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Regresamos a nuestra casa.
Se siente bien estar aquí y no en el horrible hospital. El doctor me indico que coma bien y recetó medicamentos para mis malestares. Cuando salimos del hospital pasamos a comprar todos los medicamentos porque papá no quiso perder más tiempo. También compró muchas vitaminas para qué, según él, no este débil.
No dije nada. De nada va servir pelear con ellos en estos momentos.
Estoy en mi habitación pensando en todo cuando sonó la puerta. Arrugue el ceño. Mis padres no tocan la puerta.

-Adelante- dije extrañada

-Aún así te ves hermosa- dijo Milo entrando con una gran sonrisa

Ay no. El que diga eso no ayuda en nada, él piensa que soy hermosa. Aunque estoy toda flaca, pálida, ojerosa, no tengo nada atractivo o lindo y a él le parezco linda.
Milo se sentó en la orilla de la cama y solo se dedicó a observarme.

-Te he extrañado mucho Ángel- dijo después de un largo rato

-No pensé que fueras a venir- le cambie el tema porqué si no iba a llorar de nuevo y eso es algo que no quiero

-Estuve viviendo varios días pero no había nadie. O eso fue lo que me dijo el viejito- fruncí el ceño

-¿Qué viejito?- pregunte extrañada

No conozco a ningún viejito que viva por aquí cerca. No hay ningún señor de la tercera edad que viva cerca, o eso creo.

-Pues no sé. Un día vine como de costumbre y pasó un viejito y me dijo que no había nadie en la casa, que nadie habitaría ahí pronto. Desde ese día no lo he vuelto a ver- Milo se encogió de hombros

-Que raro- dije analizando sus palabras

-Igual que tú- me señaló con su cabeza y después rió

-¿Cómo has estado?- él se puso serio

-Pues bien, he estado mejor- Milo no me dejo de observar en ningún momento y eso me empezó a poner muy nerviosa

-¿Segura?- ladeó un poco su cabeza sin dejar de observarme

-¿Si?- respondí con duda

-¿Por qué me mientes?- puso una cara interrogativa

-No lo hago...- mi voz fue perdiendo volumen hasta hablar en susurro

-Si lo haces- dijo afirmándolo

-No es así- él se acercó un poco más a mi

-Una de las razones por las que me caíste bien fue porqué tú no me mentías- dijo en un susurr
o
Ok. Su cercanía me está incomodando y el hecho de que él esté susurrando no me hace bien. Estoy teniendo sensaciones raras que antes no me habían sucedido.

-No te miento- dije volteando mi cara al lado contrario de donde se encuentra él

-Danna- agarró mi cara con una mano e hizo que lo mirará, -Puedes contarme lo que sea- alejó su mano de mi cara

Estoy aturdida, tengo demasiados sentimientos encontrados.

-Entonces ya sabes- dije entendiendo todo, -Supongo que fueron mis padres, ¿No?

-En realidad tenía la esperanza de que me lo dijeras tú- se alejó

-Lo siento

-No tienes de que disculparte. ¿Cómo te sientes?

-Estoy un poco cansada de todo, siento que si hago algo mal todo el esfuerzo de mis padres se irá por un tubo- dije sinceramente

-No estás sola, lo sabes ¿No?- agarró mi mano y la apretó suavemente

-Lo sé, lo sé- dije sonriendo

Milo se quedó toda la tarde conmigo, estuvimos platicando, riendo y hasta peleando. Incluso a mis papás les cayó bien. Milo, mis padres y yo comimos en mi habitación hasta que se tuvo que ir porqué entró la noche. Papá lo llevó a su casa y mamá se quedó conmigo, cuidandome.

-Es guapo ese muchachito- mamá alzó las cejas de forma coqueta

-Mamá es solo un amigo- dije cortando sus esperanzas

-Pues no creo qué él te vea como solo una amiga

-Ay mamá no empieces por favor- dije de forma frustrada

-De acuerdo, de acuerdo. Yo solo digo lo que veo y se nota claramente que le gustas- mamá sonrió con orgullo

-Te diré que si para que ya no digas nada- dije en forma de rendición

Si seguía negándolo no íbamos a terminar esta plática. Mamá es muy terca, mucho más que yo.

-Me iré a bañar, cuando termine vendré a verte- ella me dio un beso en la cabeza
-Está bien mamá

Ella salió de la habitación. De cierta manera la visita de Milo me puso de mejor humor, necesitaba distraerme de todo y Milo me ayudó. Ahora tengo otra razón para luchar.




Ay el amor... ¿Alguien más ama a Milo? ¿O soy la única?
¡Nos vemos en el próximo capítulo!

La vida de DannaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora