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No he ido a la escuela, mamá no deja que vaya porque según ella es demasiado esfuerzo para mi y no puedo hacer nada para no cansarme. Desde que el doctor me hizo la exploración física mis padres no han dejado que haga nada, a veces mamá no iba a trabajar para cuidarme. Eso me molesta porque sé que a ella le encanta su trabajo, Milo me viene a ver a veces. Él me cuenta todo lo que hace en la escuela y me dice que se aburre mucho sin mi. 

Dentro de un rato iremos con el doctor de apellido raro para que me haga el examen de la médula ósea. Mamá está conmigo solo estamos esperando a papá porque hoy trabajo medio turno. Mamá me cuenta sobre una nueva película que vio, la verdad no le estoy prestando atención. No me siento bien, me duele la cabeza y tengo ese cansancio de nuevo, solo que no quiero decir nada para no preocuparla.

—Amores vámonos de una vez— dijo papá poniendo su maletín en el sillón

Ni sé a qué hora llegó, estoy tan sumergida en mi mundo que ni cuenta me di.

—Danna levántate, entre antes lleguemos mejor

Me levanté del sillón y salí de la casa, mamá esperó a que saliera yo para poder salir ella. En el auto todos íbamos en silencio. Raro. Así lo siento, estoy acostumbrada a que siempre eran risas el silencio nunca estaba presente. En mi vida todo está cambiando, todo estaba bien y de la nada todo cambio.

—Cariño ya llegamos— dijo papá mirándome extrañado  

Él había abierto la puerta del coche para que yo bajara, no sé en qué momento hemos llegado. Eso solo demuestra que no estoy en mi 5 sentidos.

Fue lo mismo, entrar a hablar con la secretaría y luego ir con el doctor. Después el saludo para terminar con el doctor preguntándome sobre cómo me encuentro. 

El doctor me hizo quitarme la ropa ponerme una bata de hospital para realizar el examen. Fuimos a un laboratorio y una doctora fue la que se encargó de hacer todo. Ella me sacó sangre y me explicó que el examen de la médula ósea. El examen consistía en que me iban a sacar un líquido que se encuentra en la médula ósea. En una camilla me dijo la doctora que me pusiera en posición de feto. Lo que no me dijo la doctora es que iba a doler como los mil demonios. Con una jeringa que tenía una larga aguja me sacó el famoso líquido de mi columna. Dolió mucho. Demasiado. Grité como nunca lo había hecho en mi vida, la doctora me explicó que no podía usar anestesia  porque afectaría los resultados. Ella me miró con tristeza.

No quería ni levantarme por lo que tuvo que entrar mamá para poder vestirme. Me sentí patética, ni vestirme sola pude. Mamá estaba llorando y dijo que lo sentía mucho. No entendí porque me pidió perdón. Al salir papá me miró y cuando lo hizo tenía los ojos aguados.

Que horrible es mi situación. Ojala pudiera regresar el tiempo y cambiar todo. Pero eso es imposible... 

¡Ahora si todo correcto!

La vida de DannaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora