mire, es que mi hija no se a estado alimentando bien y ayer en la noche le sangró la nariz— dijo mamá de inmediato al sentarnos, se ve preocupada

—Muy bien, eso quiere decir que...— no entendí porque dejó de hablar y lo mire raro

—Danna, se llama Danna— respondió papá

Ah, con que era eso.

—Bueno Danna, al parecer tu sistema inmunológico está débil— dijo el doctor mirándome

—Eso lo sé— hablé por primera vez desde que entre al consultorio

—¿Desde cuándo no te alimentas bien?— preguntó mirándome

Me siento nerviosa

—No recuerdo— mentí

Desde que empezó el ciclo escolar fue que me empece a sentir mal. Pero si digo la verdad mamá me matará y aún soy joven para morir.

—Danna di la verdad— me regaño mamá mirándome

—No tiene mucho, y solo me salto la comida de la escuela porque fuera de eso si como a mis horas— respondí volteando los ojos

—Sabes que debemos de comer a nuestras horas y no saltarnos ninguna— pareció que me regaño, en ningún momento dejo de mirarme. Creo me está analizando con la mirada.

—Si lo sé, no se volverá a repetir— conteste seria mirándolo con la misma intensidad que él a mí

—Si ustedes lo permiten mandaré a hacer unos análisis a su hija para descartar alguna enfermedad— dijo mirando a mamá después de varios segundos de estarnos viendo 

—¿Qué clase de enfermedad?— preguntó papá confundido

—Es que al tener el sistema inmunológico débil cualquier virus o bacteria puede estar en su cuerpo— le explicó señalándome

—Si queremos que le hagan los exámenes a Danna— mamá asintió

—No es necesario— hablé rápidamente

—Yo diría que si— me dijo el doctor mirándome otra vez

—Ella está en ayunas por si le realizaban los ánalisis— dijo mamá con cierto orgullo

—Eso es bueno, mamá preparada— dijo el doctor riendo y se levantó más el ego a mamá

Genial, ahora se van a enterar de todo lo que me ha pasado. Lo que quería evitar en un principio ahora está sucediendo.

—Entonces, ¿Podemos pasar ahora mismo a que le hagan los exámenes?— preguntó mamá 

—Por supuesto, mandare la orden ahora mismo y agendare un cita para leerle los resultados— dije él escribiendo algo en una carpeta

—Muchas gracias doctor— dijo mamá levantándose de su silla. Papá y yo hicimos lo mismo.

—Ahora al laboratorio— dijo papá cuando salimos del consultorio sonriendo burlonamente. Lo miré mal.

Esto no puede empeorar.

La vida de DannaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora