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—Danna...

Sentí que me movieron ligeramente el brazo izquierdo.

—Mi amor, despierta...— no quise abrir los ojos.

—Milo está esperando en la sala

Inmediatamente desperté.

—¿Cómo que Milo está afuera?— pregunté extrañada, aunque mi voz sonó asustada

—Si cariño, tiene rato que llegó

—¿No fue a la escuela?— mamá me miró raro

—¿De qué hablas?— su voz reflejó lo confundida que esta, —Mi amor, hoy es sábado— me miro con compresión

Ou. No sé ni en que día me encuentro.

—Ya lo sé mamá, solo era para despistarte— dije riendo falsamente

—Ay cariño— me dio una sonrisa triste, —Ahora le digo a Milo que suba a verte

Ella salió de la habitación. Agarré un vaso con agua que se encuentra al lado de la cama, bebí el agua y puse el vaso ej su lugar. No quiero que Milo sienta el mal olor de mi boca. Me pasé las manos por la cara para eliminar cualquier rastro de lagañas y justo en ese momento entró Milo.

—¡Buenos días Mi Ángel!— Milo grito energéticamente con una enorme sonrisa

Sonreí. Él se acercó a abrazarme, pude sentir su perfume, él depósito un beso en mi cabeza.
Se cortó el cabello. Tiene el corte militar, le asienta bien. Su corte nuevo resalta sus ojos color café claro y hace que su cara se vea más delgada.
Admito que extraño su cabello largo, siempre que lo veía andaba despeinado, su cabello fue una de las cosas que me gustaron de él; su cabello es negro como la noche, siempre he querido que mi cabello sea de ese color, pero el mío es castaño como el de papá. Milo se sentó en el lugar de siempre, en la orilla de la cama.

—¿Nuevo corte?— pregunte para no quedarme con la duda

—Tu papá— respondió serio

—¿Qué?

—Tu papá me dijo que para andar contigo tenía que cortarme el cabello...

Me quedé callada. Sentí como poco a poco iba subiendo el calor a mis mejillas. Abrí la boca para hablar, no pude y la volví a cerrar.
Milo soltó una carcajada.

—¿De verdad lo creíste?— preguntó aún riendo

—Aquí esta el Milo que conozco— volteé los ojos

—Solo fue una broma— hizo un puchero

—Ya dime— dije infantilmente

—Quise un cambio nuevo— dijo sonriendo

—¿De verdad?— pregunte sorprendida

—Una vez me contaste la historia de tus padres, dijiste que la primera vez que tu mamá vio a tu papá, tu papá tenía este corte. También dijiste que nadie, actualmente, usaba ese corte y que te gustaría conocer a alguien con ese corte de cabello. Bueno quise darte la sorpresa— en su mirada detecté cierto rastro de temor

—Milo...— dije inconscientemente

—No digas nada. Yo lo quise hacer- volvió a sonreír

No sé que decir, a decir verdad me sorprendió mucho. Ni siquiera recuerdo haberle contando la historia. La historia de como se conocieron mamá y papá solo se la conté a Selegna.

—Me lo contaste ese día que lloraste mucho, te dormiste y cuando despertaste solo me contaste la historia y te volviste a dormir— dijo él al ver mi duda
—Ese es un detalle muy lindo— no supe que más decir

—Selegna va a venir— dijo de la nada

—¿Qué?— pensé en voz alta

—Ella me preguntó por ti y dijo que vendría

—¿De verdad?— la emoción se notó demasiado

Me emociona la idea de que venga a verme. Aunque al principio dije que no quiero que sufra, la extraño mucho. No quiero morir y no volver a verla...

—Solo me dijo que vendría hoy, no sé la hora en que vendrá— dijo con tristeza

—Con que venga estaré más que feliz— dije con alegría

Estuvimos un largo rato platicando, mamá nos subió el almuerzo y los tres comimos en mi habitación. Papá está trabajando por eso no se encuentra hoy. Mamá nos volvió a dejar solos en mi cuarto.

—¿Te puedo peinar?— preguntó Milo con emoción

—Está bien— respondi con aburrimiento fingido

Me senté en una silla y él se puso atrás de mi para peinarme. Por el reflejo del espejo que tengo enfrente vi como; cada que él pasa el peine por mi cabello, el peine lo arranca. La primera vez que paso el peine y éste me arranco cabello, vi su expresión de susto. Nuestras miradas se encontraron por el espejo y él decidió seguir peinando. Cada vez me queda menos cabello. Es normal, me dijo la doctora que es un efecto secundario de la quimioterapia.
Estuve tan sumergida en mis pensamientos que no supe en que momento entró Selegna hasta que la vi, con los ojos llorosos, al lado de la puerta.

—Selegna...— mi voz se quebró

—Danna...

Corrió hacia donde estoy y me abrazo. Las dos empezamos a llorar de inmediato. Estuvimos un largo rato llorando, cuando nos separamos mire sus ojos hinchados y me dio más tristeza.

—Danna, me tengo que ir. Vengo mañana, nos vemos— Milo se acerco y depositó un beso en mi cabeza con eso se fue rápidamente

—¿Por qué no me dijiste antes?— Selegna sonó molesta

—No quise que tuvieras más dolor— conteste sinceramente

—¿Estás loca? Si lo estas, ¿A quién se le ocurre hacer eso? ¡Soy tu mejor amiga!— grito y me señalo con su dedo índice, —Yo no dejaría por nada...— susurro

—Es que no quise ser una carga para ti Selegna, se veía que estabas feliz con ese muchacho y no quise arruinar tu felicidad

—Eres tan boba Danna. Siempre te elegiré a ti, mi mejor amiga es más importante que cualquier otra persona en el mundo Danna. Siempre debes tenerlo en claro— sus ojos se llenaron de lágrimas

—Ya paso, ¿Si?— cambie de tema para no volver a llorar

—¿Me perdonas?— se le escaparon unas lágrimas

—¿De qué te tengo que perdonar?— pregunte extrañada

—Por no haberme acercado a ti, por ser la peor mejor amiga. Perdón por todo Danna— ella esta llorando mucho

—Hey, no llores. Tal vez nunca lo dije antes, pero, Selegna eres la mejor amiga de todo el mundo. Estoy tan agradecida porque la vida te puso en mi camino

—¡Ay dios! ¡Me dijiste mejor amiga! ¡Por primera vez!— exclamó emocionada

—Creo que eres como una hermana— Selegna se acercó a abrazarme

Estuvimos hablando todo el resto del día sobre cualquier cosa. Al caer la noche Selegna lloró mucho porque no quiere que muera, yo tampoco quiero morir. Nos quedamos dormida llorando.
Selegna me alegro el día con su visita.







¡Ay mi bebé Selegna! La verdad ya la extrañaba... ¿Por qué pidió perdón?
Bueno, ¡Nos vemos! 😘

La vida de DannaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora