La vida de Danna

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Mi caso empeoró.
La quimioterapia mató mayormente a las células sanas en lugar de las células leucémicas. Oí a un doctor decirle a mis padres que no me queda muchos tiempo, que en estos días voy a estar sufriendo mucho. Mis padres lloraron todo la noche, los oí llorar solo que no tuve el valor de abrir los ojos. Estoy cansada de todo esto, estoy harta de que estén sufriendo por mi culpa, ya no quiero nada de esto para nadie, ni para mi.
Mis padres están esperando a que abra los ojos, quiero pedirles un favor. Es una vaga idea que tuve al principio pero ahora es algo que quiero que se haga realidad.
Abrí mis ojos y los observe sentados en el sofá que hay en el cuarto.

—Mi amor— dijo mamá sonriendo, sus ojitos están rojos e hinchados

—Mi bebé que bueno que despiertas— papá también sonrío. A diferencia de mamá él tiene ojeras

—Necesito pedirles algo— dije de una vez, necesito ir al grano

—¿Qué paso hija?— preguntó papá mirándose confundido

—Claro cariño, lo que tú pidas— ay mamá si supieras...

—Ya no quiero seguir viviendo — mi voz salió en un susurro

—¿Qué? — preguntaron los dos al mismo tiempo

—Lo que oyeron— esta vez mi voz si salió firme, —Necesito que me maten...

—¿De qué estás hablando Danna? ¿Te estás oyendo a ti misma?— papá exclamó furioso

—¡Es una locura mi amor!— gritó mamá

—Shh no griten, no estoy para escucharlos gritar. Necesito que lo hagan

—Perdoname hija pero, estás loca— dijo papá mirándome feo

—Entonces se lo pediré a alguien más — necesito que sean ellos

—Definitivamente te hicieron mal los medicamentos. Mi niña nunca diría algo así, ella es fuerte, ella lucharía— a mamá se le pusieron los ojos rojos de nuevo

—No Danna, si vas a seguir hablando idioteces mejor no hables— eso me dolió. Papá nunca me ha hablado así en la vida

—Mamá, papá. Ya no quiero— mis lágrimas salieron sin mi permiso, —No quiero seguir sufriendo y, mucho menos, quiero que ustedes sufran por mi culpa. Ustedes no están bien, deben dinero, vendieron cosas. Porque lo sé, ustedes no me dijeron que vendieron los terrenos, que hipotecaron la casa y están vendiendo todo lo que hay en la casa. Ya no más, solo estoy haciendo que se llenen de deudas. Tarde o temprano voy a morir y no quiero que sea la enfermedad la que me mate— me sorprendió poder hablar fluida mente, conforme iba hablando mi corazón se rompía. Solo dije toda la verdad, esa verdad que poco a poco nos está consumiendo a todos

Mis padres se quedaron callados, un largo raro. Solo se mantuvieron sentados sin hacer nada, no miraban algo en específico. Hasta parecía que ni parpadeaban, no hacen nada.

—Por favor, saben que tengo razón. Lo último que quiero en la vida es verlos a ustedes felices, sé que lo serán si ya no soy un obstáculo en su vida. Les agradeceré eternamente si ustedes me llevan a la paz— ambos me miraron en silencio, —Por favor...

—Esta bien— la voz de papá sonó vacía

—¿Estás hablando en serio?— susurró mamá

—Es lo mejor para todos— dije decidida

—¿Y como sería? — pregunto papá mirándome

—Estuve pensando y lo mejor es que sea por asfixia, necesito que me asfixien. Necesitarían conseguir guantes y una bolsa para tirar los guantes

—¿Con que te voy a asfixiar?— mamá lo miró, ella se encuentra llorando en silencio

—Con la almohada, sería mucho más rápido

—¿Lo tenías todo planeado?— ahora si detecté en su mirada de papá dolor

—Solo tenía la idea, todo acaba de surgir

—Nos iremos. Mañana temprano vendremos— papá se levanto del sillón

—¿De verdad lo harás? — pregunte con duda

—Es eso lo que quieres, ¿no?

—Así es— afirme con toda la seguridad del mundo

—Venimos mañana— mamá también se paro

Iban a salir del cuarto pero los hablé de nuevo.

—No olviden que los amo— dije con lágrimas en los ojos, a papá se le pusieron los ojos aguados

—Y nosotros a ti cariño— salieron del cuarto

Eso era lo mejor para todos, o eso fue lo que creí.