|12|

77 10 0
                                    

|Si desearte es un pecado, estoy dispuesto a pudrirme en el infierno|

.
.
.

Tener a la pelirroja a escasos centímetros de mi rostro era una tentación a la que no podía resistirme, estuve a punto de unir nuestros labios de no ser porque el barman carraspeó incómodo.

—A-Aquí están sus tragos.

Tomé mi Gin tonic y le di vuelta lentamente antes de darle un sorbo, todo bajo la atenta mirada de Lilith. Ella simplemente bebió de un trago el contenido.

—¿Bailamos? —enarco una ceja sin borrar la sonrisa maliciosa de su rostro.

—No tengo ánimos de bailar... me apetece algo más —mi mirada recorrió su cuerpo sin disimulo.

Su sonrisa se ensanchó aún más. Le gustaba ser deseada. Sabía que era hermosa pero a pesar de eso no lo presumía, dejaba que todo aquel que la viera se lo recordara.

Terminé mi bebida y tomé su mano. Sin refutar me siguió a través de la multitud alcoholizada y drogada, por uno de los pasillos del primer piso. Nos detuvimos casi al final, frente a uno de los baños; la música se escuchaba ahora con menor intensidad. Cerré la puerta con seguro una vez dentro y sin poder contenerme la apegue a mi.

—Asher —jadeo en sorpresa.

—Esta noche no me dejarás con las ganas.

Ya no podía seguir conteniendome, no podía seguir con la especie de juego que teníamos, donde provocabamos al otro.

Lilith rio por lo bajo.

—Asher no creo que sea lo correcto —aclaró, y como si su piel me quemara, me alejé de ella hasta chocar con la puerta.

Guardé silencio durante unos segundos.

—Siento haberte incomodado —reprimí un gruñido de frustración, sentí que había actuado como un idiota.

—No, no lo sientas —esta vez ella busco mi cercanía—. No has hecho nada malo. Es solo que... si me dejo llevar no seré capaz de detenerme —lo último lo dijo en un susurro que envió una descarga por todo mi cuerpo.

—No te detengas —mi voz sonó ronca.

—Si no lo hago será extraño, y no quiero arruinar lo que sea que tenemos.

—Prometo no involucrar mis sentimientos, y si tú prometes lo mismo no habrá problema. Seguiremos siendo Lilith y Asher en cada fiesta, nos enbriagaremos y bailaremos, incluso tal vez nos besemos. Pero no cambiará nada entre nosotros.

Sus manos se posaron en mis hombros, nuevamente la sonrisa maliciosa se apoderó de su rostro.

—Entonces... lo prometo —musito, antes de eliminar el espacio entre ambos y besarme.

Saboreé su labio inferior y lo mordí levemente mientras la sujetaba de la cadera para dejarla sobre el lavado. Sus piernas se envolvieron alrededor de mi cintura, aprisionandome. De inmediato la tensión sexual que estuvimos reprimiendo por tanto tiempo explotó, sus manos acariciaron cada parte de mi pecho por debajo de la tela de la camiseta antes de quitármela.

Mis besos bajaron desde su mandíbula al cuello donde dejé pequeñas mordidas, los jadeos de la pelirroja solo conseguían enviar más descargas a mi cuerpo que se concentraban justo en mi entrepierna. Tome los bordes de su top ajustado y lo saqué por encima de su cabeza, dejando expuestos sus pechos.

—¿Te gusta lo que ves? —indagó mordiendo su labio, sin apartar la mirada de la mía.

Estuve a punto de responderle pero unos pasos procedentes del pasillo me distrajeron.

Asher y DashDonde viven las historias. Descúbrelo ahora